Eran la receta mágica contra el aumento de la siniestralidad en las carreteras convencionales, las vías en las que más se está disparando de manera notable en los últimos años el número de fallecidos. Y la alarma es especialmente notable en la Comunitat, que este año supera ya el centenar de víctimas mortales sobre el asfalto, con un porcentaje de aumento muy superior que el que se da en el conjunto del territorio nacional. Las llamadas 'patrullas integrales' fueron anunciadas el pasado mes de marzo por el exministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, como «nuevo concepto de vigilancia, pionero en Europa», y consistente en motocicletas de la Guardia Civil de Tráfico equipadas cono minirradar (Veloláser 1.0), un etilómetro para medir la alcoholemia y un Drugtest para realizar pruebas de drogas. «Una suerte de súper guardia civil en moto», como critican desde AUGC.
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La propia Asociación Unificada de Guardias Civiles denuncia ahora que, ocho meses después, ya con Fernando Grande-Marlaska en la cúspide del Ministerio del Interior, aquel anunciado refuerzo ha quedado en un «mero acto de marketing institucional que está rozando el ridículo operativo». Los agentes critican que hasta la Comunitat han llegado cuatro de los minirradares que debían incorporarse a las 'patrullas integrales'. Uno de los Veloláser ya quedó inoperativo al ser destruido por un conductor al que los agentes interceptaron en Vall d'Alba (Castellón) cuando empleaban de manera individualizada el radar, no como parte de esas 'patrullas integrales'. Hoy, las motos con minirradar siguen sin patrullar por las carreteras valenciana, según el sindicato.
Los agentes que deberían formar parte de esas nuevas unidades han recibido unos «breves cursos formativos», como explican desde la asociación. Pero los nuevos vehículos globales no se han puesto en marcha. Por una parte por «fallos de funcionamiento durante el periodo de práctica» de los dispositivos, como aseguran desde AUGC. Además, tampoco se ha completado el proceso de adjudicación de los velolásers a las unidades que deberían ocuparse de esta labor. Incluso «los citados radares no están en posesión de los certificados correspondientes expedidos por el Centro Español de Metrología, documento básico para cualquier aparato de medición, que asegura su validez», critica el sindicato. Por todo ello, las 'supermotos' que anunciaron como remedio mágico contra la siniestralidad, siguen siendo un plan por aplicar.
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