Los hosteleros cifran en un 50% la caída de la facturación por las protestas y la falta de servicio

Las cuatro jornadas de paros de los taxistas valencianos en protesta por la proliferación de las licencias de VTC (Vehículos de turismo con conductor) empiezan a traducirse en números rojos en distintos sectores económicos. Si el martes eran los comerciantes del centro quienes alertaban de pérdidas de hasta un 40%, ayer los hosteleros apuntaron la cifra del 50% de caída de la facturación respecto al mismo periodo del año pasado.

¿El motivo? Las dificultades para moverse por la ciudad y acceder a establecimientos comerciales o de hostelería debido a la ausencia de taxis o al bloqueo de la calle Colón, que se repitió ayer de nuevo -ampliado hasta la calle General Palanca- aunque se evitaron las protestar a marcha lenta de los vehículos.

«En época estival deben primar el servicio y la calidad», insistió ayer el presidente de Fotur, Víctor Pérez, quien recordó que la situación se agrava «por la falta de transporte público adecuado», aspecto para el que han reclamado soluciones al Ayuntamiento de Valencia en varias ocasiones, la última mediante una carta conjunta con Avacu.

En este sentido, Pérez también pidió al Consistorio que adopte «medidas» para «frenar la mala imagen que se están llevando los turistas de la ciudad. No se puede tener una vía como Colón bloqueada varios días». Por ello, desde Fotur instaron tanto a la Administración como al sector del taxi a «una conducta responsable» y a que se llegue a un pacto «de manera perentoria».

En la misma línea se manifestaron desde la Federación de Hostelería de Valencia (FEHV), que exigió a «las diferentes administraciones públicas competentes» que garanticen el acceso y los traslados de ciudadanos y turistas mediante el establecimiento de servicios mínimos en este transporte ante los perjuicios económicos que ya se están notando.

«Nos preocupa la caída de la demanda pero también las dificultades de acceso de los clientes», lamentó el gerente de la FEHV, David Izquierdo, quien desveló que algunos restaurantes, hoteles y locales de ocio han optado por recoger en las estaciones de tren o en el aeropuerto a los clientes para garantizar el servicio que tienen contratado. Un desplazamiento que realizan en vehículos propios o de alquiler.

«El taxi está considerado un transporte público, por lo que deberían garantizarse los servicios mínimos necesarios para cubrir las necesidades de los usuarios», resaltaron los hosteleros. Además, Izquierdo recordó el impacto negativo sobre la imagen turística de la Comunitat. «No podemos dañar la imagen de nuestros destinos turísticos», dijo.

Por su parte, el secretario de la Unión de Consumidores (UCE) de Valencia, Vicente Inglada, alertó también de los perjuicios para los usuarios «tanto los turistas que llegan a la ciudad como los propios vecinos que siguen aquí y optan por el taxi para sus desplazamientos».

Inglada recordó que el conflicto no es tal en la Comunitat, dado que existe la proporción de una licencia VTC por cada 30 de taxi, y abogó por «un desbloqueo de la situación», además de señalar que los servicios mínimos «no son tales pues no circulan los taxis, sólo en casos de necesidades hospitalarias».

Asimismo, el representante de la UCE puso sobre la mesa la necesidad de que el sector del taxi «evolucione con la sociedad y se modernice. Tiene que adaptarse a las nuevas necesidades y también mejorar la calidad del servicio».