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Un monitor de Cruz Roja juega con una niña refugiada en las instalaciones de la Ciudad de la Luz, en Alicante. lp
Dos meses en su nuevo hogar

Dos meses en su nuevo hogar

Más de 19.000 refugiados ucranianos han llegado a la Comunitat tras la invasión y unos 1.350 esperan un alojamiento definitivo en albergues, hoteles y la Ciudad de la Luz

DANIEL GUINDO

Domingo, 15 de mayo 2022, 02:55

Huyeron de la guerra, la mayoría con lo puesto, en busca de un lugar seguro. Y más de 19.000 de ellos lo encontraron gracias a la solidaridad de los valencianos. El pasado 5 de marzo llegaron a la Comunitat los primeros diez ucranianos que tomaron la dolorosa decisión de dejar atrás su hogar y sus recuerdos para salvar sus vidas y las de sus seres queridos. Pero no fueron los únicos. Poco a poco la región se ha convertido, junto con Madrid y Barcelona, en uno de los principales enclaves de acogida de unas familias que, las más afortunadas, contaban con conocidos que les brindaron un techo donde cobijarse. Pero muchas otras vinieron, y aún llegan, sin nada, y es aquí donde las plazas de primera acogida previstas por el Gobierno, con la colaboración de Cruz Roja y la Generalitat, resultan claves para atender a unas personas que probablemente lo hayan perdido casi todo.

Según la información proporcionada a LAS PROVINCIAS por fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunitat, la región tiene ocupadas 795 plazas de las 858 acordadas con hoteles, hostales y albergues valencianos para esa primera acogida de refugiados ucranianos. A ellas se suman otras 554 de emergencia de las 834 disponibles en la Ciudad de la Luz alicantina y en los Centros de Acogida Temporal de Emergencia (CATE) de Valencia. En total son 1.349 personas las que, en la actualidad, han encontrado un nuevo hogar en este primer escalón asistencial mientras esperan a que el Ejecutivo nacional encuentre los recursos más adecuados para cada una de esas unidades familiares, normalmente en viviendas tuteladas para facilitar su integración.

Entre estos recursos de emergencia destaca uno sobre el resto: el complejo habilitado en la Ciudad de la Luz con los tres hospitales de campaña con los que la Conselleria de Sanidad se cubrió las espaldas ante un posible aluvión de enfermos de Covid en los peores momentos de la pandemia. No resultaron lo suficientemente eficaces para acoger pacientes –las inclemencias meteorológicas lo pusieron de manifiesto en Valencia, por ejemplo–, pero ahora se han convertido en un recurso vital instalados en el interior de los grandes hangares de las instalaciones alicantinas. Este centro de recepción y atención para la derivación de refugiados depende el Gobierno central pero cuenta con el inestimable apoyo de Cruz Roja. Cuenta con todos los servicios que requieren los refugiados: un punto donde la Policía Nacional realiza los trámites para esa recepción temporal –tanto de aquellos que se alojan en las instalaciones como los que únicamente requieren de esa documentación al contar con otro recurso para vivir–, la asistencia de trabajadores sociales que llevan a cabo una primera valoración de esas familias para conocer sus necesidades y cuál sería el recurso asistencial más adecuado para ellas, y un amplio equipo, conformado por profesionales y voluntarios de Cruz Roja, de trabajadores sociales, traductores, monitores para los niños y hasta voluntarios que imparten clases de español.

Instalaciones para los refugiados ucranianos de la Ciudad de la Luz, en Alicante. lp
Imagen principal - Instalaciones para los refugiados ucranianos de la Ciudad de la Luz, en Alicante.
Imagen secundaria 1 - Instalaciones para los refugiados ucranianos de la Ciudad de la Luz, en Alicante.
Imagen secundaria 2 - Instalaciones para los refugiados ucranianos de la Ciudad de la Luz, en Alicante.

En las carpas inicialmente previstas para combatir la pandemia cuentan con habitaciones en las que pasar la noche, un amplio comedor con cocina, un salón y pistas deportivas y juegos para niños, puesto que hay una gran cantidad de menores que han llegado acompañados de sus madres.

«Son personas que no tienen dónde quedarse y están aquí con carácter temporal hasta que se les asigne una plaza, por lo que hay entradas y salidas. Mientras tanto, tratamos de atender todas sus necesidades, desde acompañarles a la ciudad a hacer alguna gestión hasta llevarlos a Urgencias de madrugada por un importante dolor de muelas», ejemplifican desde Cruz Roja. Asistencia psicológica, jurídica, ropa o pañales son otras de las cuestiones de las que se encarga, siempre en colaboración con el ministerio, el personal de la ONG. La Conselleria de Sanidad, por su parte, tiene destinados a profesionales que someten a pruebas PCR a los nuevos ingresos para evitar que se produzca un brote de Covid-19 mientras que el enclave también cuenta con especialistas de Labora que tratan de facilitar la búsqueda de un empleo a los interesados.

Preservar la intimidad del colectivo es otra de las máximas, de ahí que las instalaciones se han previsto de tal manera que estén fuera de la mirada de curiosos. Las carpas se han instalado en el interior de los hangares para incrementar su bienestar frente al frío y las lluvias de hace unas semanas y el calor que empieza a aflorar en este mes de mayo. «La necesidad de plazas ha sido tal que se han tenido que cuadruplicar gracias al apoyo tanto de la Generalitat como de los ayuntamientos», añaden.

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