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EFE
Valencia
Lunes, 11 de mayo 2020, 16:00
La Universitat Politècnica de Valencia (UPV) ha lanzado una campaña de micromecenazgo para ayudar a los estudiantes más afectados por la crisis de la COVID-19 con unos objetivos de recaudación entre 10.000 y 25.000 euros.
Los fondos recaudados servirán para que los alumnos más vulnerables puedan finalizar el curso, según ha informado en un comunicado.
Desde que estalló la crisis de la COVID-19, el alumnado, los equipos de investigación, el profesorado y el personal de administración y servicios de la UPV han orientado su trabajo a cubrir las necesidades que la sanidad pública y el entorno demandaban en cada momento con diseño de mascarillas y respiradores, impulso de plataformas de investigación, impresión en 3D de material sanitario o dotación de equipos de telefonía.
Pasada la primera emergencia sanitaria, «aflora ahora a la superficie la dura situación económica que golpea a las personas más vulnerables en los campus», según la universidad.
Buena parte del alumnado ha perdido su fuente de ingresos, en su mayoría, empleos a tiempo parcial en el sector servicios que proporcionaban unos ingresos «vitales» para afrontar el pago de las tasas universitarias u otros servicios necesarios para el estudio, como la conexión a internet.
Con el lanzamiento de la campaña de micromecenazgo, que estará operativa hasta el 12 de junio, pretende obtener pequeñas contribuciones (desde 15 euros, que sirven para pagar un crédito de una asignatura o 20 euros, equivalentes a un mes de datos móviles para seguir la docencia online) hasta donaciones más significativas como los 800 euros que cubren la matrícula de un curso completo, o donaciones libres.
La vicerrectora de Responsabilidad Social y Cooperación de la UPV, Rosa Puchades, ha explicado que les han llegado por diferentes vías las problemáticas sociales, económicas y familiares que están afectando a los alumnos.
Tras una encuesta a todos los estudiantes de grado y posgrado que recibió 6.500 respuestas, se constató en la mayoría de los casos la buena salud del equipamiento informático pero también se detectaron carencias que se han resuelto en gran parte con la cesión de ordenadores de la biblioteca y el suministro de una cincuentena de tarjetas SIM.
Pero ahora, en el momento de hacer frente a los últimos pagos de tasas (trabajos finales de grado y máster, prácticas de empresa, movilidad), hay 60 solicitudes de devolución por motivos económicos y unas 80 por falta de medios.
En este caso está Maria que, con dos ERTE en casa, piensa en darse de baja de algunas asignaturas; y Miquel, que ha tenido que cambiar de casa y no tiene ordenador para continuar la docencia «online».
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