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DANIEL GUINDO
Domingo, 19 de marzo 2023, 01:29
Los centros de salud valencianos sufren falta de médicos de familia y de pediatras. Eso no es ningún secreto, puesto que los profesionales llevan años advirtiéndolo. Además, la situación empeorará en los próximos años, cuando está previsto que se jubile, aproximadamente, el doble de especialistas ... que la cantidad de nuevos MIR que estén en disposición de ocupar una plaza de Atención Primaria en la Comunitat, lo que generará un déficit de entre 700 y 850 facultativos en media década, como ya ha avanzado LAS PROVINCIAS. Una de las medidas adoptadas para tratar de paliar esta problemática, que se reproduce en toda España, la adoptó el Gobierno central a finales del pasado año, cuando aprobó la figura de la «jubilación activa» de los médicos de familia y pediatras de los consultorios hasta que alcancen los 70 años. Una medida que no termina de arrancar, al menos en la Comunitat, y que los profesionales consultados por este diario la han calificado como «parche con trampa».
Al respecto, el secretario general del Sindicato Médico de la Comunitat, Víctor Pedrera, insiste en que el problema se debe a «la mala planificación» que se ha llevado a cabo durante las últimas décadas« y critica que »no se está reteniendo a los facultativos de Atención Primaria mejorando sus condiciones laborales«. La presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, María Ángeles Medina, lamenta que no se potencia la figura del médico de familia sénior como »consultor, de gestión de casos complejos o supervisor de residentes«. Su homóloga de la Sociedad Valenciana de Pediatría, Eva Suárez, subraya la falta de sustituciones y que »la vocación no llega para tanto«, mientras que Fernando García-Sala, presidente de la Fundación Prandi de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, apuesta por incrementar el número de plazas en los centros de salud. Desde el Foro de Médicos de Atención Primaria de la Comunitat advierte de que en buena parte de los casos »económicamente no compensa«.
Pero todos ellos coinciden en que la medida no es más que «un parche», dudan que tenga un impacto relevante a la hora de solventar el problema y que, además, «tiene trampa», tanto por las retribuciones (aumentarían a corto plazo y se reducirían a medio y largo) y en las condiciones laborales, puesto que no se mantendrían los puestos de trabajo de la mayoría de los solicitantes.
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Esta figura de la jubilación activa, sobre el papel, permite a los profesionales que hayan superado la edad legal de jubilación (este año establecida en los 66 años y cuatro meses) y que no hayan alcanzado todavía los 70 continuar trabajando o reincorporarse al trabajo, a tiempo completo o a media jornada, y percibir simultáneamente el 75% de la pensión. Eso sí, siempre que sean médicos o pediatras de Atención Primaria. Hay dos grupos: los que se jubilaron a partir del 1 de enero de 2022, que pueden pedir reincorporarse (a tiempo parcial o total); y los que han retrasado por voluntad propia su jubilación (y quieran seguir trabajando en su puesto de trabajo o pasar a media jornada).
La conselleria ya ha contactado con 249 médicos valencianos en alguna de estas situaciones (al menos hasta el pasado lunes) y la respuesta no ha sido masiva. Ha recibido 33 solicitudes de interesados que voluntariamente han retrasado su jubilación y dos para la reincorporación. Y otros 31 profesionales que se van a jubilar este año también podrían acogerse. Frente a ello, y por establecer una comparación, de los 159 médicos de familia que terminaron su formación el pasado año se integraron en la plantilla de la conselleria 123 y, en el caso de los pediatras, la situación fue aún más sangrante: de 43 MIR sólo 28 fueron contratados, lo que pone en duda el atractivo que puedan tener estas plazas. Y se trataría de profesionales que teóricamente pasarían muchos más años en el sistema público, puesto que por ahora la figura de la jubilación activa sólo está vigente para los ejercicios 2023, 2024 y 2025.
Antonio Monrabal es un médico de familia que a sus 67 años ha decidido voluntariamente posponer su jubilación, por lo que sigue atendiendo a sus pacientes en el centro de salud. Y ha sido uno de los facultativos con los que ha contactado la Conselleria de Sanidad para ofrecerle el nuevo modelo de jubilación activa, aunque lo ha declinado tras analizar los pros y los contras con su asesor fiscal.
Monrabal conoce perfectamente el sistema y advierte de que tanto el facultativo que se haya jubilado como el que quiera trabajar a media jornada no podrán mantener su puesto de trabajo.
Por otro lado, recomienda a cualquiera que pudiera estar interesado en acogerse al sistema que analice al detalle con un experto cuáles serían sus ingresos durante, como máximo, los tres años que se puede llevar a cabo el programa de jubilación activa y en cuánto afectaría a su jubilación posterior. Incluso la parte con la que habría que contribuir a Hacienda. «Son cosas a valorar y cada uno tiene que mirar sus propias cuentas, si merece la pena ganar un poco más tres años y luego tener una jubilación inferior los siguientes», resume.
Al detalle, Víctor Pedrera, CESM-CV, considera que el impacto que va a tener la medida para responder a la falta de médicos «va a ser pobre» pese a que en los próximos años «se va a jubilar un número de facultativos tremendo» (al cierre de 2021 la Comunitat contaba con 1.900 médicos de familia con 60 años o más). Lamenta que, además, «no se está reteniendo a los médicos de Primaria mejorando sus condiciones laborales». «La cantidad de facultativos que renuncian a la formación MIR es más alta que nunca, se quedaron el año pasado un montón de plazas sin cubrir, no se están atendiendo las medidas destinadas para evitar el abandono, y no hay planificación que supla las deficiencias, que se intentan paliar con medidas como esta», resume. «Es un parche mal pagado», agrega.
