Los matrimonios valencianos separan sus carteras

Juntos pero no revueltos. O no del todo. Y mejor si el dinero y las cuentas bancarias no acaban convirtiéndose en un motivo de discusión conyugal. Los matrimonios valencianos son los que más querencia tienen de España por la separación de bienes. El año pasado, 7.266 parejas firmaron este tipo de capitulaciones matrimoniales ante notario. Así lo indica la estadística que maneja la Asociación Española de Abogados de Familia. No es la mayor cifra del país, pues cuantitativamente se suscriben más en Madrid (13.280) o Andalucía (12.116). La valenciana es la tercera región en números absolutos. Pero si hay una realidad: en ninguna otra autonomía aumentan tanto este tipo de trámites ante notario.

Los matrimonios valencianos prefieren tener sus carteras separadas. Esa es la conclusión de los datos que aportan los abogados de familia. Entre 2011 y el año pasado, la cifra de separaciones de bienes se ha disparado un 178%. Las capitulaciones se triplican en una década, al pasar de 2.710 a 7.266 en 2022. El aumento se queda muy lejos del que contabilizan las otras regiones con más incremento: Baleares (+82%), Madrid (+56%), Cantabria o Andalucía (ambas +52%).

¿Por qué pasa esto con los matrimonios valencianos? Lo explica Óscar Martínez, vocal de Aeafa: «En la Comunidad Valenciana tenemos actualmente el régimen supletorio de sociedad de gananciales. Esto quiere decir que, si no se pacta ante notario lo contrario, cuando una pareja contrae matrimonio lo hace en régimen de gananciales. Los motivos por los que los matrimonios suelen pactar la separación de bienes son varios: que uno o ambos sea empresario autónomo y lo que se busque es mantener economías separadas para que las deudas del negocio no afecten a los bienes del otro; o que las decisiones de cada uno para disponer de su patrimonio no requieren del consentimiento del otro cónyuge».

Aunque también hay otra explicación de este auge. Entre 2008 y 2016, el régimen por defecto que se aplicaba cuando te casabas era el de separación de bienes. Durante esa época estuvo vigente la Ley de Régimen Económico Matrimonial Valenciano. Esta norma fue anulada por el Tribunal Constitucional. Y desde el 1 de junio de 2016 pasa justamente lo contrario: por defecto, cualquier boda implica que los cónyuges tengan régimen gananciales (patrimonios compartidos, lo tuyo es mío y lo mío, tuyo). Y la estadística demuestra la clara inclinación de los valencianos por estar juntos pero no revueltos.

«El hecho de otorgar capitulaciones matrimoniales no debería interpretarse como un signo de desconfianza, sino de madurez, al ordenar y organizar de común acuerdo con el otro cómo va a funcionar la economía familiar», opina el letrado valenciano Óscar Martínez.

Los abogados de familia explican algunas de las ventajas de apostar por la separación de bienes. Sobre todo una: si uno de los dos cónyuges tiene deudas, le afecta sólo a él mismo. Insolidario quizás, pero tranquilizador para el equilibrio matrimonial. «Excepto si las deudas contraídas están relacionadas con las cargas familiares», puntualizan desde la asociación. En ese caso, a arrimar los dos el hombro.

La separación de bienes también es una opción perseguida cuando uno de los cónyuges es empresario. O cuando tiene hijos de una relación anterior. Cada uno con su patrimonio y sin tener que pedir permiso al otro. Y menos discusiones de alcoba. Eso no quiere decir que no se puedan tener cosas de propiedad compartida: los matrimonios en separación de bienes pueden tener bienes comunes. Y si hay separación, el proceso suele ser más simple al no tener que realizar la separación de bienes.