De nada parece servir ser una tierra sacudida por dos tragedias históricas por las lluvias torrenciales. O las reiteradas advertencias de expertos ante la mayor frecuencia en los episodios de tormentas intensas como las que afectaron a la plantà e inundaron zonas de ... Vinaròs. La prevención contra inundaciones sigue haciendo aguas en la Comunitat y otro de los suspensos llega con la organización a nivel local ante la mayor amenaza climática que se cierne sobre el territorio valenciano: los planes de actuación municipal ante el riesgo de inundaciones. Ocho de cada diez localidades obligadas a elaborarlo no lo han hecho a las puertas del otoño, la época de mayor riesgo de riadas en la región.
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Estos planes son una organización interna a nivel municipal para reaccionar del mejor modo posible ante las temidas inundaciones. Son un escudo más junto a otros como las grandes infraestructuras contra riadas, cuya construcción, lamentablemente, también sigue esperando la Comunitat Valenciana.
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Los planes municipales no son una simple recomendación. Para determinados pueblos con mayor grado de peligro ante las lluvias son una obligación que marca la legislación autonómica y coordina la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, integrada en la Conselleria de Justicia. Pero no se cumple.
La última revisión del riesgo por parte de la Generalitat, realizada el año pasado con arreglo a los estudios recientes sobre el fenómeno, estableció que 505 pueblos de la región presentaban peligro fluvial. Sólo 37 quedaron fuera de la catalogación por sus características geográficas.
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De esos 505, casi la mitad, 227, están obligados a contar con un plan de actuación municipal contra riadas. Son aquellos con riesgo medio y alto. Y aquí llega la clave de la cuestión. ¿Cuántos tienen elaborado su plan a fecha de hoy? Únicamente 50. Los otros 177 todavía no cumplen con el requisito a pesar de las reiteradas insistencias de Emergencias en los últimos años. Y sin ninguna consecuencia legal.
Es decir, el grado de incumplimiento ante la mayor amenaza climática roza el 80%. Y el avance en los últimos años en esta materia es escaso. Año tras año, la falta de planificación se repite.
Entre los pueblos llamados a disponer de un plan contra riadas y que todavía no lo tienen destacan, en la provincia de Alicante, Altea, Benidorm, Novelda, San Vicent del Raspeig, Santa Pola, Teulada, Torrevieja, Xàbia o Villena. En la provincia de Castellón incumplen la obligación localidades como Almassora, Borriol, Cabanes, o la capital, Castellón. Tampoco lo han elaborado Catí, Montanejos, Navajas, Onda o Torreblanca, la Vall d'Uixó o Vinaròs, uno de los municipios valencianos más afectados por las últimas tormentas de principios de este mes con rescates de atrapados.
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Ya en la provincia de Valencia, suspenden en planes contra riadas Alzira, Bétera, Canals, Carlet, Catadau, l'Eliana, Faura, Gandia, Guadassuar, Llíria, Manises, Massamagrell, Massanassa, Montroi, Náquera, Ontinyent, Paiporta, Pedralba, Picanya, Picassent, El Puig, Requena, Rocafort, Sagunto, Siete Aguas, Torrent o Tavernes de la Valldigna.
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