Los ingenieros piden controles en las instalaciones de bous al carrer

Las celebraciones de bous al carrer están en el punto más álgido. En pleno verano se suceden los festejos en distintas poblaciones con lo que el riesgo de que se produzca algún incidente aumenta. Es lo que ocurrió a medidos de julio en Tavernes Blanques donde una res se salió del recinto vallado y arremetió contra una mujer en Almàssera que acabó falleciendo.

Para prevenir este tipo de incidentes, el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales (Cogiti) ha reclamado que se cumpla la normativa que establece que personal cualificado revise las instalaciones tanto en momentos previos al montaje como una vez finalizado para evitar cualquier tipo de incidente.

Los ingenieros se refieren a que el año pasado fue el más trágico para estos espectáculos ya que se saldó con la muerte de nueve personas y casi un millar de heridos en los más de 8.700 festejos celebrados.

Desde el colegio resaltan que es necesario revisar las estructuras en dos momentos: previamente al montaje (informe de seguridad) y una vez finalizado (certificado de montaje) para garantizar la seguridad de los asistentes al 100%.

También advierten de que si se realizan más espectáculos en días posteriores será necesario realizar nuevas comprobaciones e informar de la idoneidad de la instalación.

Uno de los aspectos fundamentales es que las estructuras y los anclajes no presenten desperfectos como signos de corrosión o abolladuras en los elementos metálicos, especialmente los de anclaje, afecciones de carcoma o podredumbre de la madera que supongan disminuir las condiciones de seguridad.

En este sentido, los ingenieros advierten de que es habitual que los elementos estructurales como barreras o cadafales se guarden al aire libre durante todo el invierno. Ante ello, señalan que la primera inspección visual es obligatoria para verificar que reúnan las condiciones adecuadas.

Paco Rubio es ingeniero técnico industrial y se ha dedicado a certificar este tipo de estructuras durante años. Insiste en que el primer paso es una revisión ocular para descubrir síntomas de corrosión, abolladuras, fisuras o podredumbre que puedan implicar que las condiciones de seguridad no son las indicadas.

Rubio destaca que uno de los problemas es que cuando se guardan mal «por ejemplo en lugares cerca del mar es fundamental tapar los elementos estructurales porque es probable que se oxiden con más facilidad, o sin protección contra las inclemencias meteorológicas, que provocan que disminuya en su capacidad de sobrecarga y resistencia».

Según este ingeniero técnico industrial, también hay que comprobar «los anclajes metálicos de la vía pública, tipo cajetines metálicos, pletinas, o tornillos, entre otros, que han podido quedar guardados bajo el suelo y tienen que estar en condiciones óptimas».

Otra de las tareas es que también se procede a realizar mediciones de las distancias entre barrotes y alturas para comprobar que cumplen con lo especificado por la normativa, ya que un exceso de hueco, aunque facilita el acceso a las personas para su refugio, también lo hace para el animal. Y un hueco muy estrecho puede impedir el refugio de los participantes.

El ingeniero técnico industrial señala que en casos de festejos pequeños el montaje se realiza el día de antes o incluso el mismo día. En caso de fiestas en municipios donde se celebran bous al carrer durante toda una semana, el proceso de montaje suele durar entre tres o cuatro días y una vez finalizado, asegura que «es necesario que el técnico realice una inspección visual cada jornada y que confirme que todos los elementos estén en buenas condiciones porque tanto durante el montaje como posteriormente durante el festejo puede dañarse alguna estructura, anclaje, entre otros, y habría que reemplazarlos antes de empezar de nuevo. Hay que ser muy estrictos con la seguridad taurina».

Para Paco Rubio, la mayor parte de «los accidentes en los bous al carrer no suelen ocurrir por el montaje de las estructuras o las malas condiciones de los anclajes ya que conforme el protocolo siempre dispone de un certificado de montaje, lo que equivale a haber sido revisado previamente por un técnico, aunque nada da una fiabilidad del cien por cien». La causa suele ser otras como las aglomeraciones del público que impiden que se encuentre un lugar de refugio, el consumo de alcohol (aunque sea moderado) entre los asistentes sobre todo en verano para mitigar el calor o el exceso de confianza que hace que el personal no perciba la reacción de la res.

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