Valencia no deja de llorar. El llanto por los centenares de víctimas de la DANA persiste, aunque cada día más atenuado, en solidaridad con las 211 víctimas mortales de la tragedia y el temor a que los 89 desaparecidos engrosen ese cruel capítulo. Son lágrimas que se van extinguiendo, con algún repunte cuando flaquean las fuerzas y los sentimientos se desbordan, a medida que aquel primer impacto emocional convive con la respuesta cada vez mejor organizada para combatir las consecuencias del temporal. A las noticias que hablan de cierta recuperación en la movilidad, la llegada más fluida de las ayudas y la recuperación de algunas infraestructuras dañadas, un proceso lento que va registrando tímidos avances, se suma otro impulso más tangible, un apoyo que se puede medir: dinero. Los millones de euros movilizados por las distintas administraciones para dar oxígeno no sólo a los municipios más perjudicados, sino al conjunto de la economía. De momento, promesas. Multimillonarias promesas.
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La decepción generada en la sociedad valenciana por otros anuncios también lanzados en medio de crisis precedentes que nunca llegaron a cristalizar explican la desconfianza que despiertan compromisos como los hechos públicos el lunes por Carlos Mazón. El jefe del Consell, que la semana anterior ya había prometido una serie de ayudas económicas a los habitantes de las localidades azotadas por la DANA, compareció el lunes para desvelar nuevas medidas de apoyo y para reclamar del Gobierno central un esfuerzo financiero aún mayor. Como si tomara la palabra a Pedro Sánchez cuando éste afirmó eso de que «quien quiera recursos, que los pida», el presidente de la Generalitat solicitó, en efecto, un generoso apoyo económico a la Administración central.
La pelota cayó entonces en el lado de Moncloa: las exigencias de Mazón engrosan una generosa batería de medidas, según un listado que supera las 130 peticiones y sumaría un importe de más de 31.000 millones de euros. Y en esa conversación a distancia que ambos mantienen a través de sus diferentes intervenciones públicas, el Consell obtuvo ayer respuesta de Sánchez. El jefe de Ejecutivo declinó contestar directamente a Mazón; en vez de responder a esa cifra que le reclamaba, presentó su propio plan, 24 horas después por cierto de que también Alberto Núñez Feijóo, en nombre del PP, exigiera del Gobierno de la nación un esfuerzo de esa índole. Feijóo lo llamó plan Valencia; su rival, desde la autoridad del banco azul, encontró un nombre más complicado: 'Plan de respuesta inmediata, de reconstrucción y de relanzamiento de la Comunitat Valenciana'
¿Qué medidas efectivas se esconden detrás de tan pomposa denominación? En una intervención tras la reunión de Consejo de Ministros con carácter urgente para aprobar su respuesta a la tragedia de la DANA, Sánchez desgranó un amplio catálogo de anuncios que cuantificó en una cifra total de 10.600 millones de euros allegados a Valencia, aunque evitó especificar si en ese montante se incluyen los préstamos movilizados por el ICO de apoyo de los damnificados y que, como su propio nombre indica, habrá que devolver. Son ayudas destinadas a paliar la economía de hogares, empresas, autónomos y ayuntamientos, que, de acuerdo con Sánchez, podrían ampliarse; entre ellas, aportaciones directas a ciudadanos y empresas, moratorias y exenciones fiscales, medidas en materia de seguridad social, líneas de avales y los citados créditos ICO, así como aportaciones a las administraciones locales, entre otras.
En función de la intención expresada por el presidente, la entrada en vigor de estas medidas «concretas y realistas» será inmediata, aunque luego evitó concretar los plazos a preguntas de los periodistas. «Son un buen primer paso, pero no el último», advirtió, antes de recopilar las promesas contenidas en su anuncio y recordar que, pasados los días, se activará una segunda fase con ayudas para la reconstrucción de las zonas afectadas y una tercera destinada a «adaptar el territorio a la emergencia climática». Su plan «durará el tiempo que sea necesario para recuperar la normalidad», insistió.
