Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Decenas de personas pasean la Plaza del Ayuntamiento de Valencia, este domingo. EFE

La incertidumbre por la pandemia se instala en puertas de la Navidad en la Comunitat

Se amplía el uso del pasaporte Covid, mientras las farmacias rozan el desabastecimiento al dispararse la venta de pruebas rápidas, las celebraciones familiares reducen comensales y caen los encargos en tiendas de alimentación

BELÉN HERNÁNDEZ

Martes, 21 de diciembre 2021, 00:38

Inseguridad, miedo. Son sentimientos que se encuentran presentes en las fiestas navideñas ante el riesgo extremo por contagio de coronavirus. Las familias se han visto obligadas a cambiar el rumbo de sus celebraciones y a limitar el número de personas que se ... reunirán. Tania Prats, de 42 años, se pasea por el mercadillo de la Plaza del Ayuntamiento, a punto de tomar una decisión sobre el cauce que tomará su comida del día Navidad. «Al principio íbamos a acudir a comer a un restaurante cuarenta y cuatro personas el día 25 de diciembre, pero con el aumento de los contagios nos hemos quedado en veintinueve», comenta Prats con pena. «Ahora tenemos que decidir si la cancelaremos o no, pero me huele a que no se celebrará», augura.

Publicidad

Noticia Relacionada

Ni siquiera una pandemia global puede vencer las ganas de reencontrarse con familiares y amigos. Buscar alternativas que minimicen el peligro a contraer el virus se ha convertido en la aspiración de la población actualmente. Prats insiste en que: «De cancelarse iremos a misa y pasearemos por el río a dos metros de distancia». Pero la prioridad, sea de la forma que sea, es verse y que no decaiga el espíritu característico de la Navidad. «Contamos en nuestra celebración con gente que vive fuera del continente y es la única oportunidad del año que tenemos de vernos todos al completo», afirma la mujer, que no pierde la esperanza de ver a sus seres queridos. Luis Lanzzati, de 43 años, la acompaña y asiente ante estas declaraciones. El hombre añade que obrarán con máxima precaución por la seguridad de todos, ambos ponen el foco en la necesidad de proteger a las personas de riesgo de su entorno. «Todos nos vamos a hacer un test de antígenos antes de la comida del día de Navidad. Hay una enfermera en la familia que pasará a hacérnoslo antes de entrar al restaurante dentro de nuestros respectivos coches».

«Yo por mí voy a hacer que la vida siga normal. Somos una familia de gente muy valiente. Las políticas del miedo no me gustan por definición»

Jesús Caro 63 años | vecino

El coronavirus tiene secuelas para aquellos que ya tenían sus planes previstos pero que, por culpa de la enfermedad, pasarán las fiestas confinados. Caminando por el centro de Valencia, María Luisa López, de 75 años, comenta cómo ha visto su cena de Nochebuena truncada. «Iba a celebrarla con mi hija y mis nietos que venían de Ibiza pero se me ha fastidiado porque ha dado positivo en Covid», expresa apenada. Un duro golpe para aquellos que anhelaban reunirse con los suyos y les va a ser imposible. «Pasaré la noche del día 24 sola, aunque para la comida de Navidad iré con mi otra hija», expresa López, que parece aceptar que su destino es consecuencia de la realidad que ha acaparado el mundo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€

Publicidad