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Peter Tony ayer en Valencia. Iván Arlandis
La lucha de Peter Tony por sobrevivir

La lucha de Peter Tony por sobrevivir

HISTORIAS VALENCIANAS ·

Es uno de los beneficiarios de Cáritas. Llegó a España en 2012 en patera y sin nada y ahora tiene papeles y trabajoa

Juan Sanchis

Valencia

Viernes, 4 de junio 2021, 00:22

Cáritas de Valencia atendió en 2020 a 62.534 personas, un 26,3% mas que el año anterior. Uno de ellos es Peter Tony, un emigrante que llegó de Nigeria en 2012 sin nada tras una odisea en la que tuvo que atravesar medio continente africano para escapar del hambre y la miseria. Sólo tenía 23 años y detrás dejaba el país en el que había fallecido su hermano.

«Ahí no había futuro. Hay guerra, hambre, el Gobierno no ayuda. No tenía nada que comer«, recuerda y señala que la única opción era escapar en busca de una vida mejor.

«Llegué en patera a Granada en octubre de 2012», rememora Peter mientras viaja en dirección a su casa en Valencia en el tren que cada día tiene que coger para trasladarse a la empresa en la que trabaja en Riba-roja.

Su primer contacto con Cáritas fue en Valencia donde llegó en octubre de 2013 después de pasar por Algeciras y Córdoba. Cuando apareció por la ciudad no tenía nada: ni papeles ni dinero ni prácticamente ropa. Su primer alojamiento en la ciudad del Turia fue un albergue donde estuvo unos tres meses. Fue a través de unos amigos que conoció en L' Espai quienes le recomendaron que contactara con la ONG de la diócesis. Fue su salvación.

Precisamente el de los inmigrantes es uno de los perfiles más afectados por la crisis social y económica que acompaña a la pandemia. En ellos Cáritas centró el 61% de las atenciones que realizó durante el año pasado.

Han pasado casi ocho años y la vida de Peter ha cambiado. Por primera vez en mucho tiempo puede mirar al futuro con cierto grado de optimismo. Pero no ha sido un camino fácil y el que se abre tampoco lo es. Pero al menos ya tiene esperanza.

Cáritas primero le alojó en una de sus viviendas. Fue ahí donde pasó dos años. Se trata de una de los 47 espacios que este año pasado con la pandemia la ONG cedió a 176 personas en situación precaria (familias vulnerables inmigrantes, refugiados y personas sin hogar).

En esos años desde Cáritas empezaron a tramitar los papeles para regularizar la situación de Peter en España. Además, comenzó a aprender los rudimentos del castellano y otras habilidades que ahora le han permitido encontrar un trabajo en la empresa de inserción socio-laboral Koopera Mediterránea. «Llegué sin nada, pero mucha gente buena me ha ayudado«, afirma.

Ya tiene el carnet para manejar maquinaria. «Preparamos ropa usada para que otros la puedan utilizar. Se arregla», explica Peter Tony que ya hace planes de futuro. «Ahora estoy preparándome para conseguir el carnet de conducir», explica.

Lleva algo más de un año trabajando en esta empresa en la que puede permanecer tres y ya se plantea cuáles son sus alternativas.

Este inmigrante nigeriano empieza a hacer planes de futuro. Cobra algo menos de mil euros mensuales y reside en un piso con otros amigos. «Me gustaría formar una familia», afirma el joven. «Ahora quiero aprovechar estos dos años para aprender cosas que me permitan ganarme la vida como trabajar en el campo», explica.

El de Tony es un sólo un caso entre las 124.566 personas que atendieron las tres Cáritas diocesanas de la Comunitat durante el año de la pandemia. A las mas de 62.000 en Valencia hay que sumar las 16.815 en la de Castellón (un 16% más) y 53.000 en la de Alicante (un 30% más).

Es un momento especialmente grave. Los datos de atenciones son ya similares a los de 2015 y 2016 tras varios años en los que las atenciones habían caído.

«Lo característico de esta crisis ha sido la inmediatez. Ha llegado de golpe», explicó el director de Cáritas, Nacho Grande, durante la presentación ayer de la memoria anual. Y destacó que otra de las diferencias con la de 2008 ha sido que en ese caso los que se quedaban en el paro contaban con un escudo familiar que ahora ya no existe.

La crisis sanitaria ha afectado especialmente, según detalló Aurora Aranda, secretaria general de Cáritas, a las mujeres (72% de las atenciones). También se ha incrementado el número de menores que fueron 16.632 y ha evidenciado el problema de la soledad no deseada entre los mayores.

La pandemia, además, ha golpeado especialmente a los trabajadores del empleo informal (economía sumergida) y a las que no tenían capacidad de ahorro. Entre los perfiles más afectados se encuentran las parejas jóvenes con hijos, mujeres con hijos, inmigrantes, personas mayores solas, personas con viviendas precarias y personas que han perdido su empleo.

Cáritas invirtió 6,4 millones en estas y otras actuaciones en 2020, especialmente en alimentación y vivienda y contó con la colaboración de 5.500 voluntarios.

Los fondos propios siguen suponiendo más del 60 % de los ingresos que recibe Cáritas Valencia, habiendo aumentado, significativamente, en el último año, las colaboraciones con empresas y otras entidades que se han volcado con las personas en situación de mayor vulnerabilidad en este momento de crisis.

En cuanto a los recursos invertidos, en 2020 también se han incrementado respecto a años anteriores y suponen un apoyo fundamental para quienes no pueden ejercer sus derechos y cubrir sus necesidades básicas. En 2020 Cáritas invirtió más de ocho millones de euros (8 282 010 €) en la atención social en la diócesis de Valencia.

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