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La información más especifica al respecto se publica a continuación. Es una abrumadora marea de medidas que se pueden condensar en unos cuantos datos más llamativos: por ejemplo, las empresas recibirán hasta 150.000 euros para hacer frente a los daños ocasionados por la DANA. Además, los trabajadores que no puedan acudir a sus puestos podrán acogerse a una nueva baja laboral que les garantiza recibir el 75% del salario y los beneficiarios del ingreso mínimo vital (IMV) o de una pensión no contributiva que vivan en alguno de los municipios afectados por esta catástrofe natural sin precedentes recibirán una prestación un 15% superior durante los próximos tres meses.
Son promesas pendientes de materializarse, que el Gobierno garantiza que se ejecutarán «con el mínimo papeleo posible», y que Sánchez confía en que vengan acompañadas de otra aportación trascendental: la activación del fondo de solidaridad de la Unión Europea, una petición expresa de la Generalitat valenciana que también mereció ayer los desvelos de Esteban González Pons, eurodiputado valenciano del PP. Reunido con el comisario de Gestión de Crisis y vicepresidente de la Comisión UE Janez Lenarčič, Pons pidió su apoyo para impulsar las percepciones de la UE a la provincia de Valencia por los daños sufridos por la crecida. «Hemos analizado las distintas ayudas que ofrece la UE y hemos sabido del compromiso de que la Comisión será muy flexible con la reasignación de fondos que le soliciten el Gobierno y el Consell», señaló el dirigente popular, en alusión a una partida que ya sirvió para reavivar la economía tras la crisis del covid.
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Se trata de los llamados fondos Next Generation, una dotación de 200.000 millones de euros que España aún no ha gastado en su totalidad y que, a su entender, podrían movilizarse al margen de que Europa pueda enviar a Valencia fondos procedentes de otros capítulos del Presupuesto más convencionales, como los destinados a la solidaridad entre los países miembros o los atribuidos para emergencias. Pons desveló que Lenarčič confesó durante la reunión, que contó con la presencia de Dolors Montserrat, jefa de filas del PP español en el Europarlamento, que la Unión Europea se sentía impresionada por las imágenes de muerte y destrucción que llegan desde Valencia. «Bruselas entiende que la situación es escalofriante y no es comparable a ninguna otra», señaló el eurodiputado popular. «Salgo de la reunión con una impresión muy buena», concluyó.
La ayuda que provenga de Europa servirá para, añadida a la anunciada por las instituciones españolas, mitigar los daños que causó la DANA y avanzar en la línea de reconstrucción emprendida el mismo miércoles, muy tímidamente entonces, y emprendida en los últimos días con mayor decisión. Quienes recorren las zonas más golpeadas observan que los trabajos de recuperación progresan a mejor ritmo, no sin dificultades, y anotan que la coordinación entre los equipos de emergencia y los contingentes de voluntarios florece ahora en mayor medida. También desde Moncloa se felicitan de los resultados que empieza a procurar el mayor despliegue de efectivos de la historia de España. Sánchez cifró ayer en cerca de 15.000 el número total de personas movilizadas, luego del concurso de las diversas fuerzas sobre el terreno. Incluidos miembros de las brigadas forestales, agentes de aduana, médicos forenses y otras dotaciones, cuyo concurso arroja algunos resultados esperanzadores.
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Por ejemplo, los 40 kilómetros de carreteras ya despejados de lodo y escombros, los 74 kilómetros de trazado ferroviario igualmente puestos en servicio, los avances también en la A3 y la A7 o la recuperación de los enlaces de media distancia férrea hacia Castellón, Teruel y Barcelona. Fueron algunas de las novedades facilitadas por Sánchez durante su comparecencia, durante la cual detalló otras buenas noticias. El restablecimiento del servicio eléctrico en el caso del 98% de tendidos que vuelven a la vida en las zonas cero o del 68% del suministro de telefonía, entre otras novedades. «No es suficiente», reconoció. El presidente aceptó que la situación presenta todavía «carencias severas» y prometió promover una gestión de la crisis con «más medios y menos distracciones».
