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La afluencia al cementerio de Valencia está siendo masiva. «Lunes y martes han sido un no parar y en lo que llevamos de día también». Así lo explica María Jesús, de Flores Teruel, en un puesto de venta donde la gente hace cola para comprar un ramo y llevarlo a sus familiares. «Estoy aquí desde antes de la pandemia y no recuerdo que hubiera habido tanta gente», añade.
El hecho es que los accesos al camposanto estaban este miércoles a rebosar. Las colas para entrar en el cementerio llegaban al Bulevar Sur y los guardias urbanos también se encontraban saturados. «La gente ha venido en masa», asegura María Jesús. Las floristerías situadas en frente del cementerio tienen un goteo constante de clientes comprando flores.
La afluencia de vehículos ha convertido los parkings situados en las inmediaciones del cementerio en un paraíso para los gorrillas. Está lleno de aparcacoches que tratan de ayudar a los conductores para conseguir unas monedas.
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Ya en el puesto de información, a la entrada del camposanto, la afluencia también es constante, como señala Ángeles, una trabajadora del Cementerio. «La gente pregunta mucho para localizar el lugar donde reposan sus familiares», afirma. «También se interesan por dónde se encuentra la tumba de Nino Bravo y las de otras personalidades famosas», destaca Ángeles. «Muchos aprovechan para pasear y ver la decoración propia de estos días», destaca. Y es que la gente pregunta mucho y se forman colas para pedir la información.
Estos días hay un horario especial de visitas. El cementerio está abierto desde el 21 de octubre y hasta el jueves dos de noviembre desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde de forma ininterrumpida.
«Mi marido murió hace dos meses y estoy aquí para traerle flores», afirma Alicia, vecina de Valencia que suele acudir varias veces a llevar flores y recordar a sus familiares más cercanos. «Y hoy vengo con más motivo», expresa.
También han acudido Mercedes e Isis, madre e hija. Isis suele venir más días a lo largo del año pero la cita ineludible es el primer día de noviembre, Todos los Santos. «Es una costumbre», afirma. Por su lado, su hija Mercedes, señala que viene acompañando a su madre. «Es el día que te reservas para recordarlo porque la vida pasa muy rápido y no hay tiempo para nada», sostiene.
Isabel y Mari se han acercado al cementerio en este día. «Solemos venir todos los años», afirma Isabel que señala que aquí están las tumbas de sus padres, hermanos y marido«. Por su lado, Mari visita a sus abuelos, padres y tío.
María Ángeles también ha venido a visitar a sus familiares. «No suelo venir mucho. Sólo una vez al año y visito a mis padres y abuelos», afirma. Va cargada de flores y destaca que «que menos que traer unas pocas flores».
«Antes venía más. Tenía más tiempo», afirma María Ángeles mientras busca la salida el cementerio, aunque nunca falta el primer día de noviembre. «Aprovecho para hacer un recorrido por las tumbas de la familia: abuelos, padres, tíos y también los padres de mi marido», asegura.
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