El inspector Ignacio Martínez dirige el departamento que ha diseñado la consulta que permitirá a las familias votar qué lengua oficial base o mayoritaria quieren ... para la educación de sus hijos. En función de sus preferencias se determinará la oferta de plazas de cara al próximo curso, clase por clase. Durante la entrevista resuelve dudas y replica supuestos riesgos planteados en charlas organizadas por AMPAS y organizaciones contrarias al proceso. La conselleria ya tiene todo listo, desde la aplicación informática para votar hasta el calendario, que se conocerá en cuanto el Consell Jurídic Consultiu (CJC) emita su dictamen, solicitado a mediados de enero por la vía de urgencia.
-¿Manejan fechas concretas?
-Esperamos que en aproximadamente un mes las familias, unas 570.000, estén votando qué lengua base quieren para sus hijos, pero estamos a expensas del CJC. No hemos dicho todavía las fechas definitivas porque hacerlo sin saber cuándo vamos a publicar la orden sería una imprudencia por nuestra parte. Además, se tiene que facilitar a las familias información previa antes de que lleguen esos siete u ocho días que tendrá el periodo de votación.
-¿Qué información debe trasladar el centro a sus familias?
-Un anexo de la orden que recoge la definición de lengua base y también todas las fechas del procedimiento: publicación de censos provisionales, definitivos, el periodo de días en que se podrá votar o la página web para participar. Además, entregarán una ficha del alumno con los datos del padre, madre o tutor legal que podrá hacerlo, para que la familia vea si efectivamente el centro tiene el censo actualizado. También incluirá el Número de Identificación del Alumno (NIA) que habrá que introducir para poder votar. Se ha incluido para evitar suplantaciones y que sea un proceso con las máximas garantías.
-¿Qué pasa si un centro usa medios propios, como el tablón de anuncios, la web o circulares, para dar información de parte? Es decir, apostando por una de las dos opciones (lengua base en castellano o en valenciano).
-Los centros deben garantizar la neutralidad ideológica. Son también administración, y como tal su personal tiene la obligación, como empleados públicos, de actuar en base a ese principio. La orden contempla que las familias tienen que votar en libertad.
-¿No hay riesgo de tener que cambiar muchos de los libros de Xarxallibres? Ya están adaptados a un modelo que ahora puede variar. Incluso entre niveles de la misma etapa.
-No lo creo. Realmente vamos hacia un modelo equilibrado donde sólo habrá una diferencia del 20% (de horas lectivas en castellano o valenciano) a partir de 3º de Primaria. En 1º y 2º no hay problema porque se reponen el 100% de los libros. A partir de 3º vamos a elaborar unas orientaciones para que los centros, en función de si tienen una o dos lenguas base, sepan cómo pueden organizar las asignaturas para optimizar sus bancos de libros. Porque el centro puede prefijar una serie de materias en cada lengua. Y luego está ese 20% en función de las lenguas base, que son dos asignaturas de Primaria y dos de la ESO. En Primaria, por ejemplo, Castellano se da en castellano, Valenciano en valenciano y la lengua extranjera lo mismo, además de otra materia que suele ser Plástica o los proyectos interdisciplinares. A partir de ahí el centro puede fijar Matemáticas en una lengua oficial, Conocimiento del Medio en la otra y ya sólo nos quedan dos asignaturas, la Educación Física y la Música, que serían en una lengua o en otra y además son materias en las que muchas veces, incluso, ni hace falta el libro. No veo una afectación al banco de libros como se intenta hacer ver.
-¿No habrá más consultas en próximos cursos, verdad?
-Exacto, es extraordinaria. La ley (de libertad educativa) prevé que pasamos de un modelo único a uno plural en el que pueden convivir ambas lenguas base. Esta consulta sirve para desdoblar a los alumnos en lengua base valenciano o lengua base castellano. Una vez hecho, quedan adscritos a ella y tendrán continuidad dentro de la misma. No obstante, existirá la posibilidad de que alguno, si lo desea, pueda cambiar de lengua base dentro del propio centro a través del procedimiento de admisión.
-¿Por qué no votan las familias de 4º de la ESO?
-Son alumnos que el año que viene cursarán 1º de Bachillerato y pedirán la lengua base a través del procedimiento de admisión. Elegirán modalidad de Bachillerato y lengua. Lo mismo pasa con los que entran en el colegio en 1º del segundo ciclo de Infantil. Realmente elegirán una combinación de centro y lengua dentro de las veinte opciones que tienen.
-Si se organizan las clases en función de la lengua, ¿no se impide aplicar otros criterios pedagógicos como distribuir alumnos con necesidades específicas o con problemas de convivencia en clases distintas?
-Sucede lo mismo que con los bancos de libros. Si sólo nos diferenciamos en el 20% de asignaturas, se pueden hacer agrupamientos flexibles con el alumnado cuando la lengua vehicular sea la misma. El centro va a poder gestionar su diversidad.
-¿Cuándo sabrán las familias la lengua base en la que quedan adscritos sus hijos?
-Antes del procedimiento de admisión. Cuando se cierre la planificación de aulas para el próximo curso, en base a los porcentajes de votos que suma cada opción, se calculará con un algoritmo cuántas clases tiene cada lengua base y ya se inscribirá a los alumnos en el orden en el que aparecen en los listados que se publicarán en los centros.
-¿Cuántos votos se necesitan, en centros con dos o más líneas, para que haya dos lenguas base?
-No es tanto el número de votos en términos absolutos, sino el porcentaje. Es decir, si votaran todas las familias de dos líneas, supongamos que 50, el número mínimo sería 13. Pero si no participan todas, será a partir del 25%. Por eso es importante que participen, para que el resultado sea un reflejo fiel. No hacerlo es como comunicar que les resulta indiferente, por lo que el centro podrá adscribir a una u otra.
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