Aludía con esta frase a una especie de tregua en el cruce de declaraciones que ha protagonizado en los últimos días con el jefe del Consell, quien ayer por el contrario no compareció ante la opinión pública. Tampoco lo hizo ningún miembro de primer nivel de su equipo, como si prefiriese ahora optar por una estrategia de enfriamiento de los ánimos. Un armisticio. Un perfil más bajo que puede justificar que la rueda de prensa donde la Administración autonómica comunicó que se amplían las restricciones a la movilidad tuviera como rostro y voz a una dirigente de segundo nivel, Rosa Tourís, que en el organigrama de la Generalitat ocupa el cargo de directora de Prevención de Incendios. Tourís inscribió también su intervención en la coincidente línea argumental de facilitar informaciones que apuntalen la recuperación de la moral colectiva y además de concretar las novedades sobre la movilidad prohibida avanzó los progresos que promueve el Consell.
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Entre ellos, mencionó que se han habilitado oficinas para presentar denuncias por parte de familiares de posibles víctimas: en Algemesí, Alfafar y Albal en el puesto de la Guardia Civil y que, en paralelo, se avanza en la retirada de residuos, enseres y vehículos de las calles enfangadas en todos los municipios arrasados por la DANA, así como en los achiques de agua, en la revisión de estructuras, edificios, cauces, carreteras y vías de tren y en la restauración de las instalaciones de gas y agua. Tourís subrayó que en poblaciones como Aldaia, Alaquàs y Torrent «ya no quedan achiques importantes» en el casco urbano, mientras hay tres pasos subterráneos por despejar y accesos a calles bloqueados. En los casos de Picanya y Paiporta, resaltó que tampoco quedan achiques pendientes en el casco urbano y se trabaja tres pasos inferiores , así como en la retirada de objetos de las calles. Mientras, en el área comprendida por Benetússer, Sedaví y Llocnou los trabajos se centran en grandes achiques en puntos como el centro comercial MN4 o el hotel de la Albufera, además de intervenir en el paso subterráneo que une Alfafar y El Saler.
Progresos significativos, avances en la movilización de ayudas económicas, que mitigan las consecuencias de la DANA entre la conciencia moral pero no sirven para sellar el enorme vacío que deja tanta vida perdida. Tourís anunció que el número de víctimas mortales continúa fijado en los 211 fallecimientos comunicados el lunes, mientras prosiguen los trabajos de búsqueda de desaparecidos, centrados sobre todo en los cauces de la rambla del Poyo y el curso del río Magro, además de la Albufera y la desembocadura del Turia. Unas pesquisas que desde ayer disponen de la primera cifra oficial de desaparecidos, luego de una semana sin datos oficiales: hay 89 denuncias formuladas por quienes buscan aún a sus seres queridos, que han proporcionado datos y muestras biológicas para dar con su pista, de momento sin éxito. En la morgue de Feria Valencia se custodian además los restos de 62 cuerpos sin vida pendientes de identificar, de los 195 que han sido sometidos a autopsia. Los equipos forenses tienen identificadas a 133 víctimas mortales; de ellas, según informó anoche el Centro de Investigación de Datos, 119 se han logrado por el análisis de huellas dactilares y las otras 14, «gracias al cotejo de muestras de ADN».
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Si esos 89 desaparecidos se sumaran como se teme a la cifra actual de vidas segadas, el balance sería aterrador: 300 fallecidos. Un dato que condensa el impacto de aquella desdichada tarde, ese 29 de octubre que mantiene a Valencia con el ánimo congelado. Con la vida en suspenso, oscilando entre el dolor por las víctimas y la necesidad de ponerse en pie. Dijo ayer Sánchez que se mantendrán las ayudas «el tiempo que sea necesario» para que la provincia pueda recobrar el pulso, pero quienes vieron su vida de repente destrozada manejan otra idea del tiempo. Viven en la hora del duelo. Y no dejan de llorar.
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