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ADA DASI / M. GUADALAJARA
Valencia
Viernes, 17 de abril 2020, 19:54
Encerrados, sin comunicación con sus familias y algunos de ellos sin saber lo que realmente ocurre, así es como pasan los días los mayores en muchas de las residencias, como en la de Santa Elena de Torrent. Así Gloria cumple ya más de un mes de encierro. Aunque no pudo escapar del virus, lo ha pasado de forma leve y ya no tiene síntomas. Pero no podrá salir de la habitación en la que está hasta no tener un test que certifique el negativo. Las pruebas no llegan a Torrent y las familias de los residentes que parecen haber superado el virus están desesperadas.
«Tiene alzhéimer y es una persona muy activa, no puede estar tanto tiempo encerrada, no va a soportarlo, lleva más de 30 días encerrada, si no se muere del virus lo hará de pena», relata la hija de Gloria. Pero su reivindicación no llega sola. Junto a ella otras familias se suman a la denuncia.
«¿Por qué no llegan los test a las residencias? ¿No dicen que ya han llegado a Sanidad?», se pregunta otro de los familiares de los usuarios de Torrent, Manuel Sánchez, que se muestra preocupado por la «poca ayuda prestada tanto a sanitarios como a los demás residentes», explica.
Pero pese a que la de Santa Elena es una de las 24 residencias intervenidas por la Conselleria de Sanidad, su responsable, Ana Barceló, no fue capaz de contestar a la reclamación que le trasladó LAS PROVINCIAS. «Lo desconozco», dijo sobre las denuncias y la situación en el asilo. «No hay ninguna razón por la que no se lleve a cabo el test, si no se lo han hecho se les hará porque estamos aumentando nuestra capacidad», se justificó.
Lo cierto es que los datos que ella misma ofreció en la rueda de prensa confirman la complicada situación que se vive en las residencias de ancianos en la Comunitat; hay 62 nuevos contagios, tras el repunte que ya se cuantificó el día anterior. El goteo de fallecidos en estos centros es constante pese al encierro y cada vez son más las residencias intervenidas por la Conselleria.
Sin embargo, Barceló cree que todo ello se traduce en que «se están haciendo más test», pese a que ahora se podría dudar de las cifras anteriores, e insiste en que «la vigilancia activa de los centros es por causas distintas; se entiende que van a requerir o necesitan más personal sanitario que del que disponen y por ello se establece esa intervención», explicó ayer.
Las denuncias de los familiares por el hermetismo y la escasa información sobre lo que ocurre en el interior de los centros se acumulan en toda la Comunitat, como por ejemplo en la de Alcoy en la que aseguran que no se cumple el protocolo establecido de comunicación con sus allegados. La escasa transparencia se sufre de igual modo en Ayora y en el centro e Burriana.
Roberto Domingo, familiar de residencia de Burriana
«Estuvo un buen rato hablando con mi hijo, entreteniéndose, ellos hablaban de sus cosas», relata Roberto que fue la última vez que habló con su madre. Estaba bien, se valía por sí misma. Pocos días después llamaron diciendo que tenía una infección de orina, algo habitual para alguien de su edad. Cuando quiso llamarla para ver cómo estaba ya no pudo hacerlo.
«Me dijeron que ya había hablado con ella la semana pasada y que no se iba a hablar más, eso no era lo normal, solíamos hablar a menudo y por eso me olí que algo iba mal», dice.
Una semana después volvió a insistir, quejándose porque no le informaran de cómo estaba. «Me decían que tenían poco personal», asegura Roberto que después supo por personal de la residencia que habían ido a hacer pruebas y justo al día siguiente le llamaron diciendo que su madre era positivo. «Estaba grave, se la llevaron a hospital y allí falleció. En menos de tres días se fue». Ahora, una semana después, Roberto aún no ha podido localizar los restos de su madre.
«Quiero denunciar cómo se están haciendo las cosas, no hay derecho a que los familiares no sepamos nada de lo que ocurre allí, no pueden lavarse las manos y llevarles al hospital cuando ya están a punto de fallecer para no cargar con esa responsabilidad», argumenta Roberto, que sigue denunciando que no sabe dónde está su madre.
Marcos Sáez, familiar de residencia de Ayora
«Hay cosas que no se dicen y creo que les han cortado la comunicación, no están informado de lo que pasa dentro, me consta que hay tres muertos por el virus uno de ellos era mi madre y además hay más de 8 infectados, incluso algunas auxiliares», denuncia Marcos de la residencia de Ayora donde vivía su madre. Reniega de que no reciban atención y sigan encerrados. «Lo único que hacen es aislarlos y dejarlos morir», se queja. Eso es precisamente lo que asegura que le ocurrió a su madre. «Nos dicen un jueves que tenía síntomas, que había habido un positivo en la residencia y que la habían aislado, pidieron la prueba y al día siguiente nos dicen que ha dado positivo y que está grave. El lunes muere. Fue a partir de ahí cuando nos enteramos de que hay ocho positivos y que podría haber muerto más gente, aunque esto no nos lo confirman desde la residencia», relata.
Sáez deja claro que su intención es denunciar a la Conselleria de Sanidad y dar a conocer lo que está ocurriendo. «Y lo que no se cuenta», dice, porque sabe que el personal «está haciendo todo lo que puede, yo no critico al centro, ni su gestión ni su trabajo, sino la gestión general de esta situación en las residencias de ancianos, porque al final su única opción para ellos es dejarles encerrados ahí y dejarles morir», explica que es lo que le dijeron al comunicarle que su madre estaba empeorando.
«Iban llamando a mi hermano para informar de cómo estaba; en una de esas llamadas nos dijeron que estaba grave y que sólo quedaba esperar a que muriera. No han intentado ningún otro tipo de tratamiento, no han hecho nada», asevera.
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