La marcha feminista alternativa de Valencia reivindica los derechos de las mujeres más vulnerables

El lugar elegido para la concentración e inicio de la marcha no era casual. La convocatoria quería ensalzar a las más vulnerables: a las mujeres migrantes, empleadas del hogar, a las trabajadoras sexuales y a las mujeres transexuales.

Las banderas moradas y las del movimiento transexual han llenado el recorrido por la calle Ruzafa hasta llegar a la plaza de Sant Agustín y terminar en la plaza de la Virgen. Sonaba con fuerza la frase: «No es no, lo demás es violación», en alusión a la polémica ley del «sólo sí es sí». Manifestantes de todas las edades portaban carteles con eslóganes como «Orgullose de ser hije de una puta».

«¡Sola, borracha, quiero llegar a casa!» Este ha sido otro de los cánticos mayoritarios. El de mujeres que llevan toda su vida luchando por la igualdad. Como María, de 64 años. «Llevo manifestándome desde que tenía 20 años y las cosas han cambiado muy poco», explica. Ella y sus amigas se confiesan cansadas de salir a la calle durante cuatro décadas y ver «cómo las mujeres no somos libres del todo».

María y dos amigas han elegido la manifestación alternativa por comodidad de horario. Otras lo tenían muy claro. Mónica, de 21 años, carga con un cartel que dice «La lucha feminista tiene que ser interseccional». «El feminismo no puede ser blanco y burgués, tiene que contemplar todas las opresiones y todas las etnias», proclama la joven.

Laura nebot, Valeria Ruiz y Rocío Cano pertenecen al Movimiento estudiantil País Valencia Bea (bloc d'estudiants germanats). Un sindicato de la Universidad de Valencia que lleva en marcha desde 1984. «En un principio vamos a las dos manifestaciones pero pensamos que esta es mucho más reivindicativa porque es transincluyente. Defendemos un feminismo de todas».

Tampoco falta la asociación de Mujeres en Acción. Cantan: «No estamos todas, faltan las internas». Carolina Osorio, miembro de la asociación, cuenta: «Faltan las mujeres que trabajan internas en las casas y que no han podido venir. Eso es una prisión». El sentimiento de unidad está latente en el ambiente. En esta manifestación alternativa, Carolina se atreve a decir: «A veces el feminismo se olvida de las mujeres migrantes, que sufrimos el mismo tipo de problemas y somos mujeres igual».

Una manifestación marcada con tintes políticos al grito de «lucha feminista anticapitalista» o «feminismo ecologista». Las diferentes corrientes han convergido hasta que la marcha del 8-M ha terminado, cerca de las 19 horas, en la plaza de la Virgen. También ha habido una clara defensa del trabajo sexual, un debate que ha enfrentado históricamente las diferentes posturas dentro del movimiento feminista.

En las pancartas se podía leer: «escuchad a las putas» o «el trabajo sexual es trabajo». No han faltado las batucadas y el espíritu de fiesta. Desde la Coordinadora Valenciana ONGD detallan: «Vamos a las dos manifestaciones porque coincidimos con unas y otras». Defienden su lucha constante por defender los derechos de las mujeres en todo el mundo. «Todavía hay que dar pasos en la igualdad salarial y tenemos que pensar qué cosas como la ablación genital también se dan en Valencia, el problema no está tan lejos como pensamos», dicen desde la Coordinadora Valenciana ONGD.

El centro de Valencia se ha colapsado hasta llegar a la Plaza de la Virgen, donde los vítores y los aplausos han llenado todo el espacio con personas que defendían la igualdad entre hombres y mujeres sin importar su etnia, su situación económica o sin importar que sean mujeres transexuales.