Las lluvias han vuelto a aparecer en la Comunitat. Pese a que las precipitaciones registradas este pasado martes han sido abundantes (en Xodos se recogieron 150 litros en apenas 24 horas, según datos de la Associació Valenciana de Meteorologia), no han servido para recargar los ... principales pantanos de la Comunitat.
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En la zona del Turia, según detallan desde la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), las precipitaciones se concentraron desde el embalse de Loriguilla hacia el mar por lo que no se espera que tengan mucha repercusión en los pantanos pese a que todavía falta que se produzcan las escorrentías por las lluvias y para lo que habrá que esperar algunos días.
La situación, de esta forma, continúa siendo problemática. La sequía sigue afectando a gran parte de la Comunitat y la falta de agua es evidente en cultivos y explotaciones ganaderas. Los embalses también sufren las consecuencias de la falta de precipitaciones. Y ahora, el comienzo del año hidrológico 2024-2025 es el peor de los últimos cinco años, tal y como se puede apreciar con los datos de la Confederación.
En estos momentos los pantanos del Júcar se encuentran al 40,61% de su capacidad y almacenan 1.148 hectómetros cúbicos después de perder en la última semana 7,40. Es la tendencia descendente que se puede apreciar en las últimas semanas. Los embalses no están almacenando agua sino que continúan perdiendo reservas fundamentalmente por los riegos de los agricultores. Como dato comparativo basta señalar que hace un año embalsaban 1.342 hectómetros cúbicos.
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Los pantanos del Júcar han empezado el año hidrológico 2024-2025 con pérdidas. Hay que remontarse a 2019 para encontrar unos valores más negativos en los embalses. Si comparamos estas cifras con las de los últimos años, son las peores. En 2023, al comenzar el año hidrológico, los embalses de la Confederación Hidrográfica del Júcar almacenaban 200 hectómetros cúbicos más que en la actualidad. El resto de años se mueven en unas cifras muy similares.
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Como dato significativo se encuentra el caso del embalse de Alarcón que ahora se encuentra en mejor situación que en años anteriores. En estos momentos, según datos de la Confederación, almacena 617 hectómetros cúbicos, casi 50 más que el año anterior y casi 150 más que los que tenía en 2020.
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La explicación no es otra que este año ha llovido en la cabecera del río. Mientras que en España las precipitaciones han sido abundantes y de ellas se ha beneficiado Alarcón, en el sureste peninsular (Comunitat Valenciana, Murcia y parte de Andalucía) las lluvias han sido más bien escasas. De hecho, el el déficit pluviométrico medio en la Comunitat del año hidrológico 2023-2024 es del 46 %, con lo que es el segundo más seco de la serie, aunque con una cantidad similar a la del año 2013-2014, que es el más seco. Son datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En promedio, durante los últimos doce meses se han acumulado 271,1 litros por metro cuadrado (frente a 268 en el año 2013-2014) cuando lo normal sería 499,7.
El pantano de Contreras también ha experimentado la falta de lluvias y con 163 hectómetros cúbicos se encuentra al 49% de su capacidad, mientras que en 2020 estaba al 81% y almacenaba 293 hectómetros cúbicos. En cualquier caso, el estado de estos dos embalses garantiza que en el sistema Júcar la situación sea de normalidad y que los regantes tengan garantizados el regadío sin que hasta el momento se haya planteado la posibilidad de imponer restricciones.
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Los pantanos que están sufriendo especialmente las consecuencias de la sequía son los del sistema Turia. El de Benagéber, el más importante de esta zona, está por debajo del 30% y almacena 66 hectómetros cúbicos tras perder 2,76 en la última semana. Su capacidad es de 221,3 hectómetros. Como dato que sirva de comparación, en 2023 almacenaba a estas alturas 152 hectómetros cúbicos y se encontraba en casi el 70% de su capacidad. En sólo un año ha perdido cerca de 90 hectómetros cúbicos. Como no ha llovido y ha hecho mucho calor los regantes han tenido que acudir a las reservas embalsadas que se han visto ostensiblemente mermadas en los últimos meses. La imposición de restricciones al riego acordadas el pasado julio tienden a salvaguardar el agua almacenada con la vista puesta también en el abastecimiento urbano, que siempre es la prioridad.
El pantano de Loriguilla es el segundo en importancia en el sistema Turia. Su capacidad de embalse es muy inferior a la de Benagéber. Puede almacenar 73,2 hectómetros cúbicos (casi tres veces menos que el de Benagéber) pero en estos momentos únicamente embalsa 22,17 con lo que se encuentra al 30,2% tras perder en la última semana 0,28 hectómetros cúbicos. Hace un año este pantano almacenaba prácticamente la misma cantidad que este.
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Los otros dos embalses del sistema Turia son el de Arquillo de San Blas, con una capacidad de 21,5 hectómetros cúbicos, y el de Buseo (7,5). El Arquillo se encuentra en estos momentos al 74% mientras que el de Buseo está al 10%. Pero las reservas de ambos suponen una pequeña parte del agua que se consume en esta zona.
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Juan Sanchis
En el sistema Júcar se encuentra el pantano de Tous, que es el segundo en capacidad, tras el de Alarcón, con 378,6 hectómetros cúbicos de capacidad. A estas alturas del año almacena 60 hectómetros cúbicos. Durante los últimos años se ha mantenido en estos niveles y es que hay que tener en cuenta que este embalse es de regulación de avenidas. De esta forma, cuando llega la temporada de lluvias (otoño) suelta gran cantidad de agua para poder acometer la función de contención de las precipitaciones torrenciales.
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Otro pantano que está en una situación crítica es el de Ulldecona. Tiene la particularidad de que en estos momentos es el pantano gestionado por la Confederación Hidrográfica del Júcar que se encuentra en peor situación por la sequía. Apenas acumula 0,01 hectómetros cúbicos cuando su volumen total es de once lo que supone que se encuentra al 0,05% de su capacidad, según datos del organismo de cuenca del 14 de octubre.
Este pantano lleva meses en esta situación cuando hace un año almacenaba 3,22 hectómetros cúbicos y se encontraba al 30% de su capacidad. La falta de lluvias y los usos agrarios de la zona han acabado con las reservas y ahora su aspecto es desolador. Al fondo del pantano se puede ver un embarcadero de patinetes de agua tocando el fondo. Así estaba en el mes de agosto y así continúa en estos momentos en espera de que las lluvias le devuelvan su aspecto habitual.
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De esta forma, la necesidad de que llueva es urgente como solución a la imposición de restricciones al riego a la que muchos regantes se están enfrentando en estos momentos.
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