El desenlace acerca del futuro judicial del sospechoso de más de una decena de incendios forestales en el Parque Natural del Saler se aproxima. Buena parte de la investigación judicial se ha completado y recientemente el instructor rechazó la solicitud de archivo. El juez deberá decidir en breve acerca de si procesa al investigado, J. C. y abogado de profesión, y un detalle no menor: cuántos incendios le imputa ... .
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Los indicios contra el sospechoso no resultan excesivamente poderosos. De hecho, el instructor decidió sacarlo de prisión tras apenas un mes de privación de libertad. Testigos aseguran haberlo visto en el lugar de los hechos pero, en realidad, como muchos otros que utilizan esas vías simplemente para dar un paseo.
El único investigado por estos hechos fue detenido en su domicilio de la avenida Gola de Puchol. Los investigadores coinciden en señalar que los incendios arrancan por una aplicación directa de llama sobre material combustible. La mayoría se producen entre las 19 y las 21 horas y especialmente viernes o sábado. En once de los siniestros destaca el punto de partida. Se trata de un origen siempre junto a la calle o una carretera, con fácil acceso «buscando siempre una base arbórea con un acumulo importante de combustible ligero».
El sospechoso hizo una llamada al 112, el teléfono de Emergencias de la Generalitat. Fue el 21 de octubre de 2023, cerca de las 20.30 horas, hora de comienzo de uno de los siniestros. Esta comunicación no figuraba, en los inicios en el informe de Emergencias. Sin embargo, el investigado mostró esa comunicación a los agentes tras ser detenido. Tardó dos horas en abrir la puerta porque se había dormido, explicó.
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La llamada se produce en un tono de sorprendente tranquilidad comparada con la lógica tensión que muestran otros comunicantes ante lo que estaban presenciando. Esta es la transcripción que consta en el sumario que instruye Instrucción 7 de Valencia.
-Emergencias Comunitat Valenciana.
-J.C.: «Sí, hay un incendio en el Saler otra vez»
-Emergencias: «Si el incendio que teníamos antes parece que se ha vuelto a reavivar, no sé si será el mismo pero...»
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-J. C.: «Sí, sí, sí, sí, ha un incendio, si, si, sí, sí.
-Emergencias: «Pues ya tienen constancia de nuevo los servicios de emergencia, ¿de acuerdo?
-J. C.: «Vale»
-Emergencias: «Venga, hasta luego».
La llamada, no obstante, puede esconder una segunda intención por parte de J. C. Dos testigos que han declarado ante la Guardia Civil en esta complicada investigación coinciden en señalar que vieron salir a una persona que coincidía con la descripción física de J. C. y que al recriminarle qué hacía allí efectuó una llamada al 112. Esta se produjo 40 segundos después de la primera alerta de esta vecina cuya comunicación abrió el expediente de Emergencias.
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No es el único hecho llamativo de este breve episodio. Los testigos declaran que cuando el sospechoso sacó el móvil para llamar al 112, llevaba la linterna del móvil encendida. Al ser octubre y una hora donde ya ha anochecido, quizá utilizó esa aplicación para supuestamente preparar el fuego. El letrado tenía hasta cinco teléfonos móviles a su nombre, aunque apenas uno con cierta actividad.
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De igual modo, esta pareja recuerda cómo la comunicación con Emergencias se producía mientras el sospechoso abandonaba el lugar, de espaldas al fuego, «sin girarse en ningún momento hacia las llamas», algo que no parece lógico en una situación como esa.
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Un informe de la Guardia Civil incide en el hecho de que los incendios comiencen en lugares visibles, bien comunicados y no en enclaves más recónditos. «Su intencionalidad no es provocar grandes desastres sino el hecho de llamar la atención, el ímpetu de buscar afán de protagonismo, notoriedad o algún tipo de reconocimiento».
La Guardia Civil se ha esforzado por tratar de aclarar todas las circunstancias de los fuegos bajo sospecha. Entre las periciales, destaca el análisis de la tierra de los tres incendios detectados en octubre del pasado año. El objetivo era determinar si en esos fuegos se empleó algún tipo de acelerante. «Todas las muestras han dado negativo a la presencia de gasolina, gasóleo y etanol», se recoge en el dosier. Pero existe una duda. En dos de los análisis han aparecido rastros de «terpenos». Este compuesto aparece en la resina de ciertos materiales vegetales, pero también figura en otros productos acelerantes como el aguarrás o la esencia de trementina. El trabajo de los especialistas no es concluyente en este sentido porque no puede atribuir con certeza el origen a una de las dos vías anteriores.
No es la única pericial que han practicado los investigadores en los últimos meses. Durante el registro de la vivienda del sospechoso, los funcionarios requisaron tres pares de zapatillas que se llevaron a un laboratorio para comprobar los restos hallados en las suelas por si coincidieran con algún rastro del fuego. Pero tampoco estos análisis han deparado ningún dictamen riguroso.
El principal y único investigado por estos fuegos se encuentra en libertad. La decisión se acordó con la condición de instalar una pulsera de control para comprobar que efectivamente no se aproximaba a la zona de los incendios. Pero el dispositivo sólo está pensado para internos en tercer grado y violencia de género. Nunca se le ha colocado.
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