![Martínez Mus: «Esperamos la normalidad tras la dana bastante antes de que acabe la legislatura»](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/12/20/conseller-RYZtX3yn7Z3L3ZY77WvjTlN-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
![Martínez Mus: «Esperamos la normalidad tras la dana bastante antes de que acabe la legislatura»](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/12/20/conseller-RYZtX3yn7Z3L3ZY77WvjTlN-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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La entrevista con el conseller de Medio Ambiente, Vicente Martínez Mus (Chilches, 1970) , estaba concertada para el 30 de octubre y se ha ido retrasando por razones comprensibles desde la fatídica dana hasta que por fin recibe a LAS PROVINCIAS desde la altura 15 de ... la torre número 1 del complejo administrativo donde tiene su despacho. Las impresionantes vistas sirven como condensado de las competencias a su cargo: proteger el rico medio ambiente como las huertas cercanas de Campanar o el frente costero allá a lo lejos, tutelar el desordenado caos con que se organiza el territorio en Valencia y alrededores... Y es también muy próxima la amenaza que encarna la zona cero, con la Albufera como detonante de la conversación.
- El pasado mes de junio se firmó el pacto en favor de la Albufera que compromete los esfuerzos de la Administración y otros actores en favor del parque. Aquellos compromisos se deben leer ahora en función de la riada del 28 de octubre. ¿Cuál sería la prioridad? ¿La adecuación urbanística de todo el entorno? ¿Tiene la sensación de que el modelo de ordenación del territorio necesita una revisión drástica?
- No es sólo sensación. Es sensación, es convencimiento y es acción. Acción ya, porque estamos trabajando en un decreto ley para actuar de forma inmediata en toda esta zona y arrancando la revisión del Patricova, que es el Plan Territorial sobre inundaciones, porque está claro que hace falta darle una vuelta más y actualizarlo con lo que ha pasado últimamente. También estamos trabajando en un decreto especial para estas zonas. De momento, ya hemos paralizado todas las actuaciones para las licencias de suelo no urbanizable en toda la zona afectada y hemos paralizado cualquier programación que tenga que ver con la utilización de suelo nuevo en estos municipios, para parar, para hacer la foto del momento y recalcular cuál tiene que ser el camino.
- ¿Y cuál debería ser?
- Que mientras no haya garantías de que las obras de protección y encauzamiento garanticen que eso no se va a volver a inundar, en todo lo que se ha inundado no vamos a admitir ningún tipo de nueva construcción. Esto es el corto plazo. Es una medida inmediata, pero es verdad que a medio y largo plazo hay que darle muchas vueltas a cómo seguimos avanzando, porque aquí hay que ir de la mano de cuáles son las obras de canalización y de protección que necesitamos antes de repensar qué más se puede hacer o dónde hay que reubicar infraestructuras, si es que hay que hacerlo en estos municipios. Lo que nos ha demostrado la dana es que esto era zona con capacidad para ser inundada y tenemos que tenerlo en cuenta por protección ya no sólo nuestra, sino de nuestros hijos o nuestros nietos. Para que si alguna vez vuelve a pasar una cosa de éstas, no haya gente que tenga que sufrir por ello.
- Ese decreto que menciona apela al futuro pero qué pasa con lo que ya hay construido. ¿Se eliminarán las construcciones levantadas en zonas peligrosas, viviendas incluidas?
- No. Este decreto es simplemente para ver dónde estamos y planear cuál es el futuro. Paramos lo que está en marcha para no incidir en errores que puedan haber ocurrido antes y volver a repetir alguno que se haya podido cometer, para que donde hoy haya llegado el agua no se pueda construir nada nuevo.
- Insisto. ¿Y las construcciones preexistentes?
- Habrá que verlo. Habrá que ir de la mano con los ayuntamientos, ver también cuál es la intención y la posibilidad de cada uno de ellos. Y eso tiene una sentada más calmada para reflexionarlo, porque cada caso también puede ser distinto. No es lo mismo un suelo industrial que un suelo residencial, no es lo mismo viviendas de una tipología que viviendas de otra. Eso tiene muchas aristas, muchos matices, que merecen una reflexión más serena.
