Alumnos entrando en un centro, en una foto de archivo. JL Bort

Lenguaje sexual y escatológico en un ejercicio para alumnos de 13 años

La actividad versa sobre términos tabú y eufemismos y entre los ejemplos propuestos figuran «follar», «paja», «mamada» o «cagar»

Joaquín Batista

Valencia

Jueves, 28 de septiembre 2023, 00:58

El material didáctico que los alumnos de 2º de la ESO del instituto de Puçol trabajarán en las clases de Valenciano ha causado revuelo entre ... algunas familias por incluir un ejercicio que recoge términos cuanto menos inadecuados por su vulgaridad. El texto, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, forma parte del dossier que se utilizará en la asignatura, para la que no se emplea un libro al uso sino un cuaderno de elaboración propia con ejercicios que se irán trabajando durante todo el curso.

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El ejercicio cuestionado se incluye en el apartado sobre palabras tabú y eufemismos que se utilizan para expresar lo mismo que las primeras pero de forma políticamente correcta. Incluye tres actividades, siendo la primera la que centra la polémica. Propone a los alumnos, cuya edad habitual va de los trece a los catorce años, clasificar una relación de términos en función de si se trata de una u otra tipología. Y están relacionados entre sí. Es decir, aparecen palabras tabú y sus correspondientes eufemismos.

La mayoría de ellas entran dentro de la normalidad -«invidente», «ciego», «manicomio», «centro de salud mental», «centro penitenciario», «prisión», «vagabundo», «sin techo»-, incluso las de índole sexual que se expresan con corrección -«preservativo», «condón», «masturbarse», «partes íntimas», «pene», «testículos» o «semen»-. También hay expresiones con cierto ingenio -«ir a ver al señor Roca», «plantar un pino», «estirar la pata»-, aunque otros ejemplos se escapan de las consideraciones anteriores al entrar directamente en el terreno de lo soez y lo grosero. Es el caso de «follar», «coño», «polla», «huevos», «mamada» o «hacerse una paja», sin olvidar las que tienen carácter escatológico -«cagar» o «mear»-, malsonante -«puta»- u ofensivo -«maricón»-.

Una madre del centro, que prefiere mantener el anonimato, se muestra «escandalizada» con las palabras seleccionadas, especialmente estas últimas. «Se trata de alumnos que por su edad sin duda las conocerán, incluso más graves, pero no me entra en la cabeza que sean ejemplos válidos para un docente cuando su función consiste en educar y en fomentar valores, que no siempre tienen los alumnos o por desgracia no se trabajan en casa», explica. Ella pudo ver el ejercicio mientras revisaba el dossier, que se había entregado durante los primeros días de clase.

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«Ya me parecería mal incluso que se propusieran para alumnos más mayores», añade, antes de recurrir a un ejemplo para incidir en la contradicción que se desprende del ejercicio. «¿Qué pasaría si uno, tras ser castigado, contestara al docente algo así como que se fuera a mamarla? ¿De verdad se atreverían a abrirle un parte?», se pregunta.

Por el número de página del dossier -94- y teniendo en cuenta lo incipiente del curso, lo lógico es que el ejercicio no se haya realizado. LAS PROVINCIAS contactó ayer con el equipo directivo del instituto para conocer su valoración o si se iba a adoptar alguna medida. En una primera conversación mostraron sorpresa al no tener conocimiento del ejercicio, si bien explicaron que cualquier familia puede plantear sus dudas directamente en el centro. Sin embargo, tras enviarles una copia del mismo para facilitar su análisis y poder consultar con el departamento correspondiente, no volvieron a ponerse en contacto con este periódico.

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