Desde el Foro de Médicos de Atención Primaria de la Comunitat señalan también los inconvenientes que presenta. «Si te acoges a una reducción de jornada teniendo 60 y tantos años, te ponen como sustituto, según las necesidades del servicio, por lo que ya no estás en tu consulta de toda la vida, y te llevan de un lado a otro. A nivel laboral también requiere un sobreesfuerzo coger un cupo nuevo. Y luego está Hacienda porque al tener dos pagadores... Hace falta que lo expliquen mucho mejor». En esta línea, agregan que, «como idea sobre el papel no está mal, pero la gente no se va a tirar a esta medida de golpe». También consideran que «se puede hacer mucho más por los médicos seniors. «Si se les pusiera de directores, de supervisores, de tutores, ahí sí que se quedarían porque atesoran un conocimiento inigualable. Es una lástima que los compañeros, al contrario que antes, en lugar de prolongar estén pensando en cómo jubilarse antes incluso perdiendo pensión, algo que está muy lejos de lo que se está proponiendo», lamentan.
Para María Ángeles Medina, presidenta de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria, la jubilación activa «es una medida más», pero considera que lo interesante sería que estos médicos de familia y estos pediatras de Atención Primaria «que han acumulado tanta experiencia y tanto conocimiento, y estando en plenas facultades físicas para seguir realizando su trabajo, antes normalmente prolongaban la jubilación, pero ahora son muchos los que la han anticipado, sobre todo a raíz de la pandemia y las deficiencias en gestión». «Hay que tener en cuenta que nosotros, a diferencias de otras especialidades hospitalarias, empezamos a trabajar con veintitantos años en un centro de salud y nos jubilamos con 60 y pico haciendo exactamente el mismo trabajo y sujetos a los vaivenes de lo que la gestión nos ponga por delante», apunta.
«No es lo mismo, obviamente, la energía que como joven tienes a la hora de hacer visitas a domicilio, cuatro pisos sin ascensor, que cuando lo haces a partir de los 60. Porque no hay realmente una progresión. En el hospital, hay muchas especialidades que los adjuntos pasan a jefes de sección, jefes de servicio... En otros países, por ejemplo, la figura del médico de familia sénior pasa a ser una figura de consultor, de gestión de casos complejos, es supervisor de residentes, es el director del centro de salud… Aquí no, aquí entras a trabajar y te jubilas haciendo lo mismo. Ahora mismo es muy complejo nuestro día a día, y con el paso de los años, además, hay una alta desmotivación y por eso ahora mismo casi nadie pide prorrogar, pero la idea no es mala sobre el papel».
Eva Suárez, presidenta de la Sociedad Valenciana de Pediatría, se pregunta «por qué no se mejoran, directamente, las condiciones laborales de todos los médicos» en lugar de adoptar medidas como esta. «También tenemos derecho a jubilarnos y llega un momento en que la vocación no llega para tanto. Habrá compañeros que se acojan porque les vendrá bien, porque lo necesitan económicamente, pero no me parece la medida más correcta. Habría que mejorar las condiciones laborales a todos los médicos», insiste. «Esto no va a solucionar el problema. Cuando acaben los residentes en mayo a ver cuántos se quedan a trabajar en la Comunitat. Ahí tendremos la prueba».
Suárez critica también la falta de sustituciones y que la nueva medida, en parte, obligará a los médicos «a deambular de un pueblo a otro», y recalca que, «si no hay dinero para mejorar las condiciones de los médicos, pues habrá que cobrar por las urgencias que no son urgencias, o hacer un triaje para mandar a la gente a casa si no tienen una patología grave». «No hay médicos porque no les queremos pagar lo que necesitan y trabajar en unas condiciones idóneas. Porque si tengo que dedicarle media hora a cada paciente, pero tengo 60 no me voy ni a dormir a mi casa», resume visiblemente indignada.
Y pone un ejemplo. «En mi centro de salud hay dos profesionales que se jubilan después de verano y están deseando irse, y yo con 50, si me dicen que me jubilo mañana, digo que sí, porque la vocación y las ganas de venir a trabajar también merman».
Fernando García-Sala, presidente de la Fundación Prandi de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, subraya que se trata de «un parche a corto plazo. Mientras no aumenten las plazas en Atención Primaria estaremos igual»
Advierte también de la «trampa» que presenta la iniciativa: «Si un pediatra está jubilado y quiere reincorporarse no va a coger la plaza que tenía, sino que será destinado a plazas de difícil cobertura, a las más complicadas... vas a ser un apagafuegos y yo, personalmente, no lo aceptaría. No es tan bonito como lo pintan. Hasta que no sepa las condiciones de trabajo, el profesional no puede decidir. Y puede que te manden a un pueblo a 100 kilómetros y tengas que coger el coche todos los días o el tren con más de 65 años...», detalla.
«Tengo compañeros que lo han valorado y no les compensa. Turnos de tarde, o de fines de semana... Quieren solucionar la sanidad por el tejado, cuando lo que hay que hacer es aumentar las plazas, primando a pediatras jóvenes para que se vayan a las plazas de difícil de cobertura, y dando prestigio al médico, algo que no tenemos», subraya.
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