El laberinto de los juguetes

La Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU) ha realizado un estudio anual en el que aprecia diferencias significativas en los precios de varios juguetes dependiendo de su lugar de venta. Además, también ha observado un aumento en los costes de estos artículos respecto al año anterior.

En concreto, la diferencia más notoria está en un coche a bateria para niños cuyo precio más barato son 259,95 euros, mientras que en otras tiendas se ha llegado a encontrar por 349,95 euros. Una oscilación en el importe de 90 euros.

No obstante, la asociación también revela que no existe un establecimiento en el que todos los juguetes estén más baratos y tampoco otros en los que los artículos tengan el precio más caro, por lo que el estudio destaca la importancia de comparar costes en distintas tiendas entre sus recomendaciones al consumidor y programar las compras.

Ante la subida de precios las reacciones de descontento de los clientes surgen. «Se enfadan y me preguntan por qué tenemos el mismo producto más caro o por qué en otras tiendas se venden más económicos», explica una de las empleadas de una cadena de jugueterías.

Los expertos ya señalaron que el encarecimiento de los precios se debía a varias razones. Principalmente el incremento de los costes de las materias primas y la subida de las tarifas del transporte marítimo. Por no señalar el tema candente de la factura de la luz. «Nos dicen que van a subir mucho más en enero», asegura una dependienta de una tienda especializada en la venta de muñecas infantiles.

Sin embargo, la impresión de algunos vendedores es que los precios no han oscilado tanto de un año para otro ya que se valora otros aspectos que se pueden ofrecer y que aportan un valor añadido al precio final.

Servicios como la garantía de compra de un artículo, los envíos o la orientación pedagógica para los progenitores a la hora de comprar un juguete para sus hijos. Madres como Raquel, que ayer salió a comprar los regalos de Navidad, tienen la impresión de que no hay mucha variación de precio entre tiendas.

En su cesta hay juegos de construcción para sus dos hijos y le interesa comprar artículos que estimulen la psicomotricidad y la imaginación. También considera que los interactivos ayudan al niño a ser resolutivo pero deben ser practicados con moderación. «Ayudan a tomar decisiones pero no hay que abusar de ellos», explica.

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