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VICENTE LLADRÓ
Sábado, 12 de agosto 2017, 00:56
El 11 de agosto de 1967, Nigeria declaró la «guerra total» contra Biafra, la región suroriental, que se había declarado independiente el 15 de mayo anterior. LAS PROVINCIAS informó el día 12 que la víspera, el jefe del Ejército federal nigeriano, general Yakuwu Gowon, había ordenado a las fuerzas armadas lanzarse a la lucha contra la zona secesionista.
La orden de Gowon se producía en respuesta a los sangrientos ataques de las fuerzas rebeldes de Biafra en su intento de ocupar zonas de la región occidental y tras realizar algunos bombardeos sobre la capital nigeriana, Lagos, y otras ciudades.
Gowon anunció en un manifiesto que no debía tenerse piedad con las fuerzas biafreñas del teniente coronel Ojukwu, con el fin de «salvar al país de la desintegración y de la incontrolada sangría».
Al conseguir la independencia de Gran Bretaña, en 1960, Nigeria se organizó como un estado federal con tres regiones. La suroriental, Biafra, con mayoría de la etnia igbo, pretendió desde muy pronto gozar de mayor grado de autonomía para explotar por su cuenta las riquezas naturales. Esas ansias acabaron cuajando en la declaración de independencia, que encabezó el gobernador militar de Biafra, el coronel Odumegwu Ojukwu, el 30 de mayo, aludiendo a supuestas masacres norteñas y a un fraude electoral.
Aunque la autoproclamada República de Biafra gozó de la simpatía de casi todos los países europeos y de otras partes del mundo, sólo cuatro la reconocieron como país independiente.
El Gobierno federal respondió a la declaración de independencia con operaciones de «limitada acción policial». Sin embargo, al pretender las fuerzas biafreñas extender el conflicto al resto del país, llegó la declaración de guerra abierta, que duró hasta el 15 de enero de 1970, con la rendición incondicional de los rebeldes (sin Ojukwu, que se exilió en Costa de Marfil). La grata sorpresa fue que el final del drama armado, que causó además graves hambrunas, no desembocó en represalias, como se temía, sino que hubo una razonable reconciliación.
Entre las causas oscuras que movieron los hilos de la iniciativa de Biafra por la independencia y la guerra se citaron ciertos acuerdos promovidos por 'hombres de negocios' extranjeros, entre ellos un grupo de banqueros franceses, a los que se concedió la explotación de recursos mineros a cambio de fuertes sumas de dinero, empleado, naturalmente, en la compra de armamento.
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