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Reunión vecinal. Un grupo de residentes de Guardamar de la Safor, tras marcharse el repartidor. ó. de la dueña
Madrugones cada miércoles para comprar huevos

Madrugones cada miércoles para comprar huevos

LA REGIÓN OLVIDADA La despoblación hace que pueblos como Guardamar de la Safor carezcan de tiendas y esperen a un repartidor para los alimentos básicos

ÓSCAR DE LA DUEÑA

Domingo, 6 de marzo 2022, 23:58

Los miércoles los vecinos de Guardamar de la Safor van con mucho cuidado de que no se le peguen las sábanas. En caso contrario se quedan sin huevos. Este día es el único de la semana que pasa el repartidor, Miguel Garrigós. Minutos antes de las 9 horas entra en el pueblo con su camión, hasta arriba de cajas con huevos que trae desde una granja de Alzira.

Guardamar, con poco menos de 500 habitantes, es uno de esos pueblos sin tiendas y que para poder obtener alimentos depende de personas como Miguel que llevan sus productos, o de un vehículo para acercarse a otras poblaciones donde haya algún pequeño supermercado, a varios kilómetros.

En el caso de los más mayores, la llegada de Miguel Garrigós cada miércoles les «salva la vida», como ha indicado Máximo Fuster. «En este tipo de poblaciones hay mucha gente mayor, a nuestra edad no podemos ir a una gran superficie a hacer grandes compras, dependemos de este tipo de servicios para poder pasar la semana», ha precisado.

Por esto, todos compran varias docenas de huevos. El pasado miércoles la vecina que más compró fue Concha Júver. «Es maravilloso que venga el camión y mantenga esta tradición. Algunas se han perdido, pero esta aún se conserva, ha contado». Esta vecina compró unas diez docenas al repartidor.

«Son huevos buenos, vienen de la granja y tienen mucha calidad para cocinar o hacer postres. En mi caso compro para mí, para algunas vecinas e incluso para mis hijas», ha aseverado.

Mariona Ros es otra de las residentes de esta localidad que sale cada miércoles a coger varias docenas de huevos. «Es preciso comprarlos, no tenemos supermercados, ni una pequeña tienda con los alimentos básicos. Si no fuera por Miguel tendríamos que estar coche arriba y abajo para una docena de huevos».

Por todo ello, decenas de vecinos se encuentran cada miércoles en el cruce de la calle Molí y Jaume I, donde para el camión que llega de Alzira. El propio repartidor ha explicado que se trata de una tradición que no quieren dejar perder. «Venimos cada miércoles y vendemos varias docenas a cada vecino, unos compran hasta diez y otros sólo media, en función de sus necesidades, pero todos quieren tener huevos en sus casas de sobra para la semana».

Garrigós ha explicado que para la población que tiene Guardamar y para los vecinos que salen cada miércoles a la calle minutos antes de las 9, son muchas los docenas que se venden: «Con facilidad dejo cada semana, sólo entre los vecinos entre 50 y 60 docenas, teniendo en cuenta que suelen venir no más de diez o doce personas».

El repartido de Huevos Sanjuan ha dicho que la empresa lleva «décadas» acudiendo a Guardamar: «Hace tantos años que ni recuerdo cuándo empezamos». Hasta hace unos diez años, además de la venta que se realizaba cada miércoles, el repartidor dejaba varios cartones en casa de alguna vecina, con el fin de que si había alguna emergencia los vecinos tuvieran donde acudir si se quedaban sin huevos.

Pero esa tradición sí que se ha perdido y ahora hasta que no entra cada miércoles Garrigós al pueblo y despierta a los vecinos de las cuatro calles con las que cuenta el centro de Guardamar no hay huevos para hacer repostería o para una sencilla a la francesa para cenar.

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