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Para reconectar con nuestros orígenes y tradiciones, en el que además es un momento fundamental para que la gente de Albal mire a la marjal, ... preste atención a la Albufera». Fueron las palabras del alcalde José Miguel Ferris, después de una jornada matutina en la Trilladora del Tocaio junto a otros alcaldes y concejales.
Momentos de diálogo los vividos también a orillas del lago, donde los responsables municipales pudieron conversar acerca de la difícil tarea de la reconstrucción, en la que el parque de la Albufera es una pieza esencial del proyecto. «Yo creo que las raíces más profundas de cualquier valenciano se asientan en la Albufera», aseguró la alcaldesa de Valencia, María José Catalá.
Anfitriona del encuentro al ser la Trilladora un edificio municipal, opinó que el parque natural significa «respirar luz y el mayor tesoro natural que tenemos». Poco a poco, alcaldes y concejales fueron llegando al aparcamiento del recinto con saludos alegres, para recibir unas pocas instrucciones del fotógrafo, Iván Arlandis, acerca de cómo iba a ser la sesión, además de un pequeño preludio del director de LAS PROVINCIAS, Jesús Trelis, acerca del propósito de la iniciativa.
A todos se les notaba a gusto en la Albufera. «Albalat es un pueblo pequeño pero tenemos la suerte de que tres cuartas partes del territorio están en el parque. Además, disfrutamos de varios ullals», comentó el alcalde de la localidad, José Antonio Roig.
El nivel del agua es el adecuado y enseguida se acercaron todos a la barandilla para ver de cerca el agua. «El paso que va a dar Alfafar junto al resto de municipios que se han unido es justo lo que necesita ahora la Albufera, sobre todo después de la dana» fue la conclusión del concejal de Urbanismo y Medio Ambiente de este municipio, Arcadio del Real.
También hubo quienes recordaron el pasado de sus vecinos. «Todos vivían de cara a la Albufera y nosotros también; decimos que somos de raza albuferenca», dijo con humor el alcalde de Silla, Vicente Zaragozá. «No podríamos crecer ni mirar el futuro si no respetáramos nuestras costumbres y a todas las asociaciones y barrios que viven de cara al lago», señaló por su parte la primera edil de Catarroja, Lorena Silvent, municipio donde precisamente esta semana se ha iniciado el dragado y limpieza del canal del puerto que conduce al lago, algo necesario para la navegación de las barcas.
«Para mí significa mucho, la he visto desde que nací, es algo que no entendería perder», aseguró el alcalde de Beniparrell, Salvador Masaroca.
Para Paco Comes, alcalde de Massanassa, es importante que todos conozcan que la Albufera «ha sido también una forma de vida», al indicar el cultivo del arroz, como lo sigue siendo ahora, para añadir que es un patrimonio a cuidar.
«Debemos continuar poniéndolor en valor, con todas las herramientas que podamos. Es un lugar de todos y que debemos preservar», señaló la concejala de Turismo de Cullera, Débora Marí, mientras se acercaba al embarcadero del lago.
Un humedal que en Algemesí tienen la suerte de disponer de una microreserva, la laguna del samaruc, como dijo el concejal de Medio Ambiente, Jorge Rodil. Y también hubo ocasión para los recuerdos, como el del alcalde de Sedaví, Josep Cabanes: «Mi abuelo fue guarda del puerto de Catarroja», explicó, para decir con todo el sentido acerca de las raíces de su familia que la Albufera «es nuestra esencia».
Todavía se puede imaginar uno la actividad agrícola en el recinto donde se reunieron los alcaldes y concejales. La Trilladora del Tocaio, llamada así por el apelativo de la familia propietaria, es un conjunto construido en 1930 y declarado en 2010 Bien de Relevancia Local por su importancia etnológica y patrimonial. Un espacio imponente, donde abrió las puertas la alcaldesa pedánea de El Palmar, Gema Estevens, quien facilitó el encuentro. El cultivo del arroz es fundamental para entender el Parque Natural de la Albufera y este inmueble, sin duda uno de los más significativos de El Palmar, se puede considerar el símbolo de la actividad agraria.
La adquisición se cerró el 5 de diciembre de 2019 y en el origen se encuentra la necesidad de dar acceso público a un gran embarcadero público construido en 2004 en El Palmar.
Esa feliz coincidencia permitió que los edificios de la trilladora y los solares de alrededor dedicados al secado del arroz pasaran a manos públicas. La chimenea domina todo el paisaje, aunque conforme se acerca uno puede admirar los detalles de las casetas y casas agrarias, algunas necesitadas de una urgente rehabilitación.
Ese es el propósito del ayuntamiento, que en septiembre de 2024 inició el concurso para adjudicar la redacción del proyecto de intervención. Antes se había realizado un proceso de participación ciudadana, con el fin de tener una guía de las peticiones vecinales acerca de los usos futuros del inmueble.
Sin duda, habrá espacio para todo tipo de actividades, sobre todo relacionados con la Albufera. La sala principal, donde se situaba parte de la maquinaria, es ahora un espacio diáfano perfecto como salón de actos, mientras que en el cercano embarcadero, donde siempre hay varias embarcaciones, ofrece también numerosas posibilidades al proyecto. Todo tiene aroma a las señas de identidad del parque natural: El conjunto está en el Tancat de l'Establiment y se llega desde el camino de Sacarés. Consta de varios cuerpos diferenciados, uno con la cubierta hundida por la falta de mantenimiento durante décadas, aunque en todos se aprecia el valor de los arrozales en la vida de los habitantes de El Palmar, donde la pesca en el lago y los arrozales forman su historia.dfgdfgfgfdgfg
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