Los municipios valencianos de los que nadie se quiere ir
El Palmar, como pedanía, y Bocairent, como población, son las dos zonas con mayor fidelidad residencial de la Comunitat Valenciana. La inmensa mayoría de sus vecinos nacieron allí y allí siguen viviendo
En un mundo marcado por la movilidad y el cambio, hay lugares donde la conexión con el entorno es tan fuerte que la mayoría de sus habitantes deciden no vivir en otro sitio. Así, en una veintena de municipios de la Comunitat seis de cada diez vecinos nacieron en la misma localidad en la que residen. No han encontrado motivos para mudarse.
Pero además, si bajamos a nivel de vecindarios encontramos que la sección censal donde más residentes de toda la vida hay está en la capital del Turia. Bueno. No exactamente. Son las pedanías de la ciudad las que más alto grado de fidelidad a las raíces registran según el último censo del Instituto Nacional de Estadística. Y en el podio está El Palmar donde ocho de cada diez habitantes nacieron, crecieron y viven todavía entre las mismas calles y acequias.
Los vecinos se quedan en El Palmar
Ocho de cada diez residentes del pequeño municipio que se alza en el centro de l'Albufera nació aquí. Se trata del 82,4% del total; es decir, 618 de sus 750 habitantes
Y en l'Oliveral
Esta pedanía dels Poblats del Sud es la segunda zona de la capital con más residentes oriundos. De sus 2.246 habitantes, 1.717 (76,4%) han crecido en sus calles
Y en Castellar
Como no podía ser de otro modo, Castellar no está al margen de esta realidad. El 73,3% son de aquí. Es la tercera sección censal de la capital que cumple esta característica
Orihuela
La barriada oriolana de Molins es el segunda en la clasificación de toda la Comunitat y la primera de Alicante. Nacieron allí exactamente, 1.128 de sus 1.376 residentes (82%)
Alicante
Porcentajes altísimos de empadronados oriundos encontramos también el barrio de Virgen del Carmen, de Alicante, donde suponen el 80,9% del total
En Alcoy, también son de quedarse
El entorno del colegio Horta Major y el instituto Andreu Sempere es otra zona que los vecinos se resisten a abandonar. Ocho de cada diez nacieron aquí
Y en Gandia, también
La quinta zona en esta clasificación es la barriada de Santa Ana, en Gandia, con 133 de sus 170 residentes (78,2%) oriundos
También resulta representativo por el peso demográfico de los vecinos más fieles el entorno de las plazas Maestro Ferrero y Poeta Ausiàs March, en Ontinyent
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Si quieres ver cuántos vecinos de tu calle han nacido en tu barrio, son de otra provincia, de otra autonomía o de otro país, localízala en el buscador o navega libremente por el mapa.
Y si El Palmar es la sección censal que registra mayor fidelidad a las raíces, la localidad con vecinos más fieles a su tierra es Bocairent. El municipio de La Vall d'Albaida cuenta con más de cuatro mil habitantes, de los que el 73,3% han jugado y crecido en sus calles. Y la misma situación se repite en Banyeres de Mariola o en Alcoy, con más del 66% de residentes oriundos. Estas cifras destacan frente al resto de las tierras valencianas donde la media se sitúa en torno al 40%.
Este fenómeno no solo refleja arraigo, sino también una combinación de factores culturales, económicos y sociales que convierten a estas localidades en auténticos refugios para sus habitantes.
Además, la lista de municipios donde más vecinos se quedan toda la vida tiene un denominador común: la calidad de vida. Estos pueblos cuentan con un buen entorno natural, tradiciones arraigadas y una vida comunitaria activa. En Ontinyent (64%), Algemesí (59,9%) o Sueca (58,1%), las familias encuentran estabilidad y la posibilidad de construir un futuro sin necesidad de desplazarse a grandes ciudades. Esta estabilidad contrasta con las dinámicas urbanas de las capitales provinciales, donde la movilidad y la diversidad son mayores.
Para que el balance sea completo hay que analizar las poblaciones donde la situación es radicalmente opuesta. En Vallat, Fuente la Reina o Guardamar de la Safor, la mayoría de los residentes provienen de otras regiones o países, lo que genera un tejido social muy diverso y con menos raíces locales. En localidades como Rojales, San Fulgencio o Teulada, el alto porcentaje de extranjeros (69,2%; 67,8% y 60,1% respectivamente) ha cambiado la identidad del municipio, contribuyendo al aumento de los precios de la vivienda y a una dinámica más enfocada en el turismo residencial. Esto provoca que los que nacieron aquí tengan dificultades para acceder a un mercado inmobiliario al alza y se muden a otras localidades. En la mayoría de casos, estas poblaciones tienen un peso demográfico inferior al 20% tal y como puede observarse en la zona de la costa alicantina en el mapa.
