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La Navidad más extraña

La Navidad más extraña

Cambio de planes. Mayores que cenarán solos, familias que no se reunirán, valencianos que se quedarán fuera... Las fiestas, otro pulso a la pandemia

Domingo, 20 de diciembre 2020, 00:40

Desconcierto, tristeza y resignación se apoderan del espíritu navideño de este año. La pandemia que irrumpió con fuerza el pasado mes de marzo en España ha acabado pasando factura también al cierre del 2020, que se ha convertido en un año atípico y trae consigo una Navidad de lo más extraña al llevarla al lado opuesto de lo que suelen suponer estas fechas. Las grandes reuniones familiares, los reencuentros, trasnochar hasta altas horas de la madrugada en hogar ajeno, las copas de la sobremesa, los abrazos y besos por doquier, cantar villancicos a pleno pulmón y las sucesivas cenas de empresa y distintos círculos sociales han pasado al plano de la fantasía.

Las nuevas restricciones anunciadas por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, han supuesto un jarro de agua fría para muchos valencianos, sobre todo para aquellos que residen fuera de la Comunitat y que deseaban reunirse con sus padres, hermanos e, incluso, pareja. La evolución del virus en la región y el aumento de la incidencia acumulada han llevado al Consell a alargar el cierre perimetral hasta el 15 de enero, además de limitar los encuentros a seis personas y a dos grupos de convivencia. Este último aspecto en concreto condiciona especialmente la organización de estas fechas. «En nuestro caso, pensábamos pasar la Navidad con mis padres y uno de mis hermanos, pero al ser tres grupos de convivencia ya no podemos», explica Cristina Canet, madre de cinco hijos que se ha visto obligada a repensar la organización de las próximas celebraciones.

Por su parte, los que viven fuera de la Comunitat no pueden evitar expresar cierto desánimo. «Después de meses sin ver a la familia, se decide que Valencia cierra perimetralmente hasta el 15 de enero y nos quedamos sin Navidad, Nochevieja ni Reyes. Que alguien me explique qué sentido tiene la Navidad sin ellos», lamenta Estela Benita, natural de Mislata que reside en Madrid por motivos laborales y que asegura que celebrará con los suyos todas estas fechas señaladas en cuanto la situación y la legalidad lo permita.

Pero más allá de estos relatos, hay otras historias complicadas que no conocen de navidades ni de fechas especiales. En el caso de la Comunitat, uno de cada tres menores de 18 años, el 32'5%, está en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que supone que más de 274.000 niños y niñas del territorio se encuentran en esta situación, según la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE (2019).

Pobreza y soledad

Sin embargo, estos datos no reflejan el impacto de la pandemia en las familias más vulnerables por lo que la pobreza infantil se incrementará por culpa de la Covid-19. Por tanto, estas navidades serán aún más complicadas si cabe para las familias con las que organizaciones como Save the Children trabajan a diario en la Comunitat.

En su caso, para endulzar estas fechas a los menores más vulnerables, impulsan programas que llevan regalos y detalles a los hogares de estos pequeños, como la campaña 'El Árbol de los Sueños', en colaboración con CaixaBank. «Gracias a esta colaboración, más de 800 niños y niñas a los que atendemos cada día que se encuentran en una situación complicada podrán disfrutar de al menos un regalo en estas fechas», indican las mismas fuentes de la organización.

Casa Caridad y Cruz Roja también tratan de facilitar la celebración de esta extraña Navidad marcada por el coronavirus entre la población más desfavorecida. En el caso de Cruz Roja, reparten algo más de medio millón de kilos y litros de alimentos que benefician a 6.626 personas en la provincia de Valencia. Los beneficiarios rozan las 20.000 personas, en concreto 19.979, de los que 749 son lactantes. También realizan un llamamiento para conseguir juguetes para 2.800 menores de la provincia de Valencia. Por ejemplo, han contribuido a que la empresa Grefusa promueva que 210 menores de la ciudad de Alzira tengan juguetes y entregará lotes de productos para niños de la provincia. Además, la organización ha dispuesto en su páigna web un canal de donaciones destinado a la compra de juguetes para familias con dificultades.

El presidente de Casa Caridad, Luis Miralles, explica cómo preparan estas fechas para cumplir con todas las medidas de seguridad sin que ello suponga un perjuicio para los más necesitados. «Vamos a partir por la mitad el comedor. La mitad es para 50 usuarios que tenemos en Petxina y pasarán en dos turnos para que puedan comer respetando la distancia. La otra mitad del comedor es la que da a la puerta de atrás, que la abriremos y tendrá capacidad para 25 personas que vienen de la calle. Por ello, tenemos que tener mucho cuidado», cuenta y agrega que les tomarán la temperatura y proveerán de desinfectante. «De momento hay un turno porque ahora vienen entre 12 y 15 personas, pero cada día van viniendo más», añade Miralles.

Además, Casa Caridad duplicará el reparto de kits de alimentos esta Navidad, hasta las 615 unidades, ya que como cuenta Miralles, la crisis económica derivada de la pandemia ha incrementado el número de usuarios. «Está viniendo gente nueva, personas que están en un ERTE y que no lo han cobrado. Vienen a por alimentos. Algunos son pequeños empresarios que se han quedado con una mano delante y otra detrás que como consecuencia de la pandemia han perdido su forma de ganarse la vida», explica el dirigente de este organismo. «Vienen desde los trabajadores de un bar hasta el propietario de un restaurante», añade Miralles.

Por otro lado, Casa Caridad realizará actividades lúdicas como un concurso de disfraces y una gala para Nochevieja, entre otras. «El día 24 habrá una gala en la sala de televisión de Petxina, habrá un texto inspirador, un proyector con vídeos con 'playback' que hayan hecho los usuarios, bailes de 'Tiktok', un concurso de poesía, otro de relatos y dibujos y al final lo acabamos todo con una fiesta», cuenta Miralles, que recuerda que este evento lo realizan personas que conviven ya previamente en el albergue, por lo que no se incumple ninguna de las restricciones marcadas por la Generalitat para evitar la propagación del virus.

Por su parte, las residencias privadas apuestan por potenciar la visita de los familiares en los centros garantizando así las medidas de seguridad, en lugar de que los residentes salgan de las instalaciones como otros años. «En caso de que las familias quisieran llevarse a la personas residentes, creemos que debería hacerlo durante al menos una semana y volver al centro con una PCR negativa y hacer un periodo de aislamiento preventivo para proteger la salud del resto de usuarios», señala el presidente de la patronal de residencias, (Aerte), José María Toro.

Por otro lado, el Defensor del Mayor, José Pelegrí, manifiesta que la soledad de los ancianos es una realidad que trasciende la situación provocada por el coronavirus. «La culpa de su soledad es de la familia, no de la pandemia», sostiene y agrega la necesidad de «buscar soluciones».

Irene y Teresa han decidido pasar estas fechas sin ver a la familia pero no renuncian a cocinarse un menú especial ni a su copa de cava en la sobremesa. Aseguran que deben cuidarse entre ellas porque la situación lo requiere. I. Marsilla

Irene y Tere. Hermanas

«No vemos a la familia por precaución»

Irene y Tere son dos hermanas, de 84 y 80 años, que han decidido pasar estas navidades sin reunirse con la familia. «La gente se lamenta, pero lo hacemos por voluntad propia, por precaución», explica Irene, quien señala que en años anteriores llegaban a juntarse 26 personas durante estas fechas tan señaladas. «Yo no he entrado en un bar desde que empezó la pandemia y nos tenemos que cuidar entre nosotras», cuenta y añade que harán una cena y comida especial, además de beberse la mítica copa de cava.

Cristina anima a sus hijos a que celebren con ilusión estos días. I. Arlandis

Cristina Canet. Familia numerosa

«Todos los años nos juntábamos 70 personas»

Si la pandemia ha trastocado las reuniones de casi todas las familias, aún más lo ha hecho para la de Cristina Canet, madre de cinco niños junto a su marido Carlos Roche. «Todos los años nos juntábamos 70 personas en Navidad y cerca de unas 30 en Nochebuena», explica. En su caso, había planteado pasar la Navidad de este año sólo con sus padres y uno de sus hermanos, ya que entrarían dentro del límite de seis adultos. «Más que nunca este año debemos esforzarnos por poner ilusión en las cosas. En nuestro caso no nos ha faltado ningún ser allegado y estamos agradecidos de poder celebrar la Navidad aunque sea de manera más íntima», cuenta Cristina, que anima a sus hijos a tener un tiempo de recogimiento en estos días.

Guillermo encuentra incongruente el cierre perimetral y que se permitan las visitas internacionales. LP

Guillermo Díaz. Funcionario

«No puedo ver a mi pareja. Es un sinsentido»

El desconcierto y la resignación se apoderan de Guillermo Díaz, quien no puede reunirse con su pareja, Judith Termens, debido al cierre perimetral de la Comunitat. «Ella vive en Cambrils y llevamos sin vernos desde septiembre», explica Guillermo, que es funcionario de la Generalitat. «Los políticos no han pensado en este ni un ápice en esta cuestión. Es un problema grave porque en muchos casos puede deteriorar la relación debido al desgaste que supone», indica. Además, expresa que considera «un sinsentido» y una «incongruencia» que el Consell cierre perimetralmente la Comunitat pero permita la llegada de vuelos internacionales. «Nos tocará pasar estas navidades separados y solos», lamenta.

Victoria prefiere quedarse en Bruselas para evitar preocupaciones a la familia, que vive en Valencia. LP

Victoria de Ros. Valenciana en Bruselas

«No voy por si la PCR sale positiva»

Los valencianos que viven en el extranjero están pensándose dos veces si volver a casa por Navidad. Es el caso de Victoria de Ros, una joven que vive en Bruselas. «He decidido no ir en navidades porque si la PCR sale positiva voy a preocupar a mi familia», explica. Por ello, ha decidido pasar estos días a solas con su pareja. «En Bélgica sólo te dejan reunirte con una persona más de fuera de tu núcleo», añade.

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