Médicos en la 'zona cero' de la DANA: «Esto es como si fuera una guerra»
Los sanitarios de las localidades afectadas por la DANA ven multitud de casos de heridas, cortes, caídas y crisis de ansiedad
La atención sanitaria no se ha detenido en ningún momento y los médicos y enfermeros han visitado casa por casa a cientos de pacientes en las localidades afectadas por la DANA cada día. Entre calles anegadas por el barro, coches destrozados, restos de muebles y enseres perdidos los médicos se abrían paso para llegar hasta cada enfermo. «He ido entre el barro en la calle y sobre todo a las casas a atender a gente que no podía moverse. La gente que pide ayuda va al centro de salud o a la calle, pero los que más lo necesitan no salen de su casa porque no pueden, la gran mayoría gente mayor, con urgencias», relata José Vicente Puchol, un médico voluntario que está ayudando en Alfafar y ahora en Paiporta. «No tienes todos los medios porque esto es como si fuese una guerra», destaca.
De hecho, en los primeros días sin conexión a internet ni siquiera móvil, ni acceso a la historia clínica, registraban cada paciente «con papel y boli», dice Ana Soldado, coordinadora de enfermería en el centro de salud de Benetússer. «Hemos accedido como hemos podido a donde nos llamaban. Los vecinos nos abordaban por la calle para avisarnos de que una persona necesitaba ayuda, o la policía nos lo decía. Ha sido un trabajo bestial», explica. «Veíamos mucha herida, mucha sutura, curas de heridas sucias por el barro», añade.
También desde el primer momento estuvo María José Muñoz, enfermera del Servicio de Emergencias Sanitarias de la Comunitat. «Fue muy caótico todo durante los primeros días. Nos teníamos que mover en todoterrenos que vinieron de la UME de Cantabria y Navarra porque el acceso era muy complicado, porque las ambulancias no podían pasar. Había muchas crisis de ansiedad, y ahora siguen habiendo muchas heridas, es algo constante, contusiones, gente que está ayudando y que se le cae una puerta encima, suturar cortes, erosiones, ampollas, caídas y resbalones por el barro», detalla la sanitaria.
Los trabajos de limpieza están haciendo que las calles sean ya más transitables, pero aún así cuesta mucho moverse. «Me dicen que hay una persona mayor en tal calle y yo voy a atenderlo, o una crisis epiléptica de una mujer, o heridas por caídas. Una voluntaria se cayó y se hizo daño en una muñeca. Yo sospechaba que tenía una fractura, le puse un vendaje y le dije que fuera a un hospital a que le hicieran una radiografía», apunta el facultativo Puchol. Y Muñoz también añade que mucha gente mayor «ha sufrido hiperglucemias debido a que su alimentación está siendo diferente, porque están comiendo lo que se ha suministrado ante la falta de comida, ha habido descompensaciones diabéticas, crisis hipertensivas. Ahora está habiendo bastantes casos de gatroenteritis por las condiciones sanitarias que hay», sostiene la enfermera.
La coordinadora de Benetússer cuenta que montaron «equipos de enfermera y médico y les asignamos sectores del pueblo, el operativo lo pusimos en marcha desde el jueves 31, porque el miércoles no pudimos acceder, sólo pudieron una médico y una enfermera que viven aquí, pero los demás no. Estuvimos peinando el pueblo para detectar gente con urgencias», dice Soldado. «Ahora la situación ha mejorado, en el centro de salud tenemos cinco equipos, que son unos 12 sanitarios yendo a hacer atención domiciliaria por el pueblo», señala, que se suman a los sanitarios del Servicio de Emergencias.
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