Valencia, Xàtiva, Ontinyent, Alicante, Elche, Alcoy, Elda y Castellón serán los escenarios en los que miles de valencianas volverán a reclamar el martes 8 de marzo la igualdad real en el Día Internacional de la Mujer. Una igualdad que reflejan las leyes pero ... que la frialdad de los números no plasma, y que ha agravado la pandemia en materia laboral al aumentar el número de desempleadas.
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Hay muchas más diferencias entre hombres y mujeres pero son tres las relevantes: la violencia de género, que esencialmente la sufre el que erróneamente se llamó sexo débil a manos del también mal denominado sexo fuerte, la presencia en puestos directivos, más en las empresas privadas que en la administración, y la brecha salarial.
De acuerdo con la Encuesta de Población Activa, por cada mujer situada en un puesto directivo en la Comunitat hay una media de 2,5 hombres sentados en sillones de alta responsabilidad, mientras que por cada trabajadora que dispone de un empleo para el que no se precisa gran preparación el número de varones es de 0,7, a pesar de que las féminas, en general, muestran en la actualidad más formación que los hombres.
Además, la pandemia de Covid-19 también ha pasado factura a las mujeres: mientras los varones recuperaron un 1,9% de puestos de trabajo el año pasado respecto a 2020, el desempleo femenino fue en aumento y creció un 1,7%. Y de los parados que hay en la Comunitat nada menos que casi un 61% son mujeres.
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En cuanto a la diferencia de lo que cobran unas y otros por el mismo trabajo, la distancia es muy notable: un 21,2%. Este porcentaje se traduce en 5.185 euros anuales de diferencia media en la Comunitat (24.499 euros brutos los hombres y 19.314 las mujeres). ¿No se debería cobrar lo mismo por un mismo trabajo? Los expertos lo justifican con la reducción de la jornada laboral, cuatro veces superior en las mujeres que en los hombres y eso, en el global y al sacar la media, ocasiona que el salario medio de las mujeres se reduzca. Un 6,9% de chicos se acogen a la jornada parcial para poder atender necesidades familiares, mientras que en las chicas se llega al 27,7%, casi un tercio.
Este asunto también pone en evidencia que el hogar o el cuidado de la familia todavía es más cosa de mujeres que de hombres.
Las diferencias se reflejan también en los contratos. En las contrataciones indefinidas: Los hombres acapararon un 58,1% de las contrataciones, mientras que un 41,9% fue para las mujeres. En el caso de los de tiempo parcial, un 35,9% fue para los varones y el 64,1% para las féminas. En ambos ejemplos la diferencia es apreciable.
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Al respecto, un grupo de mujeres, de carrera profesional consolidada, altas directivas en distintos ámbitos económicos y sociales, describen la situación de las féminas en la sociedad valenciana y el futuro que esperan.
Mercedes Hurtado, presidenta del Colegio de Médicos de Valencia, sostiene que la situación de la mujer ha ido mejorando, pero «aún hoy no existe la igualdad real y efectiva entre los hombres y las mujeres». Afirma que «hay techos de cristal a la hora de acceder a los puestos de responsabilidad, que en algunos casos son techos de hormigón». Reclama que se avance para «eliminar las distancias que nos separan respecto a los hombres en materia salarial y de conciliación». La medicina «se ha feminizado» desde hace unos años, declara. «El 70% de los estudiantes que acceden a la Facultad son mujeres y en el Colegio de Médicos tenemos un 53% de mujeres de los 17.000 colegiados. Una cifra que, no cabe duda, va a ir aumentando cada año».
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Nuria Montes es la más alta directiva de la principal asociación de empresarios hoteleros de la Comunitat, HOSBEC, desde hace 27 años. Defiende que «el mérito y la capacidad es lo que tiene que determinar qué persona ocupa un determinado puesto de responsabilidad y no tanto su sexo».
Señala que casi un 35% de directores de hoteles y jefes de departamento son mujeres, «muy por encima de otros sectores empresariales», aunque «todavía queda mucho por trabajar y construir para conseguir esa verdadera igualdad». Afirma que cada vez hay más mujeres «que se incorporan en el relevo generacional y he de decir que jamás he sentido ningún tipo de machismo o de menosprecio del trabajo que hacemos, todo lo contrario». Asegura, además, que el teletrabajo «ha sido una trampa para muchas mujeres que han tenido que hacer un doble esfuerzo y con muchísimas dificultades para poder conciliar la vida familiar y la vida laboral».
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«Algunos lo niegan, pero sí creo que aún hoy existe un techo de cristal para las mujeres. Sufrimos mayores obstáculos, dificultades que, claro, no se pueden buscar sobre el papel, en la regulación o en desigualdades manifiestas de derechos, pero que sí persisten en cuanto al reparto de los puestos con mayor poder de decisión e incluso en lo que se refiere, ya no tanto a los salarios, al reconocimiento y proyección social o laboral». Son palabras de Inmaculada Ibor, presidenta del Consejo Valenciano de Colegios de Veterinarios. Al igual que en la medicina, el campo de la veterinaria se ha feminizado. «La primera mujer en colegiarse en el ICOVV, colegio decano de España, Piedad Romero, lo hizo en 1958. En los 70 apenas tres mujeres ejercían, pero ya en 2006 había más mujeres que hombres colegiados. Hoy las mujeres acaparamos el 64% de las personas colegiadas, 15 puntos por encima que la media nacional», añade satisfecha.
Susana Gisbert, fiscal especializada en violencia de género, escritora y feminista, también lo tiene muy claro: «Legislativamente hemos avanzado y en nuestro país estamos en una situación óptima, pero las crisis se suelen cebar en los más débiles y tememos que las crisis económica causada por el Covid repercuta en la mujer y lo acabe pagando en grados de igualdad». Gisbert no duda en meter el dedo en la llaga del problema: la igualdad laboral. En especial, a la hora de acceder a puestos de relevancia en el mundo judicial. «En la base hay muchas más mujeres, pero conforme vamos ascendiendo peldaños, en la cúspide somos muchas menos que hombres. Aún no hemos tenido una presidenta del Tribunal Supremo, sí es cierto que hemos tenido tres fiscales generales mujeres y hasta hace poco el Tribunal Superior de Justicia de Valencia era el único de España presidido por una mujer, ahora son dos. Pero dos de 18 es muy poco».
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Y en vísperas de la semana fallera no podía faltar una presidenta de comisión. Beatriz Álvarez dirige la Falla Camí Nou de Picanya (Canupi). Estima que las mujeres «debemos poner una marcha más en un mundo que está en proceso de adaptación en cuestión de paridad. Personalmente no me he encontrado en una situación de desigualdad. El mundo fallero defiende y defenderá nuestras tradiciones adaptándose constantemente a la evolución que los tiempos marcan».
Álvarez sostiene que el papel de la mujer «siempre será tan importante como cualquier otro. ¿Necesitamos demostrar más? De momento, sí. Hay que seguir trabajando en ello, en la conciliación. Pero, como en todo, con trabajo, educación y paciencia se llegará».
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