Los intensivistas temen el cierre de la UCI del Hospital de Llíria en verano por la falta de médicos y el cese de los refuerzos Covid

Los especialistas en cuidados intensivos del Hospital de Llíria temen que la unidad UCI del este centro sanitario tenga que cerrar el próximo mes de agosto por la falta de facultativos para cubrir las vacaciones de los médicos y el inminente cese de los refuerzos Covid contratados durante la pandemia. Además, la Conselleria de Sanidad no ha previsto ni una sola nueva plaza de intensivista en este hospital en el marco de las 5.040 nuevas incorporaciones previstas a partir del mes de mayo.

Estos profesionales han dirigido un escrito a la dirección general de Atención Sanitaria en el que recuerdan que la apertura de la UCI del Hospital de Llíria se realizó "con un importante déficit de plantilla, que tampoco se abordó al ampliar la UCI del Hospital Arnau de Vilanova". Por ello, explican, "para la cobertura de los periodos de vacaciones ha habido mucha dificultad y se ha exigido un gran esfuerzo personal. Los refuerzos de verano concedidos habitualmente no se han cubierto con personal externo. Esto ha obligado a un número desproporcionado de guardias médicas, llegando incluso a utilizar personal con nombramiento de Atención Continuada para la cobertura de mañanas".

Durante los años 2020 y 2021, prosiguen, "la dotación de acúmulos de tareas por Covid (un total de cinco), ha permitido reducir este problema". Sin embargo, aseguran que la decisión de la Dirección General de Asistencia Sanitaria (DGAS) de finalizar los acúmulos de tareas y no ampliar la plantilla de la UCI "impide mantener abiertas las dos UCI del departamento durante el periodo vacacional por falta de personal médico".

Así, al menos durante el mes de agosto de 2022 "será necesario cerrar la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Llíria por falta de personal médico", advierten. La atención se concentrará, por tanto, en la UCI del Hospital Arnau de Vilanova, "siguiendo el criterio de máxima eficiencia marcado por la DGAS".

"El cierre de la UCI en un hospital supone un aumento del riesgo de muerte en los pacientes graves, por obligar a traslado y retrasar el tratamiento adecuado. También impide la atención en el centro de pacientes potencialmente graves, tanto el ingreso de pacientes en sala como en la realización de procedimientos quirúrgicos. El servicio de Urgencias tampoco cuenta con respaldo para valoración de la gravedad y orientación en diagnóstico o tratamiento de los pacientes graves. Es decir, sólo se puede atender a pacientes sin ningún tipo de gravedad, teniendo que trasladar al resto. Actualmente, la UCI es imprescindible en todo hospital de agudos", subrayan.

Los especialistas concluyen el escrito indicando que la DGAS "no ha atendido a los datos aportados por la gerencia del Departamento y los sindicatos. Tenía la oportunidad de resolver errores de dotación del pasado, y por el contrario ha optado por participar de los mismos".

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