Durante la entrevista, Vicente Martínez Mus se pronuncia también sobre una cuestión central del decreto de reestructuración del territorio que prepara su conselleria antes comentaba: si sus planes incluyen el desvío de barrancos en su actual encauzamiento, como el Poyo que cruza Chiva, por ejemplo. Si, en resumen, hay que desviar esos barrancos para que estén alejados de la población. «Lo que está claro es que no podemos ir trozo a trozo y que hay que tener una imagen de conjunto», responde. « Si se me apura», prosigue, «no solo de la zona afectada porque problemas como los que hemos tenido aquí podemos tenerlos repetidos en otras partes de la Comunitat». Y añade: «Necesitamos una planificación completa de la Confederación, especialmente la del Júcar, que es la que más territorio abarca, con una visión integral. ¿Hará falta mover el barranco del Poyo o el del Magro en algún momento? No lo sé. Pero lo que sí que sé es que tenemos que tener esa imagen global». Una reflexión que enlaza con su pretensión de reordenar el actual modelo urbanístico. «Los proyectos que existen, que se han redactado en algún momento y no se han ejecutado, hay que revisarlos y ponerlos en marcha», anuncia. «Pero con esa visión integral, porque no tiene sentido si no empezamos desde la cabecera hasta el final a reorganizar todos esos cauces», reitera. Mus promete, sin gran concreción, que «si hay que hacer medidas distintas o medidas importantes, habrá que hacerlas».
- Pues le voy a leer un titular reciente. 'El Ayuntamiento de Aldaia aprueba un nuevo polígono industrial de 100 hectáreas en un área que inundó la dana'. ¿Ese proyecto tendrá el visto bueno de la Consellería?
- Ese proyecto es uno de los que se verán afectados en la paralización que estamos hablando.
- ¿Y lo sabe el Ayuntamiento, lo saben los promotores?
- Lo van a saber cuando está el decreto publicado, pero ya lo hemos anticipado a nivel público y lo estoy confirmando en este momento.
- Esa pretensión de reorganizar el territorio incluye el proyecto que ha avanzado su Conselleria y la de Agricultura para revisar el grado de protección de la huerta que alguna controversia ha suscitado.
- Nosotros ya llevábamos en el programa electoral antes de todo esto una revisión de esa ley de protección, porque entendíamos que era una norma que no servía para lo que pretendía servir. Más bien al revés, había supuesto muchísimos obstáculos, incluso para los propios agricultores. Por desgracia, con el tiempo hemos visto que además supuso un obstáculo grave para las obras que ahora nos hubiera venido muy bien tener ejecutadas. Por tanto, si ya teníamos claro antes que eso había que revisarlo íntegramente, por supuesto que le vamos a quitar todo el contenido que tenga que ver con territorio: vamos a dejarlo solo en una norma puramente de línea agrícola, para proteger a los agricultores, que es donde creíamos que cabía ayudar. Pero obviamente si ya era un compromiso antes de estar en el gobierno, después de lo que ha pasado más todavía.
- ¿Y eso qué significa en concreto? ¿Qué significa desproteger ese patrimonio, que es ADN valenciano y tiene también una faceta sentimental? ¿Yo podré cruzar por la huerta por donde antes no podía? ¿Se podrá edificar en espacios donde antes no se podía edificar?
- La línea general que se aprobará probablemente en breve es la eliminación de la consideración de la huerta como condicionante del territorio. Es decir, vamos a tratar a la huerta como un espacio agrícola a proteger con los agricultores, no contra los agricultores, que es como sucedía hasta ahora. El condicionante territorial hay que repensarlo desde el punto de vista única y exclusivamente del pensamiento de los agricultores. No podemos proteger una huerta si no tenemos un agricultor que la cultive porque dejará de ser huerta. Eso es de una lógica aplastante y sin ellos y contra ellos no podemos hacer nada que proteja el territorio.
- ¿Y eso qué significará?
- Vuelvo a la concreción de cada término municipal, en cada zona en concreto, donde la aplicación será de una manera o será de otra. Pero con ese criterio de que lo que se protege es la huerta, la que es cultivable o está cultivada. Y para eso necesitamos agricultores que la cultiven. No podemos poner trabas. Hay que dejarles que actúen y ayudarles en lo posible para conservar un paisaje y un valor a proteger.
- Hemos empezado la entrevista hablando de cómo se puede recuperar el entorno de la Albufera pero esa es solo una parte, aunque valiosa, de todo el territorio devastado. ¿Tiene la impresión de que su reconstrucción es una cuestión a largo plazo? ¿Más de años que de meses?
