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daniel guindo
Miércoles, 9 de diciembre 2020, 00:05
Pese a que en las últimas semanas la pandemia está dando un ligero respiro a los hospitales valencianos, donde lentamente desciende la cantidad de enfermos afectados por Covid-19, los profesionales de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) ven con preocupación la llegada de las fiestas navideñas.
Estos especialistas temen que una más que probable tercera ola de la pandemia pueda desatarse en la región sin que los hospitales hayan logrado reducir la ocupación lo suficiente, sobre todo en las UCI, dado que en la mayor parte de los centros sanitarios ya se han ocupado buena parte de los espacios posibles para ampliar estas salas de críticos, como apunta Marisa Blasco, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Intensiva, Crítica y de Unidades Coronarias (Sovamicyuc). «Con las camas de hace un año seguro que estaríamos en una ocupación de más del 100%, pero ahora hemos crecido con quirófanos y otros espacios que no son las zonas idóneas para los pacientes críticos», agrega.
En concreto, los hospitales de la Comunitat registraron a principios de la segunda quincena de noviembre la mayor presión asistencial de esta segunda ola. El día 16 se alcanzó el pico de enfermos de Covid-19 ingresados, con 1.661, y en las UCI se atendían ese día a 283 pacientes críticos a causa del coronavirus. Tres semanas después, las hospitalizaciones han descendido hasta las 1.158 del lunes –ayer la Conselleria de Sanidad no actualizó los datos al ser día festivo– lo que supone una reducción del 30%. En el caso de las UCI, el descenso de ingresados roza el 14%, hasta los 244 del lunes. Ambos datos son positivos, pero reflejan una gran diferencia con la primera ola, que registró su peor momento entre finales de marzo y principios de abril, con casi 2.200 ingresados, cerca de 400 en las UCI. En poco más de tres semanas se contabilizaban unos 800 hospitalizados, entorno a 150 de ellos críticos, lo que se traduce en un descenso cercano al 65% en el mismo espacio de tiempo.
El estado de alarma y el confinamiento decretado por el Gobierno consiguieron romper la cadena de contagios, lo que facilitó que, tras la oleada inicial de enfermos, los hospitales lograran rebajar el número de ingresos a un ritmo mucho más alto que el actual. Por tanto, este descenso pausado, alimentado por el goteo constante de nuevos pacientes y el repunte de contagios –el lunes se volvieron a superar los 2.000 diarios– inunda de preocupación a los especialistas, que reclaman que en las próximas celebraciones navideñas se extremen las precauciones. El temor todavía es mayor puesto que la Comunitat se encuentra a las puertas del habitual repunte de enfermos graves por patologías respiratorias asociadas con la baja de las temperaturas.
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