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La Comunitat Valenciana recibirá hoy 17.550 vacunas, el 58% menos de las que llegaban semanalmente hasta ahora, a pesar de que desde el Gobierno valenciano se confiara en que el Ministerio de Sanidad priorizara a aquellas autonomías que más porcentajes de vacunas han inoculado hasta ahora.
El consorcio Pfizer-BioNTech anunció el pasado viernes que iba a reducir su producción de manera temporal para reorganizarla y aumentarla de manera notable con posterioridad. Una anuncio que se sustanciaba, según el documento que remitió el Ministerio de Sanidad a las autonomías, en una reducción del envío de un 56% de las vacunas previstas. La Comunitat Valenciana recibía semanalmente poco más de 30.000 dosis. El 56% de ellas suponen 16.945. La Comunitat percibirá un 58%, según indicó ayer la Conselleria de Sanidad, y lo cifró en 17.550. Es un 2% más de lo previsto y se concreta en sólo 605 vacunas más.
Desde el Consell se puso de manifiesto el sábado que el Ministerio de Sanidad iba a priorizar a las autonomías que más han vacunado hasta ahora. Incluso la vicepresidenta primera, Mónica Oltra, mostró galones al asegurar en las redes sociales que la propuesta era una protesta de su formación, Compromís. La Comunitat Valenciana es la región que lidera la vacunación en España, con un 92,1%. Pero esa priorización en el envío de viales se ha traducido en los ya mencionados 605 más. Y a pesar de ese aumento, Sanidad dispondrá esta semana de 12.705 dosis menos, según Sanidad.
Este paupérrimo incremento no modificará el plan de vacunación adaptado por la Conselleria de Sanidad tras la reducción del número de dosis. El departamento que dirige la consellera Ana Barceló ya se ha centrado, y continuará así en los próximos días de manera exclusiva, en administrar la segunda dosis a las 5.151 personas que se vacunaron en la última semana del año.
El valenciano en recibir esa segunda dosis no fue Batiste Martí, que fue el primero en vacunarse el 27 de diciembre, sino Carmen Gómez, una compañera de la residencia en la que viven mbos, la de Virgen del Milagro, en Rafelbunyol, y que en esta ocasión se ofreció voluntaria. A las 9 de la mañana, lejos de la expectación despertada el último domingo del año pasado, empezó la administración de la dosis de recuerdo. Ni cámaras de televisión ni periodistas aguardaban en la calle a que saliera al menos a saludar Carmen.
La mañana despertaba limpia y fría en la residencia de Rafelbunyol. Los jardines estaban vacíos. Las puertas de acceso a exterior, cerradas. Y Carmen, después de recibir la segunda dosis, llamó por teléfono a su hija. Se emocionaron. Lloraron. La inmunización está a 10 días del alcance de su mano. Carmen y su hija han empezado la cuenta atrás.
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