- Sí, la verdad es que sí. Es cuestión de años. Hay que tener en cuenta que el territorio que recibió el impacto de la dana tiene la extensión de Baleares para hacernos una idea de lo que estamos hablando. Pero lo primero, y lo que más nos preocupa, es ayudar a la gente, a las familias, los comercios, las industrias… Están pasando un mal trago muchos de los autónomos que seguramente están pensando si recuperar su profesión o no. Pasado ese drama, que creo que es el más importante y el más difícil de recuperar, obviamente las infraestructuras públicas va a costar mucho tiempo reconstruirlas. En la parte puramente nuestra, hemos hecho un esfuerzo importante. Estamos sacando riñón de donde no había. Ya teníamos un problema grave de financiación y estamos haciendo además un esfuerzo extraordinario, que no tenía nadie previsto hacer, pero que hemos calculado solo en esta Consellería en 2,3 millones de euros. Si tenemos en cuenta que el presupuesto ordinario de la Consellería es mucho menos que eso, pues te haces una idea de lo que significa, pero yo creo que también vamos adelantando pasos y avanzando rápido. En poco más de 45 días hemos recuperado metro, todas las carreteras, toda la capacidad de depuración... Y estoy satisfecho y me hace sentir optimista de que somos capaces de recuperarnos más pronto de lo que cabría esperar después de visto el desastre.
- ¿Y no tiene la sensación de que ese desastre es aún mayor? Que su dimensión merecería de todas las administraciones un esfuerzo superior.
- Yo he visto sobre el terreno pueblo a pueblo, zona a zona, y cuando lo pisas, te deprimes. Pero cuando haces una visión de conjunto, como el día que tuve ocasión de sobrevolar todo ese territorio en helicóptero, la verdad es que era impresionante. Te das cuenta entonces de la magnitud que conlleva esto. Pero yo creo que los valencianos en general, no me refiero sólo a la administración, somos capaces de muchas cosas, mucho más de lo que nos creemos. Yo quiero pensar que vamos a ser capaces de recuperarnos más rápido de lo que podíamos imaginar. Yo tampoco me imaginaba al primer día que iba a ser posible recuperar en 45 días prácticamente toda la funcionalidad de la movilidad que corresponde a esta Consellería. Y lo hemos hecho. Están operativas todas las carreteras autonómicas, está operativo el metro al 80 por ciento y vamos a ser capaces en pocos meses de tener todas las infraestructuras viarias y de ferrocarril que teníamos antes. El primer día yo veía una montaña muy grande pero subiendo paso a paso la estamos escalando.
- Habla usted de que la reconstrucción tardará años. ¿Puede especificar más ese horizonte temporal? El presidente Mazón apuntó para la exigencia de responsabilidades hacia el final de legislatura, es decir, en el año 2027. Dentro de tres años.
- Desde que el presidente hizo esas declaraciones hasta ahora hemos estado aprendiendo mucho, diagnosticando mejor y trabajando mejor. Mejoramos cada día en cuanto a eficiencia: estamos haciendo cosas que no esperábamos nunca tener que hacer. Yo creo que vamos a ser capaces de recuperar si no toda la normalidad, cierta normalidad o lo que la gente percibía como normalidad bastante antes de ese horizonte de mayo del año 27. Pero será cuestión de años, claro, hay obras que ya tenemos en marcha que sabemos que van a durar 15 o hasta 16 meses, aunque ya digo que lo que es puramente gestión pública sé que vamos a llegar bien. Me preocupa más la gente que va a intentar reabrir su negocio, rehacer su vida, rehacer su casa... Y ahí vamos a tener que estar todas las administraciones para lo que son las infraestructuras públicas. Pero en lo que nos corresponden pura y exclusivamente a nosotros, en las infraestructuras públicas, yo soy optimista porque creo que estamos trabajando muy intensamente.
- El presidente Mazón también hacía en otras declaraciones a lo largo de las últimas semanas una cierta autocrítica respecto a cuestiones que se podían haber hecho mejor antes, durante y después de la dana. ¿Es también su opinión en el ámbito de su Conselleria? ¿Ha pensado qué se pudo hacer mejor, que falló en los protocolos?
- Sí, por supuesto. Creo que para aprender es básico reconocer aquellas cosas que puedas haber hecho mejor. Pero sí es verdad que no había un manual para esto. Nosotros hemos tenido la asistencia de gente experta en protección civil de otros territorios, incluso de otros países europeos, y lo que nos dicen es que no pueden ayudar mucho porque algo así ellos no lo han vivido tampoco y que lo que van a hacer es aprovechar nuestra experiencia para intentar mejorar sus protocolos. Y no es excusa. Es que es verdad que no había un manual de instrucciones de cómo manejar algo así. Las quinielas todos las acertamos el lunes, ¿no? Creo que en líneas generales, echando la vista atrás, en estos cincuenta días hay pocas cosas que podíamos haber hecho mucho mejor.
