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F. RICÓS / N. CAMACHO
Sábado, 7 de noviembre 2020, 00:32
valencia. Ni a los hosteleros ni a los pequeños comerciantes les han gustado las medidas restrictivas puestas en marcha ayer por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig y especialmente las impulsadas por la consellera de Sanidad, Ana Barceló. Les afecta directamente al bolsillo.
La Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat Valenciana (Conhostur) denuncia que las medidas restrictivas son como «un cierre encubierto del sector y sin ayudas».
Estas medidas «suponen una limitación de la actividad» de bares y restaurantes (30% del aforo interior y 50% en la terraza) «hacen inviable el funcionamiento de la actividad y arrastran a las empresas a una situación insostenible».
Critican que no se ha negociado con ellos y que la decisión se adopta con el fin de semana encima, con plantillas y reservas hechas y compras realizadas. En este sentido, Sanidad aseguró ayer por la tarde que permitirá este fin de semana las celebraciones con los servicios ya concertados. La medida que limita estas celebraciones entrará en vigor a las 00 horas del día 9. Conhostur indica que la medida, prevista para un mes, «deja la hostelería en una situación total de abandono y pone en peligro miles de trabajos».
Por su parte, la Confederació d'Empresaris del Comerç, Servicis i Autònoms afirma que no comparte las restricciones de aforo a los comercios minoristas del 50% y considera «un varapalo las nuevas restricciones anunciadas en un mes crucial y ante una situación extremadamente difícil».
La reducción del aforo de los espacios culturales es «otro bofetón a la cultura». Lo sostiene José Saiz, responsable de la sala Flumen, quien defiende que los teatros estaban cumpliendo las medidas de seguridad. «No se ha dado ningún rebrote en los escenarios. Ya estábamos en aforos que apenas superaban el 60% por el hecho de dejar butacas libres para mantener la distancia de seguridad. Nos habíamos puesto las pilas. Todo el mundo va con mascarilla, se venden las entradas por unidad de compra. Pero esto ha vuelto a bajarnos los ánimos», asegura. Además, la nueva medida se suma, según Saiz, a la aplicación del toque de queda.
Para el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios de Cine, Antonio Such, lo esencial para las salas es «buscar soluciones para la subsistencia». «El problema para los cines es cómo atravesamos el desierto. Con la reducción de aforos y el toque de queda, las distribuidoras cada vez están estrenando menos películas. Valdría la pena que se facilitaran ayudas para pagar los alquileres, porque estamos en una situación en la que no sabemos cómo sobrevivir. Abrimos, cerramos, reducimos el aforo... Esto es la puntilla», señala.
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