Miembros de Cruz Roja acompañan a un niño llegado en patera a la costa de Alicante. CRUZ ROJA

La incertidumbre de los inmigrantes que llegan en patera a la Comunitat

Desde enero han venido 348 personas que pasan un día en un centro de atención y luego quedan en la calle sin papeles

Jueves, 7 de septiembre 2023, 00:53

El drama de la inmigración crece en Alicante. Ni más ni menos que 348 personas han sido atendidas en lo que va de año tras completar un viaje desesperado en busca de una vida mejor. A bordo de embarcaciones precarias, se juegan su futuro ... a cara o cruz. ¿Y qué se encuentran al llegar a tierra? Una laguna burocrática pone en jaque la gestión de esta dura realidad en la Comunitat Valenciana. Actualmente, la Policía Nacional se muestra atada de pies y manos a la hora de tramitar los expedientes de devolución de las personas que llegan en patera a la costa. La falta de colaboración del Consulado de Argelia, el país de donde proceden prácticamente todos los extranjeros que interceptados, da paso a una crisis que se ha agravado visiblemente durante las últimas semanas. De esta forma, en cuestión de 24 horas aproximadamente, la mayor parte de estos desplazados acaban en la calle, con la alternativa de las diferentes ONG que arriman el hombro y con el proceso de expulsión bloqueado.

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En un contexto en el que las relaciones diplomáticas entre el Gobierno español y Argelia han sufrido un deterioro, la Policía Nacional carece de capacidad de maniobra. Cabe recordar que el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) situado en el puerto de Alicante, estrenado en 2022, tiene centralizada la gestión de las pateras que llegan a la Comunitat.

En las últimas semanas, se ha disparado la localización de pateras en la Comunitat, alcanzándose unas cifras que inquietan a las autoridades debido a la falta de herramientas y recursos. Según los datos facilitados por Cruz Roja, 164 de las 348 personas atendidas en Alicante se han concentrado en agosto. Persiguen oportunidades, aunque con un elevadísimo riesgo. El mar, en ocasiones, depara un destino cruel. Precisamente, el pasado domingo, hallaban en la playa de Gandia una pierna que, según la principal hipótesis, procede de un reciente naufragio.

En lo que va de año, Cruz Roja ha llevado a cabo 25 intervenciones por pateras en Alicante, 13 de ellas en agosto

La mayor parte de estos inmigrantes, argelinos casi en su totalidad, han quedado en la calle un día después de llegar al carecer de documentación y no ser reconocidos por su país de origen. Se trata de una situación que deja a la Policía Nacional sin capacidad para retenerlos.

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Tras el rescate en alta mar, ejecutado por Salvamento Marítimo y la Guardia Civil, Cruz Roja se encarga siempre de las atenciones iniciales y de los pertinentes traslados a centros médicos. Cuando esta institución confirma que los inmigrantes se encuentran en buenas condiciones a nivel sanitario, interviene la Policía Nacional. Entonces se produce la detención por entrada irregular en el país.

La mayoría de las personas rescatadas se presentan completamente indocumentadas. Así, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad simplemente pueden registrar los datos personales que los propios inmigrantes expresan en el CATE. Al mismo tiempo, se realiza la lectura de derechos.

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La Policía Nacional puede mantenerlos detenidos durante un máximo de 72 horas. El proceso se está agilizando y, en 24 horas aproximadamente, se incoa un expediente de expulsión. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, la propuesta de devolución no puede prosperar debido a la falta de implicación por parte del Consulado de Argelia. Un dilema que se arrastra desde hace un año y que va agravándose.

La mayoría de los rescatados son argelinos que están indocumentados y quedan en situación ilegal y pendientes de expulsión

Para poder tramitar las expulsiones, es necesario que Argelia reconozca a estos inmigrantes como ciudadanos propios resolviendo los pertinentes procesos de documentación. Sin embargo, las trabas puestas por el Consulado hacen inviable ejecutar la orden de devolución.

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Ante la falta de documentación que acrediten su identidad y procedencia, la mayoría de los inmigrantes que llegan en patera quedan en la calle y en situación irregular un día después de su rescate. La Policía Nacional se pone en contacto con el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para trasladar la situación y, a partir de ahí, entran en acción diferentes ONG que les ofrecen la posibilidad de ser acogidos en centros o pisos ubicados en Alicante, Valencia, Madrid, Albacete...

