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Lazo gigante desplegado en la fachada del colegio Santa María de Valencia.

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Lazo gigante desplegado en la fachada del colegio Santa María de Valencia. jesús signes

Marea naranja en la concertada contra la ley Celaá

Cientos de centros concertados cuelgan lazos para visibilizar el rechazo a la Lomloe en una protesta que busca concienciar a la comunidad educativa

Joaquín Batista

Valencia

Miércoles, 11 de noviembre 2020

La marea naranja empieza a subir en la Comunitat Valenciana. Centenares de centros concertados (y también privados, especialmente de Infantil) mostraron ayer su adhesión a la campaña 'Más plurales, más libres, más iguales' con la colocación de lazos naranjas en las instalaciones como muestra de rechazo a la reforma educativa de la Lomloe, ya bautizada como ley Celaá.

El símbolo tomó fachadas, con grandes pancartas o lonas, así como ventanales, clases y zonas comunes de los centros, donde predominaron los lazos pintados a manos por alumnos, profesores y familias. El objetivo de la protesta, adaptada a la nueva realidad marcada por las cautelas sanitarias, fue visibilizar la oposición a una normativa que implicará una pérdida de peso de la red en favor de la enseñanza pública a la hora de cubrir cualquier necesidad de escolarización.

También había algo de pedagogía, en el sentido de dar a conocer el cambio normativo, de manera que las actitudes pasivas se conviertan en activas, con la máxima de que la Lomloe afecta a toda la comunidad educativa, no sólo a los titulares de centros.

«Hemos querido jugar con la idea de dar visibilidad a la reivindicación. Llevamos tres días trabajando con los alumnos en clase para que sean conocedores de la campaña y de por qué llevamos un lazo naranja, adaptando las explicaciones en función de la edad», señaló Álvaro Felici, director del Ave María de Penya-roja de Valencia. «No hay un trasfondo de enfrentamiento entre la pública y la concertada, sino que alertamos de que se está hurtando la libertad de elegir colegio: con un modelo único no se puede», continuó. El centro ha llenado de símbolos la fachada recayente a Tomás de Montañana, especialmente visual por el colorido revestimiento de lamas.

También llamó la atención la de Agustinos, con lazos en las ventanas de los diferentes pisos que ganaban presencia al anochecer gracias a la iluminación interior. «Sobre todo han participado padres y profesores. Unos pierden parte de su libertad de elegir, y otros participan de un proyecto que tampoco podrían llevar a cabo porque desaparece esa misma libertad», dijo el director, Vicente Rodríguez.

La protesta fue más allá de la mera colocación de símbolos. Por citar algunos ejemplos, en centros como el Marni los alumnos de los grupos burbuja de Primaria protestaron aplaudiendo en el patio, y en Esclavas-Sagrado Corazón de Jesús, Pío XII o el Armelar formaron lazos humanos. También se realizaron vídeos explicativos, como en el Domus de Godella, o se promovieron concentraciones reducidas en las puertas, como en el Sagrada Familia de Massamagrell o en el María Inmaculada de Alfafar, donde participaron tanto docentes como familias del centro.

«Además de los lazos hemos preparado actividades para sumar a toda la comunidad educativa, que sea consciente de la realidad en la que vivimos», explicó Carmina Guerola, directora de esta última escuela.

«No se trata de una guerra entre la pública y la concertada, todos tenemos cabida. Pero sí estamos en contra de que se limite la libertad de elección. Queremos seguir transmitiendo nuestro proyecto educativo basado en un ideario cristiano de la vida, con unos valores muy positivos para los alumnos», reflexionó.

Los estudiantes más mayores también fueron partícipes de las concentraciones, como sucedió en el centro de Formación Profesional Xabec de Valencia. Se reunieron durante unos diez minutos alrededor de una pancarta que pedía la paralización de la Lomloe, obligando a suspender la actividad lectiva. Se trata de un centro afectado por los recortes de fondos públicos por parte del Consell en varios ciclos formativos, una decisión que nunca se entendió y que también ha servido para espolear la participación. «Ha sido muy elevada, incluso los alumnos que no tenían clase presencial han pedido repetir para poder participar», dijo el director, Antonio Mir.

También sabe de recortes el Pureza de María Grao, que como el anterior ha tenido que librar una larga batalla en los tribunales para recuperar los fondos públicos, en este caso de Infantil. La fachada amaneció decorada con un gran lazo naranja, cuyas réplicas no sólo tomaron las ventanas de aulas y zonas comunes, sino que saltaron a viviendas y comercios de las inmediaciones.

«Las escuelas concertadas no somos subsidiarias, tenemos nuestro lugar en la sociedad», explicó Carmen Querol, directora pedagógica de Secundaria y Bachillerato. «Y es muy llamativo que se tramite esta ley en un momento tan grave, cuando la sociedad no se puede expresar de una manera normal», sentenció.

La propuesta fue impulsada por la Mesa por la Educación en Libertad, entidad que representa a gran parte de la enseñanza concertada y privada de la Comunitat, si bien contó con la participación de agentes externos, como el sindicato Fsie. «Ha sido un acto masivo desde la distancia que nos obliga e impone la seguridad sanitaria, pero ha estado abierto a toda la sociedad que ha querido participar», dijo el portavoz Vicente Morro, que recordó que estaban llamados a participar más de 600 centros, incluyendo los 400 concertados de la Comunitat Valenciana.

Entre ellos estaban los 67 que pertenecen a la Fundación Colegios Diocesanos San Vicente Mártir, cuyo titular es el Arzobispado. La entidad elaboró además materiales para que pudieran ser trabajados con los alumnos.

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