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El alcalde, al pie del cañón, gestionado las actuaciones para que las calles estén limpias lo antes posible. LP
«Es imposible que un niño salga de casa al colegio por este escenario de guerra»

Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar

«Es imposible que un niño salga de casa al colegio por este escenario de guerra»

El primer edil asegura que las viviendas ha sido devastadas: «Tenemos familias vulnerables que lo han perdido todo» | Reconoce que «la emergencia acabará en meses, pero reconstruir todo tardará años»

R. González

Alfafar

Viernes, 8 de noviembre 2024, 01:36

Los estragos de la DANA son muy visibles en Alfafar, una localidad que trabaja de forma incansable contra el lodo. Atrás queda ese primer día de shock al salir a la calle y ver el dantesco escenario que les rodeaba.

–¿Cómo se encuentra el municipio en estos momentos?

–Está tomado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por todos los camiones que nos están mandando para el desescombro y el barro. Las vías principales están todas despejadas y nos faltan las calles más pequeñas.

–¿Cuántas víctimas mortales hay en Alfafar? Porque ya se sabe que al menos es una fallecida?

–No nos han facilitado datos y no podemos dar una cifra de fallecidos. Oficialmente tenemos una comisaría de la Policía Nacional que está al cargo de identificación, de desaparecidos y de ayuda a las familias. Les estamos dejando trabajar, confío en ellos, y nosotros nos dedicamos a labores humanitarias.

–¿Cuál es la devastadora huella que ha dejado la DANA?

El daño en las viviendas. Hay personas con riesgo de exclusión y familias vulnerables que lo han perdido todo y ahora son más vulnerables todavía. La reconstrucción de las casas, acondicionarlas y llenarlas de vida es el reto que tenemos ahora.

–¿Cuánto tiempo cree que se tardará en recuperar la «normalidad»?

–La emergencia acabará en meses, pero reconstruir todo tardará años.

–¿Tanto daño ha hecho?

–No tenemos espacios públicos, no tenemos parques ni jardines. Tampoco tenemos gas natural. Están todas las cañerías para levantar las calles, ponerlas nuevas y asfaltar. Esos son los daños, más aparte los personales de cada vivienda. Y luego hay que ayudar a los vecinos en la tramitación de todo tipo de ayudas, que burocráticamente no nos lo han puesto fácil.

–La burocracia es un nuevo obstáculo que se les ha sumado a la catástrofe…

–Efectivamente. Ha habido dos añadidos a la catástrofe. Todavía no tenemos una buena conectividad, cosa que algunas administraciones no lo entienden. No se nos ha consultado cuándo tienen que volver los niños a la escuela. Es imposible que un niño salga de casa al colegio por este escenario de guerra. No se nos ha tenido en cuenta porque no conocen 'in situ' la situación. Además, podrían haber facilitado los trámites de otra manera. Si empezamos a hacer una competición de ayudas, empezamos a marear a nuestros vecinos. Aquí no tenemos ordenadores ni internet, así nosotros no podemos sacar firmas digitales. Una persona de 80 años que lo ha perdido todo no puede tener una firma digital para tramitar una ayuda.

–Regresando a aquel fatídico 29 de octubre, ¿cómo fueron los primeros instantes?

–A algunos, la policía no les dejó salir de casa. Algunos de los policías que teníamos se los llevó la riada y aparecieron después. Perdimos dos coches patrulla y tuvimos que movilizarnos a pie. Estuvimos tres días sin dormir, organizando lo que podíamos con nuestros medios, que era la parte sanitaria y humanitaria. Fueron, bueno, están siendo unos días de estrés, de caos y de montaje de puestos, uno en cada barrio, de alimentos y de médicos. Ahora estamos en otra fase, la de vaciar de basura y de muebles todo el pueblo. También tenemos que acompañar a los afectados en estos trámites tan complicados que les han puesto. Las personas están desorientadas, los vecinos no saben dónde han de dirigirse. En la población hay tres barrios diseminados, sin conexión, algunas zonas todavía sin luz y no sabemos qué se está publicando ahí fuera ni lo que están aprobando los gobiernos.

LP

–¿Cómo se han sentido los vecinos?

–Crispados. Conmigo, bueno, con toda la clase política. Es una especie de rabia, de impotencia porque realmente nadie tiene la culpa de esta catástrofe. Nos ha tocado vivir esto a nosotros. Se ha llevado Alfafar por delante y aquí no cayó ni una gota. Ahora no podemos mirar atrás, hay que mirar adelante. Entrar en un debate político es una falta de respeto a los vecinos. Aquí lo que se trata es de medios, de coordinación y de muchas ayudas para la reconstrucción y que dentro de un mes no caigamos en el olvido. Y que las ayudas no cesen de llegar hasta reconstruir todo.

–Esta tragedia también está sacando lo mejor de la gente.

–Lo mejor. Un diez a los jóvenes que se han prestado voluntarios. Un 10 a los vecinos de Alfafar por la autoorganización y a todos los profesionales que se han organizado y están repartiendo comida.

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