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José Ángel Núñez (Herencia, Ciudad Real, 1966) tiene un peso sobre los hombros. Es jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología, licenciado en ... Geografía. La entidad en la que trabaja informó de que llegaba la dana, pero la riada se abatió sobre l'Horta Sud y la Ribera sin que nadie avisara. Y ese peso, reconoce, tardará en quitárselo de encima.
-¿Cómo se encuentra?
-En noviembre lo pasé muy mal. Nosotros somos técnicos. Los lectores de LAS PROVINCIAS ya nos conocen. Hacemos comentarios climatológicos, pero todo este asunto de recibir insultos de un agitador de estos que circulan por redes sociales con cientos de miles de seguidores nos es ajeno. Y eso, desde luego, a mí sí que me generó miedo y angustia. Y entonces es algo que me costó gestionar. A esto hay que sumar el señalamiento público que me hizo el día 15 de noviembre el presidente de la Generalitat en una situación con 200 muertos. Consideré muy injusto ser el único señalado públicamente con nombres y apellidos en una comparecencia de más de dos horas. Me he recuperado bien, pero sigo muy triste. Fueron momentos malos. El psiquiatra que me estuvo tratando era de los servicios de atención a las víctimas de la dana. Me dijo que había mucha gente no directamente afectada que se había recuperado rápido porque no teníamos patologías previas, pero aún así es una huella. Desde luego que me va a quedar toda la vida.
-¿Cree que todas las críticas que reciben por redes sociales son consecuencia directa de la dana o es por cierto discurso anticientífico que va calando?
-No, no, hay un discurso anti ciencia clarísimo. En un estudio reciente en el que participa la Universidad del País Vasco, se estima que el 25% de los mensajes que recibimos en las redes de la Agencia Estatal de Meteorología son mensajes hostiles. Es un movimiento global, pasó en Estados Unidos con el huracán Milton. Hay estudios psicológicos que prueban que los seres humanos no toleramos muy bien la incertidumbre. Hablar de cambio climático y de fenómenos extremos puede generar incertidumbre, porque son fenómenos que no controlamos. No podemos controlarlo y, si podemos, es a través de acciones muy costosas. A veces prefieren creer en determinadas cosas porque les da más seguridad. Si crees que los gobiernos manipulan el clima, ya tienes un culpable identificado.
-Durante la dana, salieron muchos de estos bulos. Que si el proyecto HAARP, que si los ecos del radar, que si no funcionaban los sensores…
-Nos quita mucho tiempo. Muchas veces nos dicen que no hagamos caso, pero es que…
-Esos mensajes calan.
-Calan. Y acaban propagándose. Somos un servicio público y no debemos dejar que esos mensajes se vayan extendiendo, pero a la vez somos un servicio público que pagan todos los ciudadanos y perdemos mucho tiempo en desmentir esos bulos. Es bastante lamentable que se dé esta situación. Eso sí, son una minoría. La mayoría de mensajes que recibimos son de apoyo.
-En su opinión, ¿la dana es la mejor prueba de que el cambio climático existe?
-Bien, si te respondo que sí, sería una respuesta simple y habría quien diría, «Núñez, se está equivocando porque gotas frías en la Comunitat hemos conocido siempre». Efectivamente. Pero ahora resulta que tenemos un extra de energía. Ese día, por ejemplo, cualquiera que estuviera paseando por Valencia se daría cuenta de que era un aire cálido, pegajoso y húmedo. Ese fue el alimento de las tormentas que se estaban generando en el interior. A los lectores puedo decirles que si ven una situación anunciada como gota fría, como este caso, y notan ese viento cálido y húmedo, que sepan que está lloviendo mucho en las montañas. Ese aire era dos grados más cálido de lo normal y llevaba un 13% más de humedad. Hace 50 años, esta dana habría existido, pero habría tenido mucha menos energía.
-Entonces, entiendo que estos fenómenos van a ser más comunes.
-Sin duda. Estos fenómenos no son nuevos pero son más intensos y están más focalizados en el territorio. El año hidrológico 2024 no tenía precedentes en cuanto a sequedad y de pronto, en tres o cuatro días, cae la lluvia que no ha caído en todo un año. Ese es el escenario en el que estamos y muchos estudios lo apuntan.
