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Miércoles, 2 de octubre 2024, 22:46
Pastelería Galán se ha alzado este miércoles con el premio a la Mejor Mocadorà 2024 por la calidad, sabor y variedad de estos dulces de mazapán artesanales, en la 43 edición del Concurso de Sant Donís, organizada por el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, con el patrocinio de la Generalitat Valenciana y de la Diputación de Valencia.
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Por su parte, el Horno Pastelería Cuenca, ganador del primer premio dentro de la modalidad de Ornamentación Comercial, ha destacado por su originalidad y creatividad en el diseño composición y presentación artística de su escaparate.
1º PREMIO: Pastelería Galán. Av. Corts Valencianes, 92. Albal.
2º PREMIO: Horno San Antonio. C/ Turia, 4. San Antonio de Benagéber.
3º PREMIO: Horno La Estrella. C/ Matías Perelló, 2. Valencia.
1º PREMIO: Horno Pastelería Cuenca. C/ Puzol, 5. Valencia.
2º PREMIO: Pastelería Galán. Av. Corts Valencianes, 92. Albal
3º PREMIO: Horno San Antonio. C/ Turia, 4. San Antonio de Benagéber.
La 43 edición del Concurso de Sant Donís ha contado con la participación de una variedad de establecimientos agremiados que han presentado sus elaboraciones ante un jurado formado por maestros pasteleros, representantes de las asociaciones de consumidores, AVACU, Tyrius y Unión de Consumidores; representantes de la Escuela de Bellas Artes y prensa especializada.
Cada 9 de octubre, Valencia celebra San Donís, su particular San Valentín, una fecha que, además, coincide con el Día de la Comunitat Valenciana. En este día, es tradición que los enamorados demuestren su amor a sus parejas con la tradicional 'Mocadorà', una bandeja de dulces de mazapán, elaborados a mano, reflejo de la creatividad de los artesanos locales y una obra de arte gastronómica.
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La tradición de la mocadorà, que se remonta al siglo XIII, tiene sus raíces en la prohibición impuesta por los Decretos de Nueva Planta tras la Guerra de Sucesión. Estos decretos prohibían a los valencianos celebrar la entrada de Jaume I en la ciudad de València el 9 de octubre, que hasta entonces se conmemoraba con el lanzamiento de petardos. En respuesta, los confiteros de la época idearon dulces en forma de petardos, conocidos como «piulets» y «tronadors», que han perdurado como símbolos de la festividad.
La creatividad de los confiteros no se detuvo ahí. También comenzaron a elaborar mazapanes con forma de frutas y hortalizas, en homenaje a la fertilidad de la huerta valenciana y como referencia a la costumbre de los moros de regalar hortalizas a doña Violante de Hungría, esposa de Jaume I. Desde entonces, los hombres regalan estos dulces envueltos en un pañuelo, manteniendo viva una tradición que, siglo tras siglo, sigue emocionando a los valencianos.
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