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Una voluntaria completamente recubierta de lodo. EP

«Las medidas de protección llegaron tarde, como todo»

Los voluntarios critican que el Gobierno tardó demasiado en dar indicaciones y temen haberse intoxicado los primeros días de la DANA

Lunes, 11 de noviembre 2024, 01:17

Para cuando el Gobierno advirtió a los afectados y a los voluntarios de que extremaran las precauciones para no contraer infecciones al estar en contacto con aguas contaminadas, cientos de personas ya estaban con el fango hasta el cuello.

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Si hay un adverbio que defina ... cómo se ha gestionado la DANA es «tarde». La misma sensación que tienen los voluntarios. Blanca, Arantxa y Guillermo están sentados en un parque de Massanassa. Allí hay puestos de comida. Él apura un cigarro. Llevan el EPI (Equipo de Protección Individual) medio quitado. «Las medidas de protección llegaron tarde, como todo. Avisaron tarde de la DANA, actuaron tarde y nos dijeron que nos protegiéramos también demasiado tarde», enfatiza Guillermo.

Ayer fue el primer día en lo que va de DANA que la Policía repartía en la renombrada como «pasarela de la esperanza» Equipos de Protección Individual (EPI) a las personas que acudían andando para ayudar a limpiar las calles inundadas. Hasta entonces, los voluntarios tenían que buscarse la vida con las prendas que tuvieran por casa.

Fue el pasado 3 de noviembre cuando Salud Pública advirtió del peligro de padecer una infección en los lugares de la DANA si no se utilizaba ningún tipo de protección. Compartieron que, al llevar el agua estancada varios días, mezclada con personas y animales muertos, aguas fecales, químicos o aceites de vehículos siniestrados, meterse en este ambiente era un gran riesgo para la salud.

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Pero cuando llegaron las indicaciones de que aquellos que acudieran a limpiar debían llevar todo el cuerpo cubierto, guantes, mascarilla y gafas los voluntarios y los vecinos ya llevaban cinco días sumergidos en el fango. Exponiéndose a todas las enfermedades. Arantxa confiesa: «Tengo miedo de ya haberme infectado. Al principio nadie sabía nada».

Intentan no darle vueltas al hecho de que podrían haber contraído una enfermedad. «Ahora mismo estamos centrados en ayudar. Cuando todo esto pase ya veremos», comentan entre ellos.

Aunque los primeros casos de infecciones parece que comienzan a aflorar. Arantxa comenta que una amiga suya ha presentado un cuadro de vómitos. «Vive en Paiporta y tiene que dormir con mascarilla porque está todo lleno de barro», cuenta la chica. También comentan que la noche del sábado fue la primera que un amigo en común pudo acostarse en su cama sin que hubiera lodo en el colchón.

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El pasado 8 de noviembre, Sanidad alertó de dos contagios de leptospira. Es una enfermedad bacteriana que puede contraerse al contacto con aguas de inundación, tierra húmeda o lodos contaminados con orina o tejidos de animales infectados, siendo las ratas los portadores más frecuentes. Estas bacterias pueden entrar en el organismo a través de lesiones cutáneas o mucosas, afectando tanto a personas que residen en las zonas afectadas, como a aquellas involucradas en labores de limpieza y rescate.

La insistencia de la Conselleria de Sanidad aumenta a medida que transcurren los días. Desde la Conselleria han enviado SMS para recordar a los residentes de la Comunitat la importancia de seguir las recomendaciones de salud para evitar contagios.

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En cuanto a los vecinos de las poblaciones afectadas también han recibido un SMS que recuerda en concreto la importancia de llevar mascarilla, botas de goma, manga larga, pantalón largo y protección ocular para realizar las tareas de limpieza de agua estancada o lodo.

Todavía hay quien se resiste a adoptar estas medidas. Ángela y Loren hacen una pausa después de limpiar la casa del chico en Massanassa. Ambos llevan pantalón y manga corta. «Hace demasiado calor para ponerse otra ropa», cuentan los jóvenes de 22 años. También les cuesta ponerse la mascarilla para limpiar. «Es muy incómodo. Son muchas horas aquí metidos y al final lo único que piensas es en terminar», dicen. Están exhaustos tras tantos días limpiando el lodo de las calles.

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