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Las vistas desde los acantilados del Cap de Sant Antoni son espectaculares e incluso se llega a divisar Ibiza. Jesús Signes
El Montgó, paraíso bajo amenaza
El pulso a los parques naturales 2/22

El Montgó, paraíso bajo amenaza

El paraje cuenta con las ruinas de un complejo inacabado de 1973 | Vecinos de Dénia y Xàbia temen que la vegetación se convierta en un «polvorín» por la sequía

R. González

Dénia

Sábado, 11 de mayo 2024, 01:18

La comarca alicantina de la Marina Alta cuenta con tres parajes protegidos. Uno de ellos es el del Montgó, un macizo de 753 metros de altura que separa Dénia de Xàbia. Este parque cuenta con 2.117,68 hectáreas pertenecientes a estos dos municipios y, además, cuenta con una zona de amortiguación de impactos que afecta a ambas localidades y a Gata de Gorgos, Pedreguer y Ondara. Además, alcanza el mar en la zona del Cap de Sant Antoni, donde se encuentra una reserva marina. Sus atractivos paisajes y cueva y su amplia riqueza de flora y fauna se combinan con algunas peculiaridades que llaman la atención, como son una urbanización fantasma y dos campos de tiro, uno de ellos sin actividad desde hace poco tiempo.

El caso de El Greco es especial. Se alza en lo alto de la Lloma del Castanyar y recuerda lo difícil que resulta a veces deshacerse de los restos de un proyecto fallido del urbanismo desaforado. Todo empezó en 1973, mucho antes de que el Montgó fuera parque natural.

Ese año, la urbanización promovida por capital suizo, que planteaba construir hasta 616 apartamento en 60 hectáreas, obtuvo licencia de obra. Pero las discrepancias entre la promotora y la constructora frustraron tan ambiciosa intención y entonces se acometieron las obras de uno de los bloques, con 111 viviendas, de las que sólo se acabaron 40 y que jamás se habitaron.

Dos décadas después, otra constructora trató de retomar el proyecto, pero en aquel momento ya se había declarado el Montgó como parque natural y el ámbito de actuación había pasado a suelo no urbanizable de especial protección. La nueva situación dio paso a varias peticiones de demolición. De hecho, la propia conselleria la ordenó en 2008.

Grafitis pintados en una de las paredes del Greco y el macizo al fondo. Jesús Signes

Con el paso del tiempo, ese complejo de hormigón deshabitado se fue degradando y ahora hay multitud de cascotes y restos de bloques por el suelo. La imagen que se ve desde la carretera de Les Planes parece fantasmagórica. En cambio, en la parte opuesta está repleta de colorido, ya que se ha convertido en el lienzo de expresión de algunos grafiteros.

El coste de hacer desaparecer El Greco se llegó a estimar en unos 400.000 euros. La edil de Territorio de Dénia, Maria Josep Ripoll, recalca que la solución «debe pasar por una acción conjunta» del gobierno autonómico y el consistorio. También recuerda que desde el ayuntamiento ya se lanzó en su día la orden de ejecución para pedir al propietario la demolición, pero «la propiedad ya no existe y hacerse cargo de la demolición es para el ayuntamiento un coste inasumible, necesitamos preciso la implicación de la Generalitat».

Desde la dirección general de Medio Natural y Animal de la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio están llevando a cabo diferentes actuaciones en el parque natural de El Montgó. Una de ellas es relativa a El Greco. Según remarca el director general, Raúl Mérida, «creemos que es necesario realizar el derribo de las estructuras existentes y retirar los restos en colaboración con el Ayuntamiento de Dénia, pero es una actuación complicada por el paraje en el que se encuentra».

Parte de la zona portuaria de Xàbia que se ve desde el mirador del cabo. Jesús Signes

En ese sentido, Mérida subraya que «se está estudiando cómo se podría llevar a cabo sin que haya una afección a la flora y la fauna del entorno ya que la prioridad es la preservación del patrimonio natural».

La Cova Tallada, perteneciente a Xàbia pero con entrada por Dénia, es uno de los parajes del parque natural que ha sufrido los efectos de la masificación de visitantes. Ante la degradación que sufría, se optó por regular el acceso mediante reservas en determinadas épocas del año, cuando más turistas se acercan allí.

El pasado año se contabilizaron más de 24.000 visitas, entre informadas, concertadas y autorizadas. El presidente de la Junta Rectora del parque natural, Joan Sala, indica que esta regulación, que evita aglomeraciones en el interior, está dando resultados.

Desde que el Mongó fue declarado parque natural en 1987, este paraje ha sufrido más de 70 incendios. Los vecinos con viviendas dentro de su ámbito, tanto en Dénia como en Xàbia, ven con preocupación lo seca que está la vegetación debido a la sequía y temen lo que podría ocurrir en caso de que se originase fuego.

Susana Ern, presidenta de los vecinos de la Plana de San Jerónimo, pone de relieve que en esa zona las parcelas privadas están limpias, pero que no ocurre lo mismo con el resto. «La vegetación crece descontrolada y, si no se limpia, esto es un polvorín. Estamos todos asustados», asegura.

Ern critica la proliferación de pinos, «que es una especie invasora», y las excesivas restricciones en un paraje que se declaró parque natural «sin contar con que había muchas casas».

Viviendas situadas en la falda del macizo, algunas en la franja de amortiguación. Jesús Signes

Desde los ayuntamientos se tomar medidas para evitar fuegos. El concejal de Medio Ambiente de Xàbia, Juanlu Cardona, indica que el ayuntamiento «sigue cumpliendo el mandato del plan de prevención de incendios forestales». Asimismo, ha reservado 200.000 euros para poner en marcha el proyecto de instalación de cañones rociadores de agua, que irían en zonas como La Plana y la Granadella.

En el caso de Dénia, la edil de Transición Ecológica, Sandra Gertrúdix, pone de relieve medidas recientes como la apertura de una franja perimetral de cortafuegos en Les Rotes para mejorar la seguridad de los vecinos y sus casas y para facilitar el acceso de los equipos de extinción. Además, el pasado año culminó la instalación de 22 nuevos hidrantes en la zona del Montgó.

La preocupación ante el peligro de incendios por la sequía ha llevado también a adelantar un mes la campaña de vigilancia que realizan voluntarios de ACIF y Protección Civil los municipios de la parque y la zona de amortiguación.

Otro aspecto que también genera inquietud en los vecinos es la proliferación de jabalíes. De hecho, se han contabilizado más de 300 ejemplares en el Montgó.

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