Las propuestas de devolución se bloquean porque el Consulado no reconoce a los inmigrantes como ciudadanos propios

Antes de que surgieran las actuales trabas, la Policía Nacional trasladaba a todos los inmigrantes llegados en patera a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) para completar el proceso de documentación previo a su expulsión. Unos trámites burocráticos que deben llevarse a cabo a través del Consulado. Durante los 60 días de los que se dispone para culminar el procedimiento, los desplazados permanecían en un CIE con la autorización de un juez.

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Ahora, ante la falta de colaboración del Consulado, la mayoría de inmigrantes argelinos que llegan a Alicante no pueden ser trasladados a un CIE. «El Consulado de Argelia no tramita pasaportes a aquellos que no tienen NIE, a no ser que les demuestren que ese pasaporte es para regresar a Argelia. Entonces aquellos que no tienen pasaporte y creen que se lo pueden hacer aquí, se encuentran con la sorpresa de que no se lo tramita el Consulado. El país receptor tiene que reconocer que estas personas son ciudadanas suyas. Y si tú no tienes ningún documento ni pasaporte que dice que esta persona es argelina, Argelia se lava las manos. Así como el Consulado de Marruecos le tramita los pasaportes a todos, el de Argelia no», comenta Julián Salazar, educador social y experto en migración.

Las comisarías de Alicante, al límite por la falta de personal

El verano está obligando a la Policía Nacional de Alicante a hacer malabares. En medio de una oleada de pateras, los agentes se encuentran desbordados debido a la falta de personal. La ingente cantidad de trabajo absorbida por el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) situado en el puerto no ha sido amortiguada con refuerzos en las comisarías. Una circunstancia que merma otros servicios a la ciudadanía.

Esta saturación de trabajo está generando preocupación dentro del cuerpo. Las actuaciones del CATE acaparan numerosos medios humanos de las unidades de Seguridad Ciudadana, Extranjería o Policía Científica. Y estos agentes se ven obligados a aparcar temporalmente diversos asuntos pendientes para atender la llegada de pateras a la costa alicantina.

Así, se están produciendo retrasos en otras investigaciones. La excesiva carga de trabajo soportada por los integrantes de estas unidades policiales evidencia la necesidad de incrementar el número de efectivos de la Policía Nacional para la ciudad de Alicante con tal de atender con recursos suficientes a los inmigrantes que alcanzan el litoral en patera.

En lo que va de año, Cruz Roja registra 25 intervenciones de emergencia por pateras en Alicante. 13 de ellas en agosto. Y entre las 348 personas atendidas, hay 316 hombres y 32 mujeres. 45 son bebés, niños o menores.

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Salazar, quien ha dirigido varios centros de menores inmigrantes y presidió el Colegio de Educadores Sociales de la Comunitat, destaca las herramientas utilizadas por el Ayuntamiento de Valencia y la Generalitat en los últimos años.

«Gestionan una serie de recursos que van en la línea de hacer una buena inserción de estas personas hasta conseguir el permiso de residencia y trabajo. En la Comunitat los recursos que hay para atender a personas migrantes son bastantes. Se ha hecho un esfuerzo por atender a estas personas y que puedan conseguir los papeles y tener una salida profesional», explica Salazar, quien analiza el proceso: «Primero hay que tener en cuenta al CAI (Centro de Atención al Inmigrante) del Ayuntamiento de Valencia. Y desde hace dos años, la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas ha generado un número suficiente de plazas para poder atender a estas personas a través de entidades sociales concertadas».

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Salazar hace hincapié en la reforma del Reglamento de Extranjería aprobada por en julio de 2022: «Se crea una nueva opción. Y es el permiso de residencia para la formación. Los requisitos son dos años en España, no tener antecedentes penales y comprometerse a hacer un curso de formación oficial. Las órdenes de expulsión caducan a los dos años. Este permiso para la formación lo que quiere es sacar esa bolsa de mano de obra en B. Y cuando una persona pide un arraigo social, este arraigo está condicionado a que tenga una oferta de trabajo. A los 15 días, la empresa le tiene que dar de alta en la Seguridad Social».

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