En la 'fidelización' de los vecinos también influye el tamaño de las localidades. Los pueblos muy pequeños o altamente turísticos afrontan retos para retener población local, como la falta de oportunidades laborales o la escasez de vivienda asequible que comentábamos. Mientras que los medianos, como Alcoy o Algemesí, ofrecen una combinación atractiva de servicios urbanos y tranquilidad rural, lo que facilita que los jóvenes se queden y las familias crezcan sin buscar alternativas en las grandes urbes.
En cuanto a éstas, en la Comunitat se presentan contradicciones interesantes. Así, en Valencia, la mitad de residentes nacieron en la capital y una cuarta parte son de origen extranjero. En Alicante, los que nacieron en otro país son ligeramente superiores (27%) y ganan peso los que nacieron en otra autonomía distinta a la valenciana (19,9%) aunque los que más peso tienen siguen siendo los que nacieron allí (44,4%). En Castellón, el 48% de residentes nacieron en la capital de la Plana, mientras que el 22,8% son de origen distinto al español.
Emigrantes de España
En cuanto a las zonas donde más residentes españoles hay pero que proceden de una autonomía distinta a la valenciana, las mayores densidades se localizan en Benidorm, y Godella. En el entorno de la calle Alcalá, de la ciudad alicantina, suponen el 41,5% del total; entre calle Velázquez y calle Atocha, el 40,7% y por calle Finlandia, 40,3%. Son las tres zonas más altas de la Comunitat.
En Godella, el área entre el EPLA y Santa Bárbara, es la cuarta y su peso es del 40% mientras que los vecinos que nacieron en este barrio sólo constituyen el 2,9% de la población. En líneas generales, seis de cada diez habitantes de la Comunitat no han nacido en la misma localidad en la que residen, lo que deriva en un espacio diverso y acogedor, donde el arraigo de quienes permanecen en sus pueblos de origen se combina con la llegada de personas de distintas regiones de España y del mundo.
¿Caso excepcional?
La Comunitat, con sus cuatro de cada diez vecinos oriundos, no es la autonomía con mayor fidelidad residencial. De hecho, ocupa el duodécimo lugar de la clasificación. Sin embargo, sí resulta muy significativo que, entre las regiones más desarrolladas, mantenga esa alta retención de población. Su dinamismo económico, su potente sector turístico y su clima favorable, incentivan la llegada de inmigrantes, que se combina con que muchos de sus habitantes continúan viviendo aquí.
En cuanto a la situación por municipios en España, tres localidades que sufren el fenómeno de la despoblación son las que más fidelidad residencial tienen. Se trata de Villalube, en Zamora y Carrascosa de Abajo y Maján, en Soria. El la primera, el 89,8% de sus 147 vecinos nacieron allí; en la segunda, 16 de sus 18 habitantes (88,9%) y en la tercera, 8 de 9 habitantes.
Fijándonos en las ciudades con más de 100.000 vecinos, las primeras clasificadas son Jerez de la Fronteras y Cádiz. Allí la mayoría de sus vecinos deben conocerse ya que en Jerez nacieron el 73,9% y en Cádiz el 73,1%. Las dos siguientes clasificadas son las capitales andaluzas de Córdoba y Jaén con un 69,2% y un 67,4%, respectivamente.
El extremo opuesto; es decir, las ciudades con mayor movilidad, está copado casi en exclusiva por localidades madrileñas: en Alcobendas, Rivas-Vacíamadrid y Alcorcón, sólo un 16,4%, 18,8% y 19,9% son vecinos de toda la vida. En cuarta posición está l'Hospitalet de Llobregat, que con un 21,4%, es la única urbe catalana y le siguen Parla, Getafe, Leganés, Torrejón de Ardoz, Fuenlabrada y Móstoles con porcentajes inferiores al 24%.
En definitiva, cuatro de cada diez españoles se queda a vivir en el municipio en el que nació, lo que demuestra, a pesar de las diferencias territoriales, una calidad de vida alta pero también una sociedad en constante evolución. Una circunstancia que también se da en la Comunitat Valenciana donde conviven dinamismo y arraigo. Su nivel de retención es notable dentro del conjunto de comunidades más desarrolladas del país. Un equilibrio que con la actual subida de los precios inmobiliarios se puede ver amenazado.
Fuente
Información elaborada a partir del 'Censo anual de población 2021-2024', del Instituto Nacional de Estadística.
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