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Existe una frase fabulosa en este mundo todavía divertido del periodismo que consiste en lo siguiente: «Eso ya estaba ahí». Se recurre a ella cuando ... evidentemente se desconoce un hecho o circunstancia, pero también cuando no interesa profundizar en quién ha dado una orden, instrucción o indicación de cualquier tipo. Y más si en esa novedad -en este caso un cordón policial- coincide con otros factores de orden político.
Eso fue lo que ocurrió este lunes en las puertas de la Ciudad de la Justicia. Apareció, sin más, un cordón policial. Allí se colocó, como si tuviera vida propia, con unos pivotes negros, una cinta roja... ¡Qué elegante! Pero también sumamente eficiente. Permitió una entrada ordenada de la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que llegó medio escoltada por un agente de la Guardia Civil y por su directora de gabinete. También del presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó.
«Nosotros sólo hemos dicho que la delegada atendería a los medios», explicó un portavoz. El cordón casualmente es una novedad incorporada al dispositivo de este lunes, pero que se echó en falta el pasado viernes, justo cuando estaba prevista la declaración de la exconsellera Salomé Pradas y del exsecretario autonómico Emilio Argüeso. Entonces ocurrió lo de siempre. Lo de siempre que la cita judicial es en la Ciudad de la Justicia, claro.
El tumulto, el caos, decenas de informadores alrededor del investigado, un ciudadano chino siendo arrollado por la multitud de periodistas, las legítimas protestas de las víctimas, el ruido ambiente de la CGT... En ese momento, LAS PROVINCIAS pudo contar apenas cuatro agentes de la Policía Nacional que lejos de salir a escoltar a los investigados aguardaron a escasos metros de la puerta. Se ignora el motivo. Si no habían recibido órdenes o si lo consideraron improcedente.
La seguridad del interior del edificio depende de la Guardia Civil. La del exterior, de la Policía Nacional. El TSJ envía una previsión de la agenda del día cuando es significativa desde el punto de vista de garantizar el orden público. Así se hizo el viernes y se ha completado también para este lunes. Pero el dispositivo de la semana pasada, en un primer momento, fue escaso. Y ya a última hora habilitaron un cordón de seguridad para los periodistas. Casualmente se ordenó cuando los dos investigados ya habían salido por el garaje por orden policial. Todo parece hecho al revés.
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