El objetivo primordial en las estafas, más todavía en las que se estructuran en un esquema piramidal, es la recuperación del dinero. Siempre es ... una tarea complicada y más cuando el patrimonio se mueve en otros países y, en algún caso, incluso en sociedades asentadas en paraísos fiscales.
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La titular de Instrucción 2 de Valencia dirige una investigación contra L. D. N. y su mujer, un matrimonio que a través del colegio de elite de sus hijos consiguió contactar con familias de alto poder adquisitivo. Más tarde, estos conocidos y, en algún caso amigos, se convertirían en víctimas del fraude.
El juzgado acaba de autorizar la investigación a una cuenta en Lituania donde supuestamente se operó con dinero de la trama. El depósito pertenece a lo que se considera uno de los conocidos como neobancos, estructura que opera en toda Europa bajo el paraguas del banco central de esta república báltica.
La representación de las víctimas, alrededor de una veintena que perdieron aproximadamente un millón de euros, reclaman conocer los datos de titularidad real de esa cuenta así como el extracto íntegro de movimientos, las retiradas en efectivo y la emisión de cheques. Se pretende rastrear el recorrido de todo ese dinero. La cuenta parece vinculada a la trama porque desde allí se efectuaron algunos pagos de la rentabilidad prometida a los inversores.
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El letrado solicitaba una comisión rogatoria al citado país, pero la juez ha encargado la diligencia a la Policía Judicial. Si fuera necesario, el siguiente paso sería la solicitud de colaboración internacional.
El matrimonio investigado y sobre el que pesa una orden internacional de detención sigue en paradero desconocido. Ninguno de ellos se presentó cuando el juzgado reclamó sus pasaportes para evitar precisamente un intento de fuga. Sacaron a los hijos del colegio privado y se marcharon. Algunos indicios apuntan a que se refugiaron en Venezuela. La mujer recurrió la orden de detención, pero la instructora sostiene que colaboró en la «captación de inversores» en el centro educativo. El socio de esta pareja también figura como imputado por exactamente los mismos hechos pero en otro colegio de prestigio de Valencia.
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El cabecilla presentó recientemente un escrito en el que pedía el archivo porque, según anunciaba, iba a comenzar a devolver «pequeñas cantidades» una vez tenía ya las cuentas desbloqueadas tras el final de supuestos problemas burocráticos. Una historia difícil de creer y más en el escenario actual.
Otro numeroso grupo de afectados, que solicita la reapertura de la investigación en otro juzgado de la ciudad, también denunció un fraude cercano al millón. Sin embargo, las cantidades son notablemente superiores. Algunas víctimas han optado por no denunciar por vergüenza o por temor a dañar su reputación empresarial.
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La mercantil bajo sospecha ofrecía unos intereses altísimos, fuera de toda la oferta de mercado. Formalizaba lo que se conoce como «cuentas de participación» con los inversores ahora estafados. De esta forma participaban supuestamente en el negocio de la compra de material sanitario de China y EE UU para su venta en Venezuela. Al principio se pagaron altas rentabilidades. Luego estas desaparecieron. Todo era una estratagema.
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