Manuel García
Riba-roja de Túria
Lunes, 6 de marzo 2023, 00:19
De lejos parece una montaña normal y corriente. Cuatro grandes contenedores de obra llenos de vegetación y abandonados y una cadena con una señal de prohibición para los vehículos ya da la primera señal. Cuando uno se acerca a ella a pie hay algo que no cuadra. Un riachuelo con un líquido oscuro y fétido sale de su interior y busca la parte baja y los barrancos del municipio. Es el antiguo vertedero de la Basseta Blanca, en el término municipal de Riba-roja de Túria.
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La instalación, que recogía residuos del área metropolitana de Valencia, fue clausurada primero en 1993 y de manera definitiva en 1996, después de un procedimiento judicial.
Desde 2005 existe la obligación judicial del sellado pero, pese a las quejas del alcalde, Robert Raga, no se inicia el proyecto que permita evitar que día tras día pueda seguir extendiéndose la contaminación que surge de esta montaña de miles y miles de kilos de residuos.
El primer edil ha recordado que se trata «de un proyecto que lleva mucho retraso y que es muy importante para nosotros. Queremos que empiecen cuanto antes y que lo sellen ya». Y es que cuando llueve, la última vez no lo hizo con excesiva intensidad en el municipio, las filtraciones de productos tóxicos son continuas durante varios después de que finalicen las precipitaciones.
En cambio, cuando las lluvias son intensas también aumenta el caudal de este torrente tóxico con restos de los miles y miles de kilos de basura que alberga esta montaña
A pocos metros del fétido riachuelo crecen naranjos y olivos ajenos a lo que les pasa muy cerca.
En este sentido, la Conselleria de Transición Ecológica ha anunciado recientemente que está culminando los trámites finales para iniciar el sellado del antiguo vertedero, que, según han recordado, fue abandonado con un sistema de pre-sellado incompleto, de acuerdo con la normativa de vertederos. Fuentes del Consell han recordado que, a partir de 2016 «la Generalitat, en colaboración con el Ayuntamiento de Riba-roja, han trabajado para poder completar el proceso, que resolverá un antiguo problema ambiental». Sin embargo, han pasado siete años desde ese inicio de la colaboración y todo continúa igual.
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El coste de las actuaciones, «que empezarán en las próximas semanas», según fuentes de la propia conselleria, superan los 11 millones de euros. El proyecto permitirá incorporar los necesarios sistemas impermeabilizantes, gravas de drenaje y una red completa de desgasificación.
Los responsables de la conselleria recordaron que los primeros pasos para la elaboración del proyecto técnico consistieron en una serie de sondeos para analizar la situación interior del antiguo vertedero, que ocupa un espacio de 40 hectáreas.
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De este modo, concluyeron, una vez que acaben las obras de sellado, que podrían durar unos 27 meses, se licitará el mantenimiento de la instalación.
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