El olvido público de los mayores

«La atención y cuidado a las personas mayores por parte del Consell de la Generalitat Valenciana es muy mejorable». Son palabras de la Federación de Vecinos de la Comunitat Valenciana que se muestra muy crítica con la política de atención a la tercera edad por parte del Gobierno del Botánico.

Los vecinos no se quedan ahí y señalan que «la respuesta al reto planteado desde mediados de la década pasada ha sido ineficaz a todas luces«. No son solo palabras sino que van acompañadas de datos, de muchos datos. Así revelan que en plazas residenciales para mayores de 65 años tienen un índice de cobertura del 1,81% frente al 2,7% de la media estatal. Calculan que faltan 23.000 plazas en residencias y otras 3.500 en centros de día.

Tampoco se cumplen los ratios en plazas residenciales de financiación pública con un índice de cobertura del 1,81% frente al 2,7% de la media estatal. Por otro lado, el servicio de ayuda a domicilio tiene una cobertura del 2,13% frente al 5,07% de la media estatal. Las plazas en centros de día para mayores tiene una cobertura del 0,72% frente al 1,06% en España.

Durante el gobierno del Botánico las plazas en residencias para mayores han disminuido desde 2015 pasando de 27.162 en 2015 a 26.883 en 2021 con lo que «el número de plazas residenciales es claramente insuficiente». Además, sostienen que el sistema de atención residencial «no responde a las crecientes necesidades de la sociedad valenciana»:

Por otro lado, afirman que es necesario un nuevo modelo de atención a las personas mayores. Desde el 2015 se ha insistido en que este colectivo tiene que estar cuanto más tiempo posible en su hogar y no en residencias pero «no se han incrementado los recursos profesionales de apoyo y atención». En esta línea, los vecinos apuntan que se ha seguido el «camino inverso» al resto de comunidades. Así apuntan que aquí «se apuesta por los servicios» y las prestaciones económicas en el entorno familiar son la excepción.

De esta forma, el modelo impuesto por el Botánico «se ha traducido en que el cuidado de nuestros mayores recaiga una vez más en las familias y especialmente en las mujeres». Además, se da el agravante, según la Federación de Vecinos, de que «esas prestaciones para el cuidado familiar a diferencia de las prestaciones de servicio o vinculadas al servicio no generan mejoras desde el punto de vista profesional ni para cubrir las cotizaciones de las personas cuidadoras».

Por otro lado, denuncian que el Plan Convivint de la Conselleria de Igualdad llega seis años tarde. Sostienen que el incremento del presupuesto no ha conllevado inversiones reales. Reconocen que el incremento de presupuesto ha sido «incuestionable» pero otra cosa «es la capacidad de ejecución» que nunca en los últimos años ha superado el 50%.

Ponen como ejemplo el caso de la residencia de Sant Mateu que figuraba en los presupuestos en 2014 y en 2022 se va a realizar el acta de replanteo con una ejecución de 24 meses. Han sido diez años para construir un centro de 66 plazas.

Otra de las carencias que resaltan es el elevado porcentaje de personas con derechos reconocidos pendientes del pago de la ayuda que alcanza el 11,54% o que las personas atendidas sobre el total de la población potencialmente dependiente está en el 17,58% frente al 18,81% de la media española.

La Federación de Vecinos apuesta por generar espacios de colaboración entre las instituciones, empresas y sociedad para avanzar en un sistema de atención a las personas mayores que precisará de la colaboración público-privada.

La apuesta de la Federación es poner en marcha un plan de creación de residencias y centros de día con 23.000 plazas y otras 3.500 en los centros de día. Esa es la prioridad para los afectados. El plan, en su opinión, pasa por incrementar los centros de titularidad pública, mejorar las condiciones para la construcción de las infraestructuras y la cofinanciación entre la administraciones públicas y la iniciativa privada.

Por otro lado, temen que el nuevo decreto que prepara el Consell sobre las residencias «genera incertidumbre» y plantea condiciones que lo hacen «prácticamente inasumible».

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