- ¿Y le parece que el nivel de monitorización de los barrancos, que es donde está puesto el foco de ciertas controversias, era el adecuado? Ya sé que su Conselleria no tiene competencias directas pero me pregunto si hay una reflexión al respecto.
- Errores propios ya digo que sí, que hemos visto algunos pero esto de los barrancos ya no son errores propios, sino externos. Y es verdad que existe esa posibilidad de monitorización que tienen otras cuencas, que nosotros no tenemos y que deberíamos de haber tenido. Y que debemos tener cuanto antes. Creo que era básico. Para tomar decisiones y acertar, es básico tener la información. Si no tienes la información correspondiente es muy difícil acertar con lo que con lo que prescribes. Todo médico necesita un diagnóstico antes de prescribir cualquier tipo de tratamiento. No podemos recibir tratamiento sin diagnóstico.
- Y desde ese punto de vista autocrítico, ¿cree que el nivel de recursos sobre el terreno es el adecuado? La palabra más repetida entre los vecinos es abandono. Se sienten abandonados. Creen que no hay efectivos suficientes para poner en marcha la reconstrucción pendiente. Que no llega la mano del Estado, vía local, autonómica o central.
- Yo entiendo esa sensación pero es verdad que cuando uno está en una situación así, tiende a ver lo que falta, no lo que tiene. Creo el vecindario está teniendo muchos recursos de todo tipo, de todas las administraciones, en cada una de las necesidades. Lo que pasa es que siempre nos fijamos en lo que nos falta, en lo que no llega. Ha habido muchísima gente trabajando de todos los niveles de la Administración, decenas de miles de personas.
- ¿Y están aún sobre el terreno?
- Sí, están aún.
- ¿Y dónde están? Porque es muy difícil encontrarse con ellos cuando recorres la zona.
- La verdad es que yo sí he estado viendo que hay gente trabajando en la zona, aunque puede haber un momento o un sitio concreto donde no los encuentres. Siempre habrá un pero, siempre pensarás que puede haber más gente. Y ha habido momentos que hemos tenido serios problemas de coordinar tantísimo efectivo y eso ha generado conflictos. Entiendo que la sensación es que tendría que haber más gente. Puede ser. Yo lo asumo en la parte que me pueda corresponder, pero de verdad que cantidad de efectivos ha habido mucha.
- ¿Y se sigue manteniendo ese esfuerzo en efectivos? Se lo pregunto porque sobrevuela la idea de que en cualquier momento el impacto mediático que tiene la dana se va a ir evaporando. Y que Valencia está a punto de dejar de ser noticia, de que nos dejen de prestar atención desde el resto de España.
- Ese temor lo comparto absolutamente. Totalmente. Tengo miedo que perdamos el foco y dejemos de estar en el punto de mira de todo el mundo, de España y de Europa, porque continuamos teniendo muchos problemas a solucionar, no solo en el corto plazo y en la resolución de la emergencia, sino en lo que nos hace falta para que esto no vuelva a pasar. Son actuaciones importantes, recursos que nos doten de capacidad financiera para sobrellevar la emergencia. Y tal como van pasando las semanas, tengo miedo, de verdad, Y ahí yo creo que también nosotros tenemos una responsabilidad, todos los implicados, incluso los medios de comunicación valencianos, para recordar que mientras tengamos que cubrir emergencias, necesitamos todavía servicios e infraestructuras que no han llegado hasta el momento. Necesitamos que no se vaya Valencia de la vista de España e incluso de Europa. Que recuerden que aquí hay actuaciones pendientes, que estamos todavía solventando una emergencia y que necesitamos muchas cosas que no se han hecho para que esto no vuelva a suceder.
- ¿Y eso implica recursos económicos?
- Por supuesto. Hemos cifrado ya la cantidad. Yo creo que la cifra que ha comentado el presidente Mazón en muchas ocasiones está muy lejos de la que de momento hemos tenido. Yo en particular en los 2.600 millones que hemos calculado que nos hacen falta en las competencias que a mí me corresponden, todavía no tenemos aportación externa confirmada de ninguna clase, no sabemos por dónde van a llegar ningunos de los recursos. Por ejemplo, para la Albufera hemos oído que hay un presupuesto de 25 millones que va a aportar el Estado pero no sé dónde ni cómo van a llegar. Y me preocupa, porque los necesitamos.
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