Huelga indefinida de un profesor y aprobado general en un grado de la Universitat Politècnica de València

«Al principio, creímos que haría huelga como máximo una semana o incluso un mes, pero no que no vendría en todo el curso», apunta uno de los estudiantes, bastante descontento por la situación. Los días pasaban y el único contacto que tenían con el docente era a través del aula virtual, donde les colgaba los apuntes y los ejercicios.

«Muy al final», y tras la insistencia de los estudiantes, el profesor decidió colgar las clases grabadas en la plataforma educativa. Aun así, los universitarios no se quedaron contentos, ya que aunque les enseñara las nociones importantes de forma virtual, no tenían la reciprocidad e inmediatez para resolver sus dudas como ocurriría en una clase presencial. Sin embargo, esta situación excepcional no les eximió de tener que realizar el examen de final de curso, en el que se lo jugaban todo a una nota.

«Nos dijo que no nos preocupáramos por el examen, que habría menos suspensos que el año pasado y que corregiría teniendo en cuenta la situación», dice uno de los alumnos. Y el docente no mentía. Las más de 80 personas que estaban matriculadas a esa asignatura consiguieron su aprobado, pero casi todas las calificaciones estaban en el cinco. «Esto nos perjudicó a bastantes, porque la nota media de tercero de Biotecnología está en el 7 y tener un 5 nos la baja», opinan los estudiantes.

Intentaron ponerse en contacto con la dirección del centro de estudios pero «lo primero que nos dijeron es que tendríamos que haber avisado con más antelación para que pudieran tomar medidas al respecto», recuerdan. Dadas las circunstancias, les ofrecieron dos opciones: o desmatricularse de la asignatura y les devolvían el importe que habían pagado por cursarla o presentarse al examen y les regalarían un curso de programación gratuito.

Sólo dos personas escogieron la primera opción, la mayoría «no pensamos que fuera adecuado porque la tendríamos que cursar en cuarto de carrera y además de llevar una asignatura más, los horarios se solaparían con las otras asignaturas. Les pedimos que si en caso de matricularnos nos dejarían acoplar los horarios para no tener problemas para ir a otras clases y nos dijeron que no», señala el alumnado.

Desde la Universidad Politècnica de València (UPV) se han visto también con las manos atadas ante esta situación. Según informan desde la institución: «El profesor ha cumplido con los servicios mínimos decretados, además ha realizado tutorías, proporcionado material y ha dado clases los días que no coincidían con la convocatoria de huelga». Desde el alumnado confirman que sí, que dio clases prácticas en tres ocasiones, pero no impartió la asignatura como tal y aunque «estuviera muy atento por correo electrónico» anhelaron que hubiera más clases presenciales.

Debido a cómo ha actuado el profesor, cumpliendo con los servicios mínimos que conlleva su puesto de trabajo, «no se ha podido realizar ninguna acción que atentara contra el derecho a la huelga», informan desde la UPV.

Desde el pasado mes de mayo, los profesores asociados de las universidades valencianas decidieron convocar una huelga indefinida, organizada por la Plataforma de Personal Docent i Investigador (PDI) Precariat. Tal y como informaron en su inicio, el objetivo es «llamar la atención y sensibilizar al personal docente e investigador de la situación que se viene con la aprobación de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU)».

Al parecer, desde la plataforma compartieron que la aprobación de esta nueva ley traería consigo que no se les renovaría el contrato a miles de profesores asociados. Además, denunciaron prácticas «antisindicales» y «veladamente intimidatorias» por parte de algunos rectorados. En el comunicado que emitieron, destacaron que se sentían «olvidados» por parte de las instituciones: «Ni el Ministerio de Universidades ni la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital se han puesto en contacto para abordar los problemas».

La reivindicación principal de esta plataforma es que se realice la renovación automática de los profesores asociados, siguiendo un esquema similar a lo que ocurre con los docentes no universitarios. «Llevan años y años encadenando contratos y la gran mayoría han sido contratados en fraude de ley», lamentaron en la nota de prensa.

Los profesores asociados se niegan a ceder. Las plataformas convocadas para la huelga confirmaron que no desconvocarán la huelga y que, al comenzar el próximo curso académico, la reactivarán con una campaña «más intensa». De hecho, consideraron que cuando comiencen a actuar las comisiones de contratación de las universidades, el profesorado «se dará cuenta de la cruda realidad».