-¿Cuándo sabe Aemet que la dana va a ser histórica y cuándo avisa por primera vez?
-Bueno, estuvimos haciendo avisos continuos desde la semana anterior. No hemos borrado ningún mensaje ni ninguna de nuestras actuaciones. Es todo público. Cualquiera puede ir retrocediendo en las redes sociales hasta el día 25. Los días 26 y 27, que fueron fin de semana, estuvimos poniendo mensajes en Twitter, diciendo que iba a ser una gota fría intensa, extensa, con lluvias generalizadas. Hubo avisos especiales de la Agencia Estatal de Meteorología. Y lo más importante de todo es que en la mañana de la primera hora de la mañana del día 29 ya había avisos rojos activados.
-Hablando de esos avisos rojos, ¿cree que el sistema funciona? ¿Sería partidario de activar mecanismos que automáticamente restringieran la movilidad o la apertura de establecimientos en caso de alerta roja?
-Eso no es competencia de la Agencia Estatal de Meteorología.
-Ya pero le pregunto su opinión.
-Tengo mi opinión, pero en asuntos que no conozco no quiero opinar porque dejo de ser técnico y me convierto en tertuliano. Todo es mejorable y, evidentemente, de cualquier catástrofe hay que sacar conclusiones. La forma de actuar cuando hay un aviso rojo es trasladarlo a la Generalitat, que es la competente en cierre de carreteras o colegios, restricciones a la movilidad… Además hay que tener en cuenta que hay un organismo que se llama Centro de Coordinación de Emergencias que recibe información de múltiples entes, uno de los cuales somos nosotros.
-Permítame que haga una suposición: viendo sus avisos, viendo lo que publicábamos los medios, entre ellos LAS PROVINCIAS, usted habría tomado medidas antes.
-Fíjate que nosotros no tenemos competencia en alertar y yo salí diciendo que iba a haber riadas y barrancadas. Estaba en Valencia, salía a la calle y veía que la gente hacía vida normal. En fin, no te voy a decir que sabía que iba a haber 200 muertos, pero sabía que era una situación muy grave y yo tenía en la cabeza lo que ha pasado en otros fenómenos históricos. Un mes antes de la dana estuve en un debate con un histórico de LAS PROVINCIAS, Francisco Pérez Puche, hablando de las riadas de 1949 o de 1957, y todas obedecen a más o menos a la misma tipología. En la riada de 1957, por ejemplo, cuando llegó la primera oleada, en la madrugada del domingo al lunes del 14 de octubre de 1957, no llovía en la ciudad ni había llovido antes. Estas riadas catastróficas se gestan en las montañas, no se gestan en litoral. En la Aemet no tenemos un medio de comunicación, pero a todo el que me llamó ese día le alerté de que se iban a producir riadas y barrancadas.
-Le llamamos los periodistas. ¿No le llamó nadie de la Generalitat?
-No, no, no, desde la Generalitat no nos llamó nadie. Sí que tenemos comunicaciones protocolarias frecuentes entre administraciones. Creo que el propio presidente de la Generalitat dijo que estas eran muy fluidas. Los jefes nos conocemos desde hace décadas. Pero cuando ocurre algo como lo del 29, nosotros damos nuestros diagnósticos en el Cecopi.
-Ya, pero en una situación tan dramática como la que usted pinta, es raro que no llamara a la consellera directamente y le dijera, «consellera, esto va a ser muy gordo». Le hablo de las 11 o las 12 de la mañana.
-Es muy fácil mirar hacia atrás. Pero la Generalitat tenía toda la información y tenía indicios suficientes para pensar que la situación era muy grave. Por hacer un relato de hechos, a las 7.30 se establecen los primeros avisos rojos. Más o menos debió ser a las 8.30 horas, pusimos mensajes de coches flotando en Catadau. La delegada del Gobierno de la Comunitat Valenciana reúne a todos los órganos de su competencia para que estemos todos preparados para la emergencia. El Ayuntamiento de Valencia convoca a las 11 el Cecopal. En Valencia no llovía, pero sin embargo, el Ayuntamiento de Valencia, haciendo una interpretación correcta de la situación meteorológica de los avisos y de la información disponible, convoca su Cecopal. El Ayuntamiento de Utiel suspende las clases. La Diputación de Valencia manda a sus trabajadores a la universidad. Son distintas administraciones. Se lo digo para que no parezca que esto es una cuestión política. Distintas administraciones de distinto color político hicieron una interpretación correcta del riesgo e, inexplicablemente porque para mí es inexplicable, en la Generalitat no. Nadie ha sabido todavía explicarme por qué. Si escuchas la comparecencia del presidente Mazón a las 12 horas, parece casi tranquilizadora. Dijo que la tormenta se iba a ir a Cuenca.
-¿Por qué pensaba eso? ¿No se lo transmitió nadie de la Agencia?
-(Rotundo) No, no, no, no, no, no. Nadie de la Agencia Estatal de Meteorología. No sé de dónde sacó esa información. Hemos repasado todas nuestras intervenciones públicas. Lo que me sorprende es que la vicepresidenta del Gobierno valenciano el otro día volviese a decir lo mismo, y además dijo que lo dije yo en À Punt. Los lectores de LAS PROVINCIAS pueden ir a À Punt y repasar lo que dije. No lo hice. Luego el presidente borró el tuit donde reproducía su intervención. No sé por qué. Pero bueno, no es un mensaje que diéramos nosotros. Yo estuve toda la mañana diciendo que se iban a producir riadas y barrancadas. Además, Mazón dijo que la tormenta se iba a ir a las 18 horas. Si lo hubiera dicho a las 17, pues lo habría entendido, pero a las 12 de la mañana… Le voy a relatar algunos de los fenómenos que pasaron desde la comparecencia del presidente hasta las 18 horas. A las 14 horas, el alcalde de Utiel habla de situación catastrófica. Hay que tener en cuenta que el agua obedece a la ley de la gravedad. Y el agua que estaba cayendo en Utiel iba a llegar tarde o temprano al litoral a las tres. Es decir, estamos hablando de tres horas después de la intervención del presidente de la Generalitat y tres horas antes supuestamente de que finalizase la emergencia. A las tres se empieza a desarrollar una tormenta en la zona precisamente asociada a los tornados de la Ribera Alta que se desplaza lentamente hacia el norte y se queda estática durante horas en la zona de Turís y deja precipitaciones sin precedentes. Según relata LAS PROVINCIAS en sus crónicas, a los cuatro empresarios que trágicamente fallecieron desplazándose de su restaurante hacia Valencia se les pierde el rastro a las 17.30 horas. Chiva estaba inundada a las 18 horas, como contáis. Me pregunto, y lo he preguntado públicamente, qué tenían los responsables de la Generalitat Valenciana en la cabeza en la mañana del día 29 de octubre para no convocar el Cecopi y para salir a hacer manifestaciones que, si bien describían cómo era la situación meteorológica hasta cierto punto, eran ciertamente tranquilizadoras. No se convoca la CECOP y no se suspendieron ningunas clases y no se tomó ninguna medida más que los mensajes rutinarios que lanzaba el Centro de Coordinación de Emergencias. Y bueno, pues así llegamos a la tarde del día 29.
-¿En qué momento de esa tarde ven que las tormentas se quedan paradas y avisan en el Cecopi?
-No quiero hablar mucho de lo que dije en el Cecopi. Pero sí le diré que normalmente intervenimos los primeros o de los primeros y ese día lo hice el último porque lo que contaba la UME y los Bomberos ya era tan dramático que no importaba dónde estaba lloviendo. La UME no podía actuar en Utiel porque la corriente les impedía desplegar sus barcas. La A-3 estaba ya cortada… Cuando intervine, dije que había un sistema convectivo, estático, con lluvias torrenciales acumulándose más de 100 litros a la hora en una zona que iba desde Turís hasta Chiva.
-Pongamos que eso pasara a las 18 horas. Antes ustedes debían saber que las tormentas estaban estáticas.
-Bueno, esa tormenta se forma más o menos a las 15 horas. Más o menos a partir de las 16 horas se queda parada hasta las 18.30 o las 19. A nosotros nos convocan a las 16.20, aunque la convocatoria oficial es a las 15.30 horas para las 17 horas. No tuvimos oportunidad de decir lo que estaba pasando. Pero ya digo en ese momento casi no hacía ni falta, porque la catástrofe era monumental ya a las 17 horas.
-Nosotros, el ciudadano de a pie, no podía prever 800 litros por metro cuadrado. Es una auténtica barbaridad, ¿pero ustedes tampoco? ¿Ninguno de sus modelos arrojaba esa cantidad?
-Pero es que eso es una mala interpretación de la previsión meteorológica. El plan Meteoalerta está consensuado con Protección Civil. No trabajamos con precipitaciones, como si fuera un casino.
-Pero sí hacen mapas de color.
-Pero mira, cuando los aficionados nos hablan de esos mapas, yo les digo que no hay que hacerles caso. Sabemos que es una situación muy grave. A mí me hicieron una entrevista en Televisión Española el día 28, el lunes, y ya fuera de micrófono me dijo la periodista, «¿cuánto piensas que va a caer?». Algún meteorólogo había dicho 300 litros. Y yo le dije que por qué no 500 o por qué no mil. Es que es una situación extrema y es una situación prevista. Nadie, nadie le va a decir a la Generalitat cuáles van a ser las dimensiones de la catástrofe. Es decir, nadie le va a decir que se van a producir 220 muertos, nadie le va a decir que van caer 800 litros porque la ciencia no está capacitada para eso. Lo que la ciencia está capacitada es para decir que se va a superar un umbral, que es un valor mínimo acordado con Protección Civil. Y ese umbral en la Comunitat Valenciana son 180 litros en 12 horas. ¿Quiere esto decir que van a llover 180 litros? No, quiere decir que van a llover al menos 180 litros y que esos 180 litros es una situación de peligro extremo. Pero es que es más, si ya decimos que 180 litros en 12 horas es riesgo extremo, el meteorólogo en su parte de las 7.30 horas, puso que esas cantidades se podían acumular en dos o tres horas. Realmente, ¿qué es lo que se espera más de la Agencia Estatal de Meteorología? Ninguna agencia del mundo lo podría haber hecho. Trabajamos con el modelo del Centro Europeo de Predicción, que es el que con el que trabajan todos los servicios meteorológicos europeos. Es el mejor modelo del mundo. El que recibe el aviso, que es la Generalitat, tiene que saber interpretarlo. Casi no importa lo que vaya a caer. Nosotros no sabíamos la dimensión pero sí sabíamos que iba a ser catastrófico. Te voy a poner un ejemplo tonto. Imagínate que sale un tren de Madrid hacia Valencia y hay un autobús que está atascado en las vías aquí en Valencia. El tren sigue avanzando a la espera de que el autobús salga solo. El autobús no sale y lo arrolla el tren. Hay que tomar medidas cuando el riesgo es extremo. Había indicios suficientes.
-Entiendo que usted piensa que el mensaje de las 20.11 horas llegó tarde.
-Bueno, llegó cuando había gente subida en los árboles, en los balcones, rezando por no perder la vida.
-Vamos, que llegó tarde.
-En fin, no es que lo diga yo. Es que es evidente. Para cualquiera que estaban en Paiporta, en Alfafar, en Sedaví, en Catarroja, en Massanassa, encaramados en sitios altos, es evidente.
-¿En qué momento se plantea en el Cecopi que hay que avisar?
-Bueno, a mí me hubiera gustado que se hubiera grabado esa reunión. De hecho, creo que fue el presidente de la Generalitat el que dijo que se estaba grabando. Si lo hubiera sabido, habría tomado más notas. Yo no recuerdo que antes de las 19:00 de la tarde se hablara de enviar un mensaje, pero hay que tener en cuenta el apagón. Nosotros estábamos conectados con las pantallas apagadas, cada uno haciendo sus cosas. A mí me llamó en varias ocasiones la presidenta de la Agencia Estatal de Meteorología, que quería que le informase para ella a su vez hacer lo mismo con la vicepresidenta del Gobierno. Cuando se volvió a la reunión a las 19 horas, es cuando se empezó a hablar del envío del mensaje.
-¿Cree que sólo Aemet supo calibrar la gravedad de aquel día?
-No, no, no, por supuesto que no. Había una sensación entre las administraciones de que era una situación grave.
-Entre casi todas las administraciones.
-Sí, entre casi todas.
-¿Cuándo vio usted llegar al presidente Mazón al Cecopi?
-No lo recuerdo. Yo estaba en remoto.
-¿Piensa que hubo inacción en el Cecopi?
-No, eso sería como decir que no estábamos haciendo nada.
-Entonces, ¿falta de liderazgo?
-Sí (rotundo). Falta de liderazgo, sí. No había un orden en las reuniones.
-Pero además de la consellera allí había técnicos que podían haber dicho algo.
-Yo escuché a técnicos relatando la catástrofe entre las 17 y las 18 horas. La situación era muy mala. No escuché a ningún técnico quitarle hierro al asunto. Las cosas que allí se relataban eran gravísimas.
-¿Alguien le quitó hierro al asunto?
-No, recuerdo la intervención del presidente de la Diputación de Valencia también alarmado. Era consciente de que era una situación muy grave.
-¿Qué enseñanzas cree que podemos sacar de esa tarde?
-Bueno, hay dos niveles. Lógicamente está el nivel ciudadano. En Estados Unidos o Japón tienen una cultura del riesgo arraigada. Esto no es porque sean más listos que nosotros, sino porque los fenómenos les que les afectan, no solamente meteorológicos, sino en el caso de Japón, de terremotos, son más frecuentes que aquí. Los que tenemos aquí no se producen todas las décadas. Con esta violencia se pueden producir tres o cuatro en el siglo. Todos los que vivieron la riada del 57 sabían cuáles podían ser las consecuencias. Había una cadena de comunicación entre padres, abuelos e hijos para que todos supieran cómo actuar. Habíamos olvidado lo que era una riada y lo hemos aprendido a base de sufrimiento. Además, los organismos implicados en la emergencia tienen que estudiar qué ha fallado. Si hay 220 muertos por un fenómeno bien previsto, es que algo ha fallado.
-En la llamada entre la técnica de Aemet y la de Emergencias, se dice que hay que analizar qué había fallado dentro de la agencia para que hubieran llamado tantas veces.
-Esa filtración estuvo muy fea. Son dos técnicas trabajando en una situación complicada, hablan de forma coloquial. No tienes que trabajar llorando para que vean que lo estás haciendo en serio.
-Sí, pero no le hablo del tono. Le hablo del contenido.
-Es que creo que esa mañana ya llevaban 10 o 15 comunicaciones, muchas de ellas fallidas. Cuando tienes que dar un mensaje claro y lo intentas muchas veces… No sé a qué se refería. Sí tengo que decir que las herramientas de predicción están en constante desarrollo. Ahora acaba de salir a beta pública una herramienta con inteligencia artificial. Nosotros revisamos constantemente protocolos.
-¿Cree que hay responsabilidades políticas que depurar?
-No soy político.
-Ya, le pido su opinión.
-Eso os corresponde a los medios, que tenéis un papel muy importante. Se está introduciendo mucho ruido. Son vuestros articulistas, que son gente muy formada, los que tienen que emitir el veredicto. Evidentemente tengo mi opinión, pero no quiero ponerla encima de la mesa. En esta entrevista he hablado de hechos incuestionables que podemos demostrar. En cuanto la jueza nos lo pida lo trasladaremos. Este ruido sólo crea más angustia como la que me genera a mí. No quiero ni pensar en qué genera a las víctimas. El otro día leía un artículo de Alberto Rallo, en LAS PROVINCIAS, que decía que ahora tenían que hablar los autos. Que trabaje la jueza. Lo que tengamos que decir los demás es irrelevante.
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