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El presidente Carlos Mazón.

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El presidente Carlos Mazón. EP

Mazón, ante su primera gran crisis de emergencias

El Gobierno detecta un retraso de siete horas y media en la respuesta del Consell, mientras el PP sostiene que la primera alerta se emitió el lunes

JC. Ferriol Moya

Valencia

Jueves, 31 de octubre 2024, 01:09

Las encuestas que publicaron los medios de comunicación en el entorno del pasado 9 d'Octubre vinieron a coincidir en constatar el crecimiento en intención de voto del PP valenciano. Casi año y medio después de haber ganado las elecciones autonómicas, el PP valenciano navegaba franco, consolidando su posición, se concluyó.

Múltiples factores contribuían a esa situación, y entre ellos, más allá de aciertos en las principales decisiones de gestión, la inestimable ayuda de un PSPV a la deriva. Pero algunas crónicas ya incluyeron entre esas claves una que no resultaba anecdótica. El Consell de Carlos Mazón no había tenido que hacer frente a situaciones de emergencia.

Ni pandemias, ni una DANA como la que tuvo lugar en 2019 y que castigó de forma especial a las comarcas del sur de Alicante, ni episodios de incendios forestales desbocados como el de la Vall d'Ebo o el de Bejís en el verano de 2022. Situaciones trágicas en las que se pone a prueba la celeridad de la Administración responsable de los cuerpos de emergencias.

El Consell de Mazón no había tenido que vivir situaciones de este tipo. El incendio del edificio de Campanar el pasado mes de febrero que dejó una decena de fallecidos no ponía a prueba la gestión del Consell.

La primera gran crisis a la que tiene que hacer frente el nuevo Gobierno valenciano ha llegado con una DANA de dimensiones desconocidas, que ha arrasado varias comarcas y que deja un número de víctimas aún por determinar.

Un fenómeno meteorológico excepcional, es cierto, de unas dimensiones sin parangón, que ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del Ejecutivo valenciano. «La gestión de una emergencia siempre es una prueba de fuego para un Gobierno», señala una fuente.

La cantidad de agua caída, y especialmente la velocidad con la que lo hizo, confiere a esta tragedia tintes de inevitabilidad. Quizá frente a una DANA de estas características poco se podía hacer. Sin embargo, el debate que se ha abierto tiene que ver con la celeridad en la reacción del Consell frente a los avisos de que llegaba un episodio meteorológico intenso.

En este caso, el foco de la gestión de la conselleria encargada de la gestión de las emergencias, la de Justicia e Interior, se ha puesto de forma principal sobre la celeridad con la que se emitieron los primeros avisos respecto a la gravedad de la situación. De hecho, se cuestiona que no se activaran los avisos de alerta a la vista de las previsiones de Aemet, que varias horas antes ya advertía del nivel de intensidad del fenómeno meteorológico. La primera alerta telefónica del martes no llegó hasta las 20.12 horas. Para ese momento, muchos ciudadanos se encontraban ya atrapados en sus vehículos o en vías de las que resultaba imposible salir.

El ministro Ángel Victor Torres puso en cuestión este miércoles la agilidad en la respuesta de la administración valenciana. Según explicó, Aemet había declarado alerta roja el mismo martes a las 7.31 de la mañana para la provincia de Valencia. Y no fue hasta las 15 horas cuando Emergencias decretó el nivel 2 para Utiel-Requena, y a las 19.17 para el conjunto de la provincia de Valencia. A las 20.12 se emitió el SMS de alerta a la población y a las 20.36 se recibía en el Gobierno la solicitud de activación de la UME, concluyó.

El PP pone en cuestión esos datos y señala que el pasado lunes a las 12.00 horas la Generalitat ya emitió una alerta informando de la posibilidad de lluvias e inundaciones con atención a ríos y barrancos. Ese mismo día, a las 15.00 horas se aumentaba a nivel naranja. Y el martes, a las 11:30 la Generalitat decretaba y comunicaba emergencia en barranco del poyo, en el río magro, en Utiel y en la Ribera Alta. «Había alerta roja decretada y comunicada en la provincia de Valencia conforme a los protocolos que marca el Gobierno según las informaciones de AEMET y CHJ desde las 7.45 del martes», se señala. De hecho, se asegura que la alerta a la población se produjo el domingo. Se envió un mensaje por la tarde a las 20 horas pero no como inicio de la alerta, si no únicamente como un único elemento de comunicación más y fue cuando lo recomendaron las FCSE y los servicios de emergencia.

Visibilizar la gestión de la emergencia

Los responsables de emergencias no apagan los incendios, pero ayudan a que no se extiendan otros. En sus manos está también toda una liturgia que permite trasladar la necesaria imagen de coordinación entre instituciones. Reuniones, comparecencias, videoconferencias con las localidades afectadas, reuniones del Cecopi. En muchas ocasiones se trata de un protocolo cuya activación también contribuye a alertar a los ciudadanos de la situación de riesgo. «No hay un manual de cómo actuar», se admite. Pero hay que hacerlo.

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