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BELÉN HERNÁNDEZ
Viernes, 14 de octubre 2022, 01:07
«Dice que me quiere». Este es el mantra que se repiten muchas mujeres cuando reciben el primer bofetón. La primera burla. El primer insulto camuflado de broma. El amor es precioso hasta que se convierte en una gran mentira. El armazón que emplean los maltratadores para asediar a sus víctimas. El as en la manga. La carta que poner encima de la mesa cuando una mujer quiere abandonar las cuatro paredes que le condenan a una vida de sufrimiento. Porque el miedo es el mayor enemigo de la libertad. Es por eso que siete mujeres en la Comunitat Valenciana se acogen cada día a su derecho a no declarar contra sus parejas después de una agresión.
Supone la cifra más alta de España, sólo por detrás de Madrid. En la capital, son nueve mujeres las que se guardan su dolor y niegan con la cabeza cuando les preguntan. Aunque los datos confirman que mientras en Madrid más mujeres deciden alzar la voz, las valencianas guardan silencio. En el segundo trimestre de 2022, fueron 675 las víctimas que decidieron no declarar contra sus agresores. Seis más de las registradas el año anterior.
Pero la violencia machista no se detiene. Los casos siguen en aumento, poniendo en duda que la sociedad haya cambiado en los últimos años. La Comunitat ha registrado un 22% más de denuncias, con 6.909 casos frente a los 5.656 de 2021.
Puede parecer que la violencia doméstica sea algo externo. Alejado de nuestro día a día. De nuestro entorno. Un titular en un periódico pero que poco tiene que ver con la realidad en la que vivimos. Sin embargo, las cifras ofrecidas por el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana evidencian que este tipo de agresiones son más frecuentes de lo que piensa la propia consciencia en su ignorancia. De cada 10.000 mujeres de la región, 24 han sufrido episodios de malos tratos. 24 personas con nombres y apellidos. Con vidas truncadas. Con sonrisas fingidas y maquillajes de alta cobertura para combatir el color púrpura de los cardenales. Las órdenes de protección concedidas por los juzgados también se incrementan en un 21%. Este año se han emitido un total de 1.247 que se imponen frente a las 1.031 acordadas entre abril y junio del año pasado.
Entre los meses de abril y junio, se concedieron por los juzgados de violencia sobre la mujer un total de 1.479 órdenes de protección, de las que se inadmitieron 29 y se concedieron 1.247. 203 se denegaron, lo que significa un 3,6% más que en el mismo periodo del año anterior. Aunque también se dictaron 968 sentencias condenatorias, lo que implica un incremento interanual del 15,2%, y 88 sentencias absolutorias, un 10%.
Otro de los condicionantes que influyen a que una víctima no se pronuncie como tal es la maternidad. El empeño de las mujeres de no transmitir el dolor que sienten a sus hijos. Cuando la búsqueda de la felicidad de los otros se convierte en un antifaz. Una manera de normalizar conductas que distan mucho de serlo con tal de que los pequeños de la casa no sufran. Históricamente, los maltratadores han empleado a los niños para dañar a sus parejas. Por ello, en este segundo trimestre se ha evidenciado el efecto de las modificaciones legales introducidas en la Ley Orgánica de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia. Los juzgados valencianos ya han decidido en 153 ocasiones suspender el régimen de visitas de los presuntos maltratadores con respecto a sus hijos menores de edad.
La tormenta siempre es más evidente desde fuera. La historia cambia de manera radical cuando te encuentras en el eje del huracán, y el dolor hace imposible reaccionar. Como ilustra el dicho: «El amor es ciego, pero los vecinos no». Y las paredes de los domicilios parecen estar hechas de papel. Pero a veces supone una suerte. Las denuncias por violencia doméstica presentadas por terceras personas y por los servicios sociales están al alza.
Así, los atestados policiales motivados por la denuncia de un familiar crecieron un 41,5%, los partes de lesiones remitidos directamente a los juzgados lo hicieron en un 9,4% y las denuncias interpuestas por servicios de asistencia o terceros en general un 358,1%. Llama la atención que la mayor parte de las víctimas de violencia de género en la Comunitat sean de origen extranjero. De las 6.252 en total registradas, 3.326, un eran españolas, y 2.472, extranjeras. Todas ellas han encontrado el infierno en lo que llamaban «hogar».
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