J. M.
Martes, 15 de septiembre 2020, 00:31
La difusión de las imágenes de ancianos atados a sillas, intentando lamer la mesa o comiendo sin ningún apoyo han causado una gran indignación entre los familiares de las personas mayores que todavía siguen ingresadas en la residencia de Llíria.
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Fernando Navarro sospecha que le mintieron cuando le llamaron desde la residencia para explicarle el motivo de las lesiones que su esposa tenía en la cara. «Mi mujer no se cayó de la cama. Eso me dijeron para tapar que no había suficiente personal, pero yo averigüé luego que la tiró otra residente», afirmó Navarro.
«Mi pensamiento es que mi madre ha muerto de hambre», manifestó indignada otra mujer poco después de ver las imágenes de los ancianos extremadamente delgados.
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