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«Es un momento dulce para la FP». Lo dice Mariano Monzó, director del Centro Integrado Público de Formación Profesional (CIPFP) Mislata. El docente, con toda una vida dedicada a estos estudios, se refiere a diferentes realidades: la inversión es más elevada que nunca, igual ... que la demanda y su prestigio social, lo que se traduce en altas cotas de empleabilidad. Joaquín Escriche, el jefe de estudios, aporta algunos datos durante la visita a las instalaciones. Seis meses después de titular, la inserción media de sus graduados es del 81%, llegando al 100% en ciclos como Óptica, Guía, Información y Asistencias Turísticas, Desarrollo de Aplicaciones Web, de Multiplataforma y en el curso de Especialización de Ciberseguridad. No en vano, es centro de referencia a nivel estatal en la disciplina, dentro de la Red de Excelencia que impulsa el ministerio. Uno de sus últimos logros es la inauguración de un Centro de Operaciones, con tecnología puntera para preparar a los alumnos en escenarios prácticos en caso de ataque informático. Un detalle que dice mucho del auge de la FP.
Recurriendo a los datos oficiales se puede obtener una radiografía más general de la empleabilidad entre el alumnado valenciano. Cierto es que a nivel global no se llega a las tasas concretas del CIPFP Mislata, pero la conclusión es la misma que la que expresa Monzó. No sólo la inserción alcanza récords históricos, sino que sucede lo mismo con los indicadores que permiten valorar la calidad de los contratos o la retribución salarial. Sobre todo en los grados Superiores, que con permiso de los cursos de Especialización son los de mayor nivel en estas enseñanzas.
La última actualización de la Encuesta de inserción laboral de los graduados en FP, que publicó el Ministerio de Educación el pasado diciembre, analiza hasta la cohorte de alumnos que titularon en el curso 2020-2021, estudiando cuál era su situación en términos de afiliación a la Seguridad Social tomando como referencia los datos registrados en marzo (de 2022 en este caso). En grado Superior, el 54,1% estaba trabajando nueve meses después de terminar en junio, y aunque pueda parecer una cifra discreta, no se debe perder de vista que muchos continúan formándose, por ejemplo con otro ciclo formativo o incluso en la universidad. Además, y esto es lo realmente interesante, es el porcentaje más alto de la serie. Para hacerse una idea, entre los que titularon en el 2011-2012, por recurrir al primer ejercicio que ofrece la estadística, apenas el 25,3% se encontraba en esta situación.
La estadística también analiza la empleabilidad pasados dos, tres y cuatro años, y cuanta mayor es la distancia respecto al año de titulación, más inserción se detecta. Así, en la promoción que acabó en el 2018-2019 -la última de la que se dispone de cifras para todo el periodo de análisis, el 66,6% trabajaba en marzo de 2023. De nuevo, el porcentaje más alto de la serie histórica.
Las cifras no son tan boyantes en el caso de los grados Medios, aunque en este caso influye, todavía más, la opción de seguir formándose a través de un grado Superior. Así, el 33,9% de los integrantes de la cohorte tenían empleo nueve meses después de acabar, una cifra similar, aunque ligeramente más baja, que la obtenida por las promociones del 2016-2017 (35,5%) y el 2017-2018 (35%). Pero si se observan los últimos datos definitivos (los de la generación del 2018-2019 cuatro años después), volvemos a encontrarnos con un máximo histórico: 62,7%.
Juan Cuenca dirige el CIPFP Ciutat de l'Aprenent de Valencia, uno de los más grandes de la Comunitat, con 41 ciclos de 13 familias profesionales. «En los últimos años se ha dotado a los centros de más equipamiento y simuladores, aproximándonos a la realidad de los diferentes sectores y haciendo que los métodos de aprendizaje sean más eficaces y atractivos», señala en relación al buen momento de la FP. También alude a factores como el capital humano -«nuestro profesorado se forma constantemente»- y a la acogida del tejido productivo, con una demanda de alumnos «que se ha incrementado hasta el punto de que muchas veces no podemos cubrir sus necesidades». «Se ha roto completamente el mito de que la FP es para los que no valen. Entre los jóvenes y las familias», puntualiza, antes de apuntar a algunos déficits a combatir. «Hay cierto desconocimiento sobre el alto nivel académico que se requiere para cursar la mayoría de los grados Superiores y muchos Medios, lo que hace que se incremente el abandono por falta de conocimientos básicos», reflexiona.
La calidad del empleo también se puede medir con otros parámetros, como el tipo de contratos que consiguen los estudiantes cuando saltan al mercado laboral. Tomando la última promoción analizada en la encuesta ministerial (2020-2021), en grado Superior se vuelve a registrar un dato histórico: 38,4% de relaciones laborales indefinidas a los nueve meses de acabar, porcentaje que se eleva al 63,2% a los cuatro años (para la cohorte del 2018-2019). En este caso los Medios siguen el mismo patrón: 34,6% y 57,5% respectivamente. También son cifras de récord. Si se observa la información sobre el tipo de jornada, más de la mitad son a tiempo completo en grado Medio (53,7%) y dos de cada tres en el Superior (64,4%).
En cuanto a la base media de cotización, que se puede aproximar al salario anual, la tendencia de los últimos años analizados indica cierta contención, aunque al mismo nivel que el máximo alcanzado por los alumnos del 2018-2019. Es cierto que las últimas promociones analizadas (2019-2020 y 2020-2021) quedan por debajo, pero por un puñado de euros. Este promedio crece con el paso del tiempo (dos, tres y cuatro años después), sobre todo en familias muy demandadas por las empresas, como Informática y el sector industrial.
Uno de los centros de referencia en este último ámbito es Xabec, de Valencia, que también oferta ciclos sobre mantenimiento de vehículos o de edificios. Su director, Ignacio Ferrer, destaca la paradoja que supone el hecho de tener una de las tasas de desempleo juvenil más altas de Europa y que las empresas, en estos sectores, no logren cubrir vacantes. «La FP da solución a este desafío mediante la formación dual, creando un vínculo estrecho entre centros y empresas, permitiendo adaptarnos a las necesidades», explica. «Los resultados son claros: más del 90% de nuestros alumnos han encontrado trabajo al terminar en alguna de las más de 280 empresas que anualmente los acogen en periodos de formación», señala.
Paco Teruel Matricero
Paco Teruel (40 años) empezó en su sector tras sacarse un grado Medio de Instalación y Mantenimiento Electromecánico de maquinaria y conducción de líneas, en la especialidad de mecanizado. Trabajaba de matricero, exactamente como operador de máquinas de control numérico para producir piezas con precisión. «Siempre me ha llamado la atención lo demandada que está la profesión, que también es exigente, y su desconocimiento», explica.
Hace un par de años cursó el grado Superior en Programación de la Producción en Fabricación Mecánica (IES Almussafes) y después los estudios para ejercer la docencia, pues también faltan manos especializadas. Es profesor de sectores singulares en el IES Oleana de Requena. «Nunca me ha faltado trabajo. Las empresas buscan desesperadamente matriceros y programadores de torno y fresadora de control numérico. También lo vemos cuando vamos a empresas para facilitar prácticas a los alumnos», añade.
Gloria Devia Restauración
Gloria, de 18 años, tenía claro que haría el Bachillerato de Artes, pero en 4º de la ESO decidió apuntarse a una jornada de orientación, visitando el CIPFP Ciutat de l'Aprenent. Y de ahí no ha salido: «Pensé que era para mí». El curso pasado terminó el grado Medio de Servicios de Restauración y ahora está en el Superior de Dirección de Servicios de Restauración. Su aspiración es llegar a jefa de establecimiento o maître de restaurante. «En resumen, alguna función relacionada con el mandado», explica.
El pasado verano ya tuvo sus primeras experiencias laborales, por ejemplo, «la asistencia a comensales en un evento de fin de semana», que llegó gracias a la mediación de un profesor especialista, y confía en poder seguir compatibilizando formación y trabajo en los ratos libres. «Recomiendo la FP sin duda. Sales preparada para enfrentarte al mundo laboral», sentencia.
Pablo Planells Patronaje y Moda
Pablo, de 20 años, tomó la decisión en el último momento. Tras sacar adelante el Bachillerato Científico, en lugar de encaminarse a la selectividad se dejó guiar por una de sus pasiones: cursó el grado Superior en Patronaje y Moda. «Era lo que realmente le llamaba y me habían hablado bastante bien del Ciutat de l'Aprenent», explica.
Tras 1º -«empecé algo asustado, era un cambio importante en mi vida»-, llegaron las prácticas de 2º, que valora muy positivamente: «Tomé conciencia de cómo lo aprendido se aplicaba al mundo laboral». Se graduó en junio y a finales del siguiente mes ya estaba trabajando como patronista, gracias a una compañera de la empresa que se había fijado en sus destrezas. «Confiaba en mí, porque me gusta el sector y me he interesado en aprender, incluso por mi cuenta, por lo que no todo es suerte. Pero no imaginaba semejante nivel de inserción laboral, trabajando de lo mío y con buenas condiciones», concluye.
Ismael Gil Ciberseguridad
Tiene 31 años y ha pasado por todas las etapas formativas. Tras Bachillerato cursó el grado Superior en Administración y Sistemas Informáticos en Red, y luego se sacó la carrera en Ingeniería Telemática y el Máster habilitante en Telecomunicaciones. Estando en el segundo curso del postgrado le llamó un profesor de su centro (CIPFP Mislata) para informarle de que acababa de implantarse el Curso de Especialización en Ciberseguridad.
«Durante la carrera me di cuenta de que quería dedicarme laboralmente a este sector, así que me inscribí. Y a los tres meses de empezar uno de los profesores especialistas me propuso trabajar en su empresa, así que lo compatibilicé. Y ya llevo cuatro años en este mundo», explica Ismael. Actualmente se dedica a la monitorización de sistemas y también es profesor experto, desde este ejercicio, en el citado curso que se imparte en el IES Serra Perenxisa de Torrent. «La FP es más técnica y concreta, te facilita la especialización», señala.
Pablo Martínez Mantenimiento ferroviario
Con veinte años, ya trabaja para Renfe. Exactamente en los talleres de Irún, encargándose de que «todo lo que sea la parte eléctrica de los trenes esté en perfectas condiciones». Exalumno del centro de FP Xabec de Valencia, cursó el grado Medio de Mantenimiento de Material Rodante Ferroviario, acabando en junio de 2023. Se presentó a las oposiciones de la empresa pública, y aunque aprobó, no sacó la plaza. A la segunda (el pasado 29 de junio) fue la vencida, y ahora tiene trabajo indefinido y con proyección. Entre sus aspiraciones está acercarse a Valencia, y también, ser maquinista.
«La FP impacta. Ya no sólo estás sentado delante de un profesor. Tras aprender una lección teórica bajas al taller a practicar. Es mucho más flexible», describe. «También aprendes a trabajar en equipo. Eso también me lo llevo de Xabec», añade.
Nerea Duro Carpintería
Nerea (22 años) terminó el grado Medio de Carpintería, también en el Ciutat de l'Aprenent, a mediados de junio. Dos semanas después fue contratada por su empresa actual, especializada en el sector del mueble, en la que había realizado previamente las prácticas. «Fue una experiencia única, porque me sentí supercómoda y acompañada», explica. Durante este periodo pasó por las diferentes secciones, y le llamó poderosamente la atención la máquina de control numérico, que permite el modelado de las partes de una mesa a partir de un diseño informático. «Le dije al encargado que yo quería hacer esto, y que si necesitaban una chica para trabajar, aquí estaba yo», explica. Dicho y hecho. Es la operaria. «No esperaba encontrar algo tan rápido» confiesa.
En realidad Nerea hizo el camino a la inversa, pues antes cursó el grado Superior de Artista Fallero en el IES de Benicalap: «Me encantaba, pero quería formarme en algo más. Y el sector de la madera me fascinó». Eso sí, no descarta, en un futuro, cumplir con uno de sus sueños: plantar un monumento.
Estela Medrano Desarrollo de Aplicaciones
Formada en el CIPFP Mislata, Estela Medrano Jiménez tiene en su currículum los grados Superiores de Desarrollo de Aplicaciones Web y de Aplicaciones Multiplataforma, además de un par de Medios de otras familias. Su primer contacto con los estudios de informática llegó mediante una formación a la que se apuntó cuando estaba parada. «Me gustaba, pero no sabía programar, así que me encaminé hacia la FP para aprender», dice. Empezó con el grado Medio, pero al final optó por el primer superior mediante la prueba de acceso: «Cuando estaba con el segundo (Multiplataforma) ya empecé a buscar ofertas de trabajo por mi cuenta y me contrataron, compatibilizándolo con los estudios y también con las prácticas, en la misma empresa».
Se graduó en enero de 2014, y desde entonces ha cambiado mucho, «aproximadamente cada dos años». Síntoma de la gran inserción de los grados de Informática. «La clave de la FP es que te da la oportunidad de saber a qué puestos de trabajo vas a optar durante tus estudios. También lo es tener las cosas claras y trabajar duro», resume.
Urbano Zálvez Instalaciones térmicas
Urbano Zálvez, de 34 años, también fue alumno de Xabec. Primero realizó el grado Medio de Frío y Calor. «Al acabar llegué a pensar en quedarme en la empresa de prácticas, pues tenía opciones, pero al final decidí que quería formarme más», señala. Por eso se puso con el Superior de Mantenimiento de Instalaciones Térmicas y Fluidos.
«Al terminar tuve trabajo, de hecho estuve con varias empresas instalando equipos de climatización. Pero tras un tiempo trabajando en Ibiza, al volver ya decidí montar una empresa por mi cuenta al sentir que tenía la suficiente experiencia», explica. Hace ocho años de la creación de Aclimatat. Cuando se le pregunta por cómo ha ido la aventura, no se queja. Ya son cuatro profesionales (tres técnicos y una administrativa) y no le falta trabajo. «Sobre todo a raíz de despegar; por suerte cada año crecemos más y nos vamos haciendo más conocidos», explica. «Estudiar el Superior me ha servido para conocer más el oficio y ha sido de gran ayuda al montar el negocio. Por ejemplo, dispongo de los títulos y carnets técnicos que se necesitan para determinadas instalaciones más especiales o para adquirir material específico. Sin el Superior no habría llegado a tanto», sentencia.
Sara Segarra Soldadura
En el último momento, con 16 años, apostó por el grado Medio de Soldadura y Calderería de Xabec. «Siempre me ha gustado el trabajo manual», se justifica. Se graduó el pasado curso, en la modalidad dual: «A mi me sirvió para ganar experiencia, pues te implicas directamente en la empresa, además de formarte».
En verano siguió trabajando tras ser contratada por la misma organización. Y confiesa que le han ofrecido más trabajos de lo suyo durante su estancia. De momento, sigue estudiando: cursa el Superior de Construcciones Metálicas.
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