La alerta de los expertos: los incendios forestales son ya un riesgo todo el año

Los incendios forestales ya no son sólo del verano. Ahora el verano es todo el año y se puede producir un siniestro de estas características en cualquier mes. Lo que sucedió el año pasado es indicativo. Se empezó con un incendio importante en marzo en Villanueva de Viver y se terminó con otro en Montitxelvo ya en noviembre. En cambio, el verano fue muy tranquilo siendo la época estival con menos fuegos de los últimos años.

Todos los ponentes reunidos por LAS PROVINCIAS para participar en un coloquio sobre el estado del monte coincidieron en esta apreciación. Las circunstancias han cambiado y los incendios forestales se han constituido en un riesgo presente en todos los meses del año. Los participantes en el encuentro han sido Juan Manuel Batiste, decano del Colegio de Ingenieros Técnicos Forestales de la Comunitat y miembro de la Plataforma Forestal Valenciana; José Vicente Bolumar, jefe de unidad de los Bomberos Forestales de la Generalitat; José Francisco Sales, responsable de los servicios técnicos de AVA-Asaja, y Carles Arnal, portavoz de la Comisión Forestal de la organización ecologista Agró.

«El verano ha empezado en marzo», ha señalado Bolumar en referencia, precisamente, a que los incendios ya no son algo exclusivo del verano. «Vivimos en el siglo XXI pero pensamos como si estuviéramos en los años 90 del siglo pasado», ha explicado. En este sentido, ha apostado porque los refuerzos se mantengan todo el año y no se circunscriban a los meses de verano como en la actualidad.

«La campaña ha empezado hace cuatro meses pero el operativo únicamente plantea que haya refuerzos durante el verano. Tendría que estar todo el año porque ya todo es época de riesgo. No estamos preparados», ha asegurado Bolumar.

En cualquier caso, Juan Manuel Batiste ha señalado que «el verano se presenta mal. Venimos de un periodo con inviernos muy secos que añade un riesgo sobrevenido. Se están secando las coscojas y las carrascas, algo que no se había visto nunca. Esto es sintomático de que nos enfrentamos a un periodo de sequía que no es nada habitual por lo que estamos ante un escenario con vegetación sin control que puede prender en cualquier momento».

Por su parte, Carles Arnal ha destacado que «el cambio climático está aquí. En esta situación, no podemos considerar que no haya un periodo de riesgo de incendio ya que los incendios se producirán durante todo el año».

Todos los participantes también se han mostrado de acuerdo es en la importancia de la prevención de incendios forestales. Carles Arnal ha destacado en esta línea que «el 80% de estos siniestros son evitables porque se producen por causas humanas. La vegetación no tiene la culpa». En la misma línea, ha hecho referencia a la importancia de otro factor como es el abandono del campo y ha recordado que «la gente empezó a abandonar el mundo rural porque las explotaciones no eran rentables».

En este sentido, el portavoz de la comisión forestal de Agró incidió en la necesidad de afrontar el hecho de que el 80% de los incendios son generados por causa humana por lo que si se controla este factor se reducirían ocho de cada diez siniestros.

Juan Manuel Batiste se mostró partidario también de la prevención pero centrado en la gestión forestal para reducir el volumen de vegetación que es lo que provoca que los incendios se expandan a gran velocidad. «El monte está más seco que el año pasado», ha resaltado y ha añadido que «la gestión es igual que otros años. Falta gestión y el monte está más estresado hídricamente por una temporada muy larga de sequía».

En la misma línea, se ha manifestado José Francisco Sales. «La gestión forestal es una asignatura pendiente de todas las administraciones desde hace tiempo», ha afirmado. Ha incidido en que la sequía ha agudizado los problemas del monte y ha destacado que «hay que poner las herramientas para minimizar las negligencias que puedan provocar un incendio».

José Vicente Bolumar también ha apostado por la necesidad de gestionar el monte para reducir la masa forestal. «Tenemos una acumulación de combustible desde hace medio siglo cuando había usos agrícolas y ganaderos que ya no se hacen, lo que ha provocado que haya cada vez más combustible en el monte», ha explicado.

También ha resaltado que en el territorio nacional el 5% de los incendios están provocados por una ignición natural, una cifra que sube hasta el 25% en el caso de la provincia de Castellón. «Tenemos que aceptar que el fuego está en nuestro ecosistema ya que uno de cada cuatro es por causas naturales. Lo que podemos hacer es elegir si lo queremos de alta intensidad o de baja intensidad dependiendo de la densidad de la vegetación», ha recalcado.

Por su parte, Carles Arnal ha indicado que enero y febrero son los meses del año en los que tradicionalmente hay menos incendios. «Pero el cambio climático actúa y si extrapolamos las cifras de los dos primeros meses de 2024 sale una media de 700 incendios al año cuando la media es de unos 400, casi el doble», ha añadido.

También se ha mostrado convencido de que cada vez habrá más sequías por lo que ha considerado que cuanto mayor es el riesgo, hay más motivos para prevenir. En su opinión, «las medidas son más baratas que las grandes actuaciones extensivas con maquinaria destruyendo la vegetación sin saber la efectividad real de estas actuaciones».

Por otro lado, los intervinientes han considerado que el Consell puede hacer más por el cuidado del monte. Tanto Sales como Batiste han señalado que falta gestión forestal, mientras Arnal ha indicado que no se actúa sobre las causas. Por su parte, Bolumar ha pedido que los refuerzos de los bomberos se incorporen durante todo el año.

Todos los participantes se han mostrado de acuerdo en que no se puede demonizar a los agricultores. En este sentido, Juan Francisco de Sales ha precisado que hay zonas donde no se puede triturar los residuos y hay que proceder a las quemas. «Hay que darle alternativas al agricultor. Si no puede quemar y deja un montón de restos cerca de un terreno forestal es un riesgo, se convierte en un polvorín», ha explicado.

En este sentido, ha añadido que los agricultores «necesitan normas claras y contundentes. No puede ser que al producirse un incendio como el de Tárbena, los responsables políticos digan que no se puede quemar. Eso genera confusión». Además, ha indicado que «en las zonas de interior la mayoría de la agricultura es de secano. Aquí habría que plantearse hacer un apoyo en red para que esa agricultura pueda subsistir y haga un papel de cortafuegos».

Por su lado, Juan Manuel Batiste ha señalado que no hay que demonizar a los agricultores y ha expresado su temor ante «la densificación de la vegetación porque habrá incendios por causas naturales y siempre habrá un riesgo». Ha aclarado que la capacidad de extinción «tiene que ver con la densificación de la vegetación, cuanta más densidad, mayores dificultades» y ha lamentado que «no se invierte en prevención».

Para Carles Arnal, «no hay que demonizar a los agricultores ni enfrentarlos al medio ambiente porque precisamente el futuro tiene que ser el de la agricultura familiar». Ha señalado que el problema «es la agricultura industrial. Hay que defender a los agricultores tradicionales y la solución pasa por cuidar la calidad que es lo que le dará valor añadido. Hay que suprimir las quemas, pero con una alternativa que no sea gravosa para agricultores ni ayuntamientos».

Por su parte, José Vicente Bolumar se ha mostrado partidario de las quemas prescritas de vegetación para hacer frente a los incendios forestales y como medio de prevención. «A lo mejor nos lo tendríamos que plantear porque se consigue actuar sobre una extensión más amplia que con una máquina desbrozadora», ha explicado. Pero ha señalado que para ello hay que tener personal formado y entrenado. «Hay que saber donde se puede hacer y dónde no. No queremos hacerlo pero puede ser necesario. Es como una amputación que si no la haces te mueres», ha afirmado.

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