«Mamá, estamos en guerra, se oyen explosiones y tenemos mucho miedo»

Liudmila Mahalyas lleva varios días en duermevela siguiendo los acontecimientos de Ucrania y Rusia. Pero esta madrugada ha ocurrido lo que nunca quería que pasase: ha comenzado la guerra entre ambos países y se ha enterado por su hija Iryna. «A las 6 de la madrugada ha sonado el teléfono, era mi hija Iryna llorando y me ha dicho: mamá, estamos en guerra, se oyen muchas explosiones y tenemos mucho miedo».

Esta joven, que acaba de cumplir 34 años, vive en Sums'ka obasf un pueblo de la regíón de Sumy, a unos cien kilómetros de la frontera con Rusia, está casada y es madre de un niño de 5 años y una bebé de apenas dos meses. ... Las sirenas y las bombas han despertado a los pequeños que, según contaba su abuela, «no han dejado de llorar ante los ruidos a los que no están acostumbrados . »Todos permanecen encerrados en casa. Mi yerno, Igor, que es transportista, no ha podido ir a trabajar, ni el niño a la guardería. Lo que está ocurriendo es terrible«, cuenta Mahalyas, quién hace 20 años salió de su país para recalar en Dénia en busca de una mejor vida para poder ayudar a los suyos.

«La gente está aterrorizada y escondida en garajes y refugios mientras escucha las noticias en la radio y móviles». Además, ha comenzado el desabastecimiento de todo, «no hay comida en los supermecados, ni medicamentos en las farmacias, ni pan, ni gasolina, la gente ha salido a comprar de todo ante la situación de guerra».

Los tanques están aún alejados de la ciudad, de hecho, no se vislumbran pero no se sabe qué puede pasar en las próximas horas. Lo cierto es que «mi familia está muy nerviosa y estresada, no pueden salir de casa porque peligran sus vidas».

Liudmila insiste en que «nunca debía haber pasado esto. Putin no quiere escuchar, no escucha a nadie, no está bien de la cabeza»