Las infraestructuras de regadío desempeñan un papel fundamental en la gestión y distribución eficiente del agua en las comunidades de regantes»: de estas palabras se ... sirve Fecoreva, la entidad que agrupa a las comunidades de regantes de la Comunitat para lanzar una especie de SOS en favor no sólo de sus regadíos, vitales para el sector agrario de gran importancia en la Comunitat, «una región caracterizada por su alta dependencia de los recursos hídricos para la agricultura». Es también un párrafo que equivale a un llamamiento para salvar un modo de vida. La clase de vida, vinculada al ámbito rural, que se bate en retirada. Amenazado por mil contingencias, un cambio en los usos sociales, a los que ahora se añade ahora el atroz impacto de la dana .
Publicidad
«En los últimos años», añade Fecoreva en un informe que evalúa los daños de la riada, «la vulnerabilidad de las infraestructuras de riego se ha visto exacerbada por fenómenos meteorológicos extremos, que generan lluvias torrenciales e inundaciones repentinas, las cuales provocan graves daños en los sistemas y afectan directamente tanto a la producción agrícola como a la economía local y al bienestar de las comunidades dependientes del sector».
¿Cómo afectará la devastación del territorio que se llevó por delante la dana al conjunto del ecosistema agrario valenciano? El documento de los regantes advierte que «todavía deben pasar días y semanas para poder realizar una evaluación exhaustiva y precisa de los daños, gestionar adecuadamente las necesidades de reparación y restauración que requieren las instalaciones y asegurar el correcto funcionamiento del sistema de regadío en beneficio de todos los regantes de la región». Fijada esta advertencia, describe la realidad resultante en términos muy crudos: «Los sistemas de distribución», en alusión a acequias, canales y otras dotaciones, «fundamentales para llevar los recursos hídricos a los cultivos y a otras zonas han desaparecido o han sufrido daños en sus estructuras debido a la fuerte corriente y el arrastre de sedimentos». Una desoladora conclusión que añade otro aviso, según el cual ese balance todavía puede empeorar: «El acceso a una gran parte de las infraestructuras resulta prácticamente imposible, lo que dificulta enormemente la inspección de los distintos sistemas eléctricos, de distribución y de riego».
El informe es descarnadamente elocuente. Explica que «la situación en muchas áreas es de extrema gravedad», recuerda que «el paso brutal del agua ha causado daños significativos en las comunidades de regantes a todos los niveles» y resume: «En este contexto, la imposibilidad de verificar el estado y funcionamiento de los equipos agrava la situación de incertidumbre. Una inquietante estampa sobre la que ejercen un efecto también muy amenazante otros factores: por ejemplo, la acumulación de residuos y material arrastrado «que ha bloqueado muchos tramos, lo que impide el paso y aumenta el riesgo de futuras inundaciones». O el caso de las infraestructuras de regadío que aún siguen en pie, «ya de por sí antiguas en algunos casos», subraya el documento, «ahora presentan grietas, desprendimientos y obstrucciones que dificultan la operatividad normal del riego». Y añade: «La dana también ha anegado los campos y terrenos agrícolas, dañando o destruyendo cosechas enteras».
Publicidad
En consecuencia, cómo se encontrarán los campos de cultivo los agricultores que los cuidan cuando puedan por fin volver a la actividad. La pregunta se contesta en términos sombríos. Según los regantes, «el exceso de agua compacta el suelo, dificulta el drenaje y puede alterar la composición de nutrientes». El balance de situación apunta, por lo tanto, hacia un escenario preocupante. «El impacto económico para los regantes es muy significativo, ya que la destrucción y paralización de los sistemas afecta directamente a familias y a la actual temporada de cultivo, amenazando también el rendimiento de las cosechas en los próximos meses». Palabras y también datos: según Fecoreva, «el valor de los daños en las infraestructuras del regadío valenciano asciende a 190 millones de euros», aunque es posible que una inspección completa de los desperfectos eleve esa cantidad a los 250 millones de euros», afectando a más de 40.000 hectáreas de riego». Palabras que se condensan en esta frase en forma de ruego: «Es fundamental que la administración intervenga con urgencia para reparar el campo valenciano.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Una moto de competición 